miércoles, 8 de octubre de 2025

BE PROG! MY FRIEND-LA CARPA-POBLE ESPANYOL-BCN-27-SEP-2025



MOONLOOP


Al igual que sucediera en la jornada previa, la acción del sábado se iniciaba a las 16 horas. Un horario  vespertino que, a priori, parecía más propicio  para tomar café que para enfrentarse a una descarga tan voraz y técnica como la que nos ofrecieron Moonloop. El cuarteto que lidera el vocalista y guitarrista Eric Baulenas, junto a su inseparable compañero el batería Raúl Payán, tocaba en casa, arropado por una buena representación de amigos, familiares y acérrimos seguidores, y eso se notó en lo a gusto que se vio a los músicos sobre el escenario. Ojo, que con esto no quiero decir que estuvieran relajados, ni mucho menos, sino que el ambiente entre tema y tema fue de lo más distendido con incluso algún saludo personalizado.


Musicalmente creo que a estas alturas una banda como Moonloop no necesita presentación, ya que cualquiera que sea seguidor del death metal progresivo, -y por extensión de  la música extrema más técnica y oscura-, seguro que ya habrá tenido referencias de los catalanes en el pasado. Además la banda facturó el pasado año uno de los mejores trabajos del estilo dentro de la escena nacional “Fate In Motion”. Así que su descarga en esta edición del Be Prog! My Friend, serviría para dejar patente, por si alguien tenía alguna duda, que su propuesta en cuanto a técnica, y musicalmente hablando, no tiene nada que envidiar a nadie.


Como si nos adentráramos dentro del ojo de un  huracán, la tormenta del combo catalán arrancaba  con “Cosmic Matter”, con los registros de Eric dirigiendo la nave hasta que después del primer cambio de ritmo entraron en juego esos rotundos y rocosos guturales que son parte imprescindible en su sonido. Sorpresivos cambios de ritmo, alardes técnicos, juegos de voces en los que participó su más reciente incorporación, el guitarrista Alexander Núñez, fue lo que marcó la descarga de unos  Moonloop que se mostraron excelsos, clavando cada nota en temas como “Megalodon”, que significaba su primera mirada al pasado.


Dejando a un  lado la calidad de Moonloop, otro detalle a destacar fue la forma de conducir el show de Eric, mostrándose de lo más didáctico a la hora de las presentaciones, dejando claro que lo suyo no solo es amor por la brutalidad, sino que todo está perfectamente medido y calculado. “Mask”, significó el retorno a su material más reciente, con  la sección rítmica que conforman Raúl y Marc Contel, -este último con una cámara en  su bajo-, dejándose notar con fuerza para cimentar la brutal acometida del cuarteto. Por supuesto que teniendo en cuenta la filosofía y la personalidad del combo catalán no podía faltar el llamamiento a la conciencia global durante “Arrival”. Para acto seguido dejar que fuera “Strombus”, y su oscura reflexión sobre el inminente y desastroso  cambio climático, la que se encargó de rubricar su fantástica presentación .


CHEETO’S MAGAZINE


Tras el sólido ejercicio de sobriedad death metalera que nos acaban de brindar Moonloop tocaba cambiar radicalmente de registro para adentrarnos en el eclécticismo de la, por momentos, disparatada, vanguardista y colorista propuesta de los también barceloneses Cheeto’s Magazine. Precisamente creo que colorista, - y más viendo la bizarra indumentaria de sus miembros, ataviados cada uno con un mono de diferente color, al más puro estilo parchís-, es la mejor definición para una propuesta que combinó rock, pop, música disco…, en definitiva una música inclasificable que deja entrever la calidad de los músicos y su histriónico sentido del humor.



Sin embargo no nos equivoquemos, ya que sería totalmente injusto quedarse en la anécdota de su divertida y desenfada puesta en escena, obviando el descaro, la frescura y el talento de unos músicos que nos ofrecieron unos temas totalmente inclasificables, que no mostraron ningún tipo de atadura estilística, y que consiguieron mantener al público atento y enchufado durante todo el show. Como no podía ser de otra forma la alineación de Cheeto’s Magazine también fue peculiar, contando con  dos teclistas, Matías Lizana y Esteban Navarro, en la línea frontal del escenario, acaparando la atención con sus alocados bailes, y muy especialmente el segundo al ser quien se hizo cargo de la mayoría de las líneas vocales.


