Hace tiempo que Angelus Apatrida se convirtieron en nuestra banda con mayor proyección internacional. Llevan prácticamente una década encaramados en la cima del thrash metal nacional y, a día de hoy, pese a haber candidatos, parece que no hay todavía nadie que pueda discutirles ese estatus que tan a pulso se han ganado los albaceteños. Superándose disco a disco, gira a gira, y manteniendo siempre los pies en el suelo, la banda que capitanean los hermanos Izquierdo celebra en este 2025, como quien no quiera la cosa, su vigesimoquinto aniversario. Y, obviamente, no dejaron pasar la ocasión para celebrar tan señalada efeméride con sus seguidores en la capital catalana: una audiencia que siempre les ha apoyado y les ha acogido con los brazos abiertos en sus habituales visitas.
La de esta tarde de sábado era especial, por supuesto, ya que además de volver a vibrar con el aplastante directo de los castellanomanchegos, sus incondicionales tendrían ocasión de presenciar también las descargas de dos bandas emergentes, que están batallando duramente por hacerse un hueco dentro de la concurrida escena nacional, teniendo como denominador común la entrega, el punch y la actitud. Para ir abriendo boca, y caldeando el ambiente, contaríamos con la presencia de Whitedemon quienes llevan una larga temporada curtiéndose sobre los escenarios y captando la atención de los más curiosos con el material de los dos Ep’s que han lanzado hasta la fecha: “Nankurunaisa” (2023) y “Fairytale” (2024). Mientras que los elegidos para hacer que el público empezara a calentar motores, -nunca mejor dicho-, fueron los irredentos thrashers de Terminal Violence: una banda de corto recorrido todavía, pero en la que nos encontramos con músicos que han militado en formaciones ilustres dentro de la escena local: Nuckin´ Futs, The Eyes, Bellako, Hyde Abbey..., en definitiva: que la tarde prometía, y mucho.
Quizá por ello la sala presentaba un ambiente ya bastante animado cuando aparecieron en escena los encargados de dar el pistoletazo de salida a la cita: Whitedemon. Seguramente, a quienes todavía no les conocieran, lo primero que les sorprendió fue la juventud de sus integrantes. Pero que nadie se equivoque, si alguien pensaba que el quinteto se iba a dejar intimidar por enfrentarse a un recinto como el Razzmatazz, no podía estar más equivocado. Whitedemon salieron con el cuchillo entre los dientes, confiados, sabiendo que entre los presentes había muchos de sus seguidores que no dudaron en apoyarles y llevarles en volandas para que acabaran firmando un fantástico concierto. “Doppelgänger”, fue su elección para que hiciera como carta de presentación, y desde el mismo arranque dejaron patente que no habían llegado a la cita para ser unos meros comparsas. Sonaron crudos, afilados y muy potentes, alternando desarrollos oscuros con otros más rotundos y cercanos al groove. Pero sin duda lo que cautivó a más de uno fue la personalidad y la variedad de registros que mostró su frontwoman, Elba Blanco, quien no paró de contorsionarse y agitar la cabeza mientras daba cuenta de temas como “Hekate”, que arrancaba con la vocalista pidiendo al público que gritara el título del tema.
Sin embargo no todo iba ser oscuridad y riffs profundos, directos y despiadados, ya que Whitedemon también tuvieron ocasión de demostrar que también saben moverse por otras tesituras, tal y como dejaron patente a lo largo del intrigante arranque de “Lucifer”. Otro detalle muy a destacar fue la técnica y compenetración que demostraron sus dos hachas, Raquel Pizarro y Jandro López, repartiéndose los desarrollos solistas. El grueso del repertorio del combo catalán estuvo centrado en las composiciones de su más reciente “Fairytale”, con lo que no faltaron trallazos certeros y sobrecogedores como “Underwater Odissey”, o el propio tema homónimo, que nos hacía cambiar el paso con ese ritmo hipnótico y casi tribal, que nos dejaba a Elba bailando para posteriormente transformarse en una fiera fuera de control a la hora de atacar su seminal recta final.
Se les notaba contentos, satisfechos, que estaban disfrutando casi tanto como los que estábamos abajo. Así que para echar el cerrojazo a este primer acto de la noche el quinteto nos deleitó con el primer tema que compusieron, y que les da nombre, “Whitedemon”, que nos sirvió para comprobar que en sus orígenes la banda tenía una orientación más clásica dentro de los parámetros del heavy metal. Tal y como comentó la propia Elba, el fin de fiesta, la locura total, llegó cuando entre todos, banda y público, -por que la gente se dejó notar con fuerza- nos marcamos el clásico de Rage Against The Machine: “Killling In The Name”.
Tienen hambre, actitud y unos temas que atesoran una calidad impropia para unos músicos de su edad. Whitedemon representan el presente, la savia nueva, el empuje de las nuevas generaciones que llegan con ilusión y pisando fuerte. Y verles en un gran escenario y respaldados por un público que se volcó con ellos fue el mejor termómetro para comprobar que la cantera sube con ganas y no está dispuesta a rendirse.