Sí, hubo muchas risas, mucha diversión, y más de uno  quedó desconcertado ante la simbiosis que marcó la actitud e indumentaria de la banda, y lo rotundo y elaborado de composiciones como “Chili Guillermo”, toda una delicia para los oídos más refinados y afines al prog elegante y de buenas melodías; para acto seguido apostar por unas guitarras más contundentes y marchosas que servirían para  compactar los pegadizos estribillos de “Ready To Rumble”, que hacía  que los más animados bailaran desaforadamente.


Aunque tuvieron que lidiar con algún que otro inoportuno problema técnico, la banda supo llevarlo con filosofía y bastante buen humor. Varios fueron los comentarios referentes a la influencia que en ellos había tenido una banda como Dream Theater. Es más, el quinteto no tuvo ninguna clase de reparo a la hora de marcarse una versión muy “sui generis” de “Act I: Scene Three: I. Through My Words”, que horrorizó a los seguidores más acérrimos del combo americano, pero que sirvió para dibujar una sonrisa a los que ya habían pillado de que iban Cheeto’s Magazine. La siguiente propuesta del quinteto giraría en torno a “Clinc Nutela”, que según nos comentó Esteban fue la primera canción que compusieron pero que, paradójicamente, ha sido la última que han publicado hasta la fecha.


Por supuesto, no podía faltar, durante la descarga del combo barcelonés hubo también un generoso lanzamiento  de bolsas de Cheeto’s desde el escenario ante la cara de incredulidad de muchos de los presentes. A medio camino entre el prog más refinado y las sintonías propias de las series infantiles sonó la desenfadada “Cheese Cheater”, jugando con unas ciudades armonías vocales. Mientras que la elegida para dar por finiquitada una descarga que no dejó indiferente a nadie fue la extensa y  camaleónica “Big Boy”, en la que la banda se encargó de plasmar muchas de sus influencias, amén de volver a recalcar su valía como instrumentistas.


VON HERTZEN BROTHERS


He de reconocerlo, pese a la larga y prolífica trayectoria que atesoran Von Hertzen Brothers, un servidor no conocía su propuesta más allá de haber escuchado algunos temas poco antes de su aparición en esta edición  del Be Prog! My Friend. Y lo cierto es que la formación finlandesa acabó dejándome unas fantásticas sensaciones, ya que su propuesta en vivo gana en cuanto a potencia e intensidad se refiere con relación a lo propuesto en sus entregas de estudio. Además otro detalle que me gustó mucho fue el cuidado y esmero que mostraron a la hora de tratar  las melodías, tanto instrumentales como vocales, y la profundidad de unas letras críticas y reflexivas a partes iguales.



Como la gran mayoría de las bandas que participaron en esta edición del Be Prog! My Friend, Von Hertzen Brothers optaron por una puesta en escena de lo más sobria, contando únicamente con un gran telón de fondo que reproducía la portada de su última entrega de estudio “In Murmuration”, y que presentaba a una bandada de pájaros formando el nombre de la banda sobre la estampa del mar. Recibidos de forma cálida por un público entusiasta que les acogió con los brazos abiertos, la banda finlandesa arrancaba el show  dando cuenta de los rotundos increscendos contenidos en  “War Is Over”, así que  mientras Mikko era quien llevaba el peso de la banda, su hermano Kie fue quien se encargó de la mayoría de los solos de guitarra.


Tal y como se encargaron de comentarnos, esta era su segunda incursión en nuestro país. Así que para seguir ofreciendo su material a los que todavía no les conocíamos a fondo el quinteto nos propuso un viaje atrás en el tiempo, casi veinte años atrás, creando las introspectivas ambientaciones que sirvieron para dar forma “Kiss A Wish”, dejando incluso espacio para unos pasajes a cargo de la flauta. Acto seguido Kie se encargaría de empuñar la acústica para desplegar las emotivas y elegantes melodías, -con cierto aroma zeppeliano-, de “All Of A Sudden, You’re Gone”, aplacando los ánimos del personal para crear una ambientación bucólica.