Con más público, en una sala que ya empezaba a anunciar que durante la descarga de Angelus Apatrida el recinto iba a estar lleno, llegaba el momento de que Terminal Violence nos volarán la cabeza con su imparable catarata de riffs rotundos y mosheantes, -sacados del libro de estilo del thrash metal ochentero-, y unos estribillos y coros punzantes y pegadizos. El público les recibió con entusiasmo, con los brazos abiertos y, -lo que es más importante-, con las deportivas bien anudadas, y es que a lo largo de su show las carreras en círculo frente al escenario fueron una constante, hasta el punto de que su frontman, Tolo Juan, mostró en varias ocasiones la señal azul de rotonda para indicar a los fans el sentido en el que debían correr. En definitiva, que Terminal Violence fueron los anfitriones perfectos para una buena fiesta de puro y genuino thrash metal “old school” desde que se apoderaron del escenario, -tras el estruendoso aviso de unas irritantes sirenas-, para azotarnos inmisericordemente con “Instinct Suppresor”.
Una vez Terminal Violence destaparon el tarro de las esencias, no hubo vuelta atrás. Hubo continuas carreras, mucho headbanging, pogos, lanzamiento de cerveza hasta dejar el suelo empapado, y una banda sobre el escenario dispuesta a movernos incansablemente mientras nos invitaban a participar en los potentes estribillos que marcaron temas como “Wild Beasts”, que fue el primer guiño que se permitieron a lo que fue su Ep de presentación: “Warhole”. Si alguno pensaba que Terminal Violence habían quemado todas sus naves en un arranque absolutamente arrollador, explosivo e imparable, no se podía imaginar lo que estaba aún por llegar. Su guitarrista, Edgar, se bajó hasta la pista para entre el personal interpretar el aniquilador “Zombie Mosher”, antes de regresar aupado por el público al escenario. Por supuesto, como buenos thrashers que son, Terminal Violence no quisieron dejarse en el tintero las proclamas más reivindicativas y combativas contra el sistema, consiguiendo que la sala se convirtiera en un clamor a la hora de alzar los puños para vociferar el arrollador estribillo de “Fuck The System”.
Fue tras recibir la cerrada ovación del personal cuando Tolo nos comentó que esta noche tenían a la batería a un buen colega: Saúl, cubriendo la baja de Hector Rodríguez. Evidentemente, gran parte de su repertorio lo conformó el material del que hasta el momento es su primer largo “Moshocalypse”. Durante su descarga no hubo tregua en ningún momento, aunque los tempos algo más marcados y los riffs más mosheantes que conformaron el arranque de “One Step To The Front”, nos permitieron recobrar mínimamente el resuello antes de adentrarnos en su imparable e intensa recta final con Tolo vociferando el título de la canción.
La caña, la velocidad y, como no, esas alocadas carreras en círculo frente al escenario que fueron parte importante y protagonista de la descarga de unos Terminal Violence que literalmente quemaron la sala, no tardarían en regresar con otra ración de expeditivos y desquiciantes coros, los que dieron forma a los machacones estribillos de “Sound The Alarm”. Con el amenazante y afilado bajo de Miquel marcando el paso arrancaba “Slaves Of Greed”, en la que alternaron su habitual dinamismo con pasajes más crujientes y absolutamente mosheantes que provocaron que la diversión y el desparrame no se detuvieran. Y es que ni la banda ni el público levantaron el pie del acelerador durante el tiempo que el quinteto catalán estuvo sobre las tablas.
Terminal Violence habían conseguido mover al personal, revolucionar el cotarro. Así que les quedaba rematar su descarga por todo lo alto y para ello, evidentemente, no tenían intención de cambiar. De modo que mejor que seguir thrasheando con una nueva sesión de “zapatilla”, dándonos argumentos para agitar la cabeza y levantar los puños mientras acompañábamos los vertiginosos fraseos de “All Hail Zyon”. La puntilla para la intensa, humeante y seminal descarga que nos brindaron Terminal Violence corrió por cuenta de un nuevo guiño al material de lo que fue su EP de presentación “Warhole”: “Riddle Of A Nightmare”, tras el que se marcharon dejando el ambiente por todo lo alto y perfectamente caldeado de cara a lo que iba a ser el plato fuerte de la noche.
Se lo han ganado a pulso, eso es indiscutible. Angelus Apatrida han trabajo duramente y de forma incansable hasta conseguir convertirse en los indiscutibles números uno del thrash metal nacional. No tienen disco malo, y en cada una de sus giras vemos como va creciendo su legión de incondicionales. No era esta la primera vez que los albaceteños intentaban el asalto a la sala grande del Razzmatazz: el recinto donde tocan las grandes bandas internacionales a su paso por la Ciudad Condal. Sin embargo, en esta ocasión consiguieron llenarla de hambrientos seguidores deseosos de conmemorar junto a ellos estos primeros 25 años de andadura. Su montaje escénico fue sobrio, con la doble A presidiendo el escenario. También contaron con un vistoso juego de luces a los que hubo que sumar unas barras de luz horizontales, y unas columnas de humo en el filo del escenario que fueron apareciendo en diferentes momentos del show. Pero sin duda, la gran sorpresa de la noche, en cuanto a escenografía se refiere, llegaría al encarar la recta final del show cuando el cuarteto plantó una gran guillotina sobre el escenario.