Me gustó mucho el dinamismo que Von Hertzen Brothers imprimieron a su descarga, alternando temas relajados con otros más potentes, en los que la garra y la intensidad fueron protagonistas. Sin duda uno de los más celebrados fue el rotundo “Jerusalem”. Sin embargo que nadie se equivoque, el combo finlandés  no renuncia en sus directos a mostrarse como una banda rotunda, compacta y, en esencia, de puro rock n´ roll, y la constatación definitiva la tuvimos durante  la marchosa y eléctrica “The Relapse”, que nos dejaba la estampa de un Kie absolutamente desatado, dando vueltas sobre si mismo, hasta el punto que estuvo a punto de caer al suelo.


Tras la tormenta, siempre llega la calma. De modo que después de una buena dosis de endiablado rock n´ roll tocaba volver a redefinir posiciones, y para ello que mejor que volver a reincidir sobre las sonoridades más relajadas y emotivas que el quinteto nos propuso a lo largo del delicioso “Prospect For Escape”, con unas voces casi susurrantes que sirvieron para potenciar la parte más emocional de su propuesta. Habiéndonos mostrado el “veneno” de sus guitarras estaba claro que el personal iba a querer más de ese rock potente y marchoso. Así que para encarar la recta final del show los hermanos nos regalaron los aromas netamente setenteros de “Let Thy Will Be Done”, que fue una de las elegidas para ponernos a todos a cantar.


Absolutamente inapelable, creo que Von Hertzen Brothers supieron sacar el mejor partido a su aparición en el Be Prog! My Friend. Gustaron a sus seguidores, y conquistaron y convencieron a los que, como un servidor, no los teníamos ubicados. Así que la elegida para finiquitar una descarga que les postuló como una de las bandas destacadas en esta segunda jornada fue la marchosa “Peace Patrol”, con el personal acompañando con palmas mientras el clarinete se sumaba a la hora de tocar la melodía central del tema.


WEATHER SYSTEMS


Si hay una banda querida y ligada a la trayectoria de Be Prog esa es Anathema. Participaron en la primera edición, en 2014, y al año siguiente fue Vincent Cavanagh quien ofreció un acústico en el marco del festival. Volvieron a repetir en 2017. Ahora le tocaba el turno a su hermano Daniel, quien ha recogido el testigo de la banda británica con estos renovados WEATHER SYSTEMS. Se notaba que era una de las actuaciones más esperadas de la jornada por la cantidad de seguidores congregados.



Pese a la poco convencional aparición en el escenario de Danny, móvil en mano grabando a la audiencia, fue emprender a solas “Closer” y meterse al público en el bolsillo desde el primer momento. Después de esta primera baza imbatible, la banda prosiguió con temas propios. Con “Still Lake” hizo aparición en escena Soraia Silva, la cantante que acompaña a Daniel en esta aventura. La vocalista portuguesa se mostró encantadora en todo momento, aportando la delicadeza y emotividad necesaria en temas como “Synaesthesia” y sin parar de bailar y disfrutar en todo momento. Daniel dedicó “Do Angels Sings Like Rain?” a una seguidora, destacando la importancia que tienen los más jóvenes en mantener viva la música. La iluminación tenue y las luces blancas contribuyeron especialmente a recrear un clima celestial. Todo ello, sin desmerecer una consistente base rítmica destacando la presencia del baterista, y afamado productor, Daniel Cardoso, otra de las piezas clave de estos Weather Systems. La complicidad entre Danny y Soraia se hizo latente en cortes de simpleza minimalista como “Springfield” o la más experimental “Ocean Without a Shore”.


Pero sin duda, el momento conmovedor de la actuación (y casi que diría de todo el festival) vino con la trilogía de “Untouchable”. Durante la primera parte, el público se desquitó cantándola a viva voz. La segunda, puso los sentimientos a flor de piel y hasta pudimos ver a una Soraia visiblemente emocionada. La tercera, pese no llegar a la altura de sus predecesoras, supuso un correcto desenlace. Muy loable también que Daniel tuviese también unas palabras de agradecimiento para su hermano Vincent. Y para acabar de bordarlo, nos obsequiaron con una ya imprescindible “Fragile Dreams” que fue toda una fiesta con la gente botando y aplaudiendo. Como bien dijo el propio Daniel Cavanagh, una perfecta manera de pasar un sábado por la noche… y una muestra más que evidente de que el legado de Anathema sigue vivo y perenne.



PINNEAPLE THIEF


Otros que repetían en el festival, nueve años después, fueron THE PINNEAPLE THIEF. No obstante, esta vez venían por todo lo alto presentando un show completo de dos horas de duración para conmemorar sus ya más de 25 años de trayectoria. Empezaron puntuales, recuperando un leve retraso en el horario que se venía acumulando desde media tarde. Con una presentación escénica escueta (sólo un telón con el nombre de la banda a gran tamaño) los ingleses, comandados por Bruce Soord, tomaron sus respectivos puestos listos con la voluntad de sentar cátedra y consolidarse como lo que ya son, una banda de cabecera en el panorama prog internacional actual.



La actuación de los ingleses fue de menos a más, en cuanto a intensidad. Empezaron de forma pausada, con “The Frost” e “In Exile” que sirvieron de puerta de entrada para todo un seguido de temas introspectivos. Como nos tienen acostumbrados, sin sobresaltos, pero dando rienda a una calidad incontestable. Además, con el incentivo de poder ver de nuevo a ese genio tras la batería que es Gavin Harrison quien acaparó miradas y atención.


Antes de enfundarse la acústica con “Demons”, Soord se presentó brevemente ante la audiencia. Es evidente que, pese a su creciente fama, Pinneaple Thief no son un grupo de masas lo que conlleva contentar a un público muy especializado y fiel. Eso sí, nunca entenderé la imposición de límites como las de recomendar en la teoría, por no decir casi prohibir en la práctica, que se les haga fotos. Fue el propio cantante quien pidió ya en la parte inicial de la actuación que no se hiciesen fotos, como mucho, videos cortos dijo literalmente. De hecho, a los fotógrafos acreditados se nos envió a la mesa de sonido, una localización totalmente nefasta para hacer un trabajo decente (las pocas fotos que así expresamente aquí publicamos fueron tomadas todavía más lejos pero en una posición elevada, desde lo alto de la grada final del recinto).


Más animadas fueron las interpretaciones de “Our Mire” y “Versions of the Truth”, ésta última resaltada con un juego de luces y flashes muy convincente. Pero si hay algo que destacar por encima de todo, fue la calidad del sonido, algo que reinó durante todo el festival pero que durante todo el show de The Pinneaple Thief alcanzó unas cuotas de soberbia exquisitez. Soord presentó en castellano “Every Trace of Us” y a partir de aquí, se sucedieron algunos temas (“All That’s Left”, “Now It’s Yours” y “Fend For Yourself”) que cuya acusada delicadeza, sin nada que desmerecer, se me hicieron algo tediosos.


Con “Snowdrops” se pidió la participación del público mediante las palmadas finales y el buen ritmo impregnado en “Rubicon” la convirtió en una de las mejores de la noche. Al igual que pasó posteriormente con “Give it Back”, cuyo inicio arrancó los aplausos del público, siendo una de las más preferidas. Tras un breve descanso, los bises arrancaron con una solemne “The Final Thing on My Mind”, seguida de “Alone at Sea” en la que, ahora sí, Soord abandonó su posición estática para acercarse a las primeras filas y darse un baño de masas. Si bien es cierto que un show de dos horas se me hizo especialmente largo en algunos tramos, sus más acérrimos fans salieron sumamente gratificados de haber disfrutado del que va a ser el último concierto de la banda por una temporada.



TEXTO MOONLOOP, CHEETO´S MAGAZINE, PINNAPLE THIEF:ALFONSO DIAZ

TEXTO Y FOTOS:PINNAPLE THIEF y WHEATER SYSTEMS: CARLES OLIVER


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