El tiempo ha pasado, la banda ha crecido, sus integrantes han madurado. No obstante, cuando uno mira al escenario sigue viendo a esos cuatro thrashers, cuatro amigos, que continúan disfrutando y pasándoselo en grande thrasheando como posesos. Era una noche especial, tanto para la banda como para sus seguidores. Así que la bienvenida que les tributó el público barcelonés estuvo a la altura, vitoreándoles y agasajándoles desde que aparecieron en escena acompañados de una introducción para acto seguido abalanzarse sobre el implacable y devastador “Clockwork”, que nos daba la primera ración de velocidad y riffs afilados para que empezáramos a calentar las cervicales. La conexión entre banda y público, -como siempre que tocan por aquí-, fue instantánea; con la gente completamente desatada mientras sobre el escenario el headbanging era continuo e implacable.
El vendaval albaceteño se había desatado y estaba claro que esta noche, -tal y como nos habían anunciado-, iba a ser más imparable que nunca, ya que el show iba a ser largo, con lo que además de recordar algunas piezas que se han convertido en imprescindibles en todas sus descargas, también tendríamos ocasión de degustar algún manjar más reciente, aunque igual de suculento, como por ejemplo “To Whom It May Concern”, que arrancaba de forma comedida, con los miembros de la banda girados mirando la batería de Victor, para dejar que posteriormente se alzasen las columnas de humo mientras la gente coreaba la melodía del tema; y “Snob”, que fue la escogida para que empezaran a aparecer sobre nuestras cabezas los primeros “surfers” de la velada.
Habiendo completado un arranque imparable, en el que combinaron un clásico imprescindible y dos latigazos de “The Aftermath”, una escueta introducción serviría como cortinilla para que la banda nos espetara en plena línea de flotación uno de sus temas más agresivos y aniquiladores “Indoctrinate”, el tema que abría aquel álbum homónimo y pandémico que publicaron a principios del pasado 2021, y que a muchos tanto nos recordó a uno de sus grandes referentes: Pantera. Como siempre, Guillermo se mostró muy cercano, -presentando incluso algún tema en catalán-, así que el carismático frontman nos recordó que el siguiente tema en sonar “Of Men And Tyrants”, tenía ya la friolera de quince años. Sin embargo, creo que todos los que estuvimos esa noche en Razzmatazz pudimos comprobar que el tiempo ha tratado especialmente bien a una composición que combina rabia y punch thrashero con unas buenas dosis de melodía.
Una mueva mirada al material de su más reciente entrega de estudio serviría como excusa para volver a deleitarnos con el que fue el primer adelanto de su último redondo “Cold”, y del que si la memoria no me falla estrenaron video-clip en las pantallas del Leyendas Del Rock 2023 minutos antes de su actuación. Una vez más, las columnas de humo frontales volverían a hacer acto de presencia durante esa de explosión de rabia que lleva por título “We Stand Alone”, que servía para renovar la complicidad entre un público absolutamente entregado y una banda totalmente desatada y que parecía decidida a hacer tambalear los cimientos del local. El propio Guillermo recordó su anterior visita a esta misma sala, de la cual ha quedado como testimonio el DVD, “Hidden LIVE Evolution”, durante los prolegómenos de brillantísimo “End Man”, que calentaba, aún más si cabe, los encendidos ánimos de unas primeras filas que en ningún momento dejaron de moverse y animar.
Tras unos segundos de oscuridad escénica, -mientras que a través del P.A., sonaba “That’s Life”-, el cuarteto no tardaría en volver a empuñar sus instrumentos para continuar con su particular asedio dando buena cuenta de un trallazo certero y absolutamente letal como es “One Of Us”. Sabíamos que esta noche iba a haber sorpresas. Pero sin duda una de las que, por lo menos , un servidor no se esperaba llegó justo a continuación con la heavy metalera “The Thornmaker”, con la que el cuarteto miraba directamente a sus primeros años, haciendo escala en lo que fue su primer largo “Evil Unleashed”.
No se iban a acabar aquí los temas que hacían que el show de esta noche fuera especial e irrepetible. El propio Guillermo no recordaba si habían tocado por aquí “Farewell”, una de las piezas que de alguna forma se desmarca de lo que es su estilo habitual y que nos muestra a una banda más madura y sólida, a la que no le tiembla el pulso cuando tiene que levantar el pie del acelerador. Así que tras relajar mínimamente el ambiente que mejor que volver a hacer subir la temperatura entre su parroquia de incondicionales con un trallazo de furia desatada como fue “Free Your Soul”; que fue la elegida para ser la primera representante de lo que fue su segundo largo “Give ‘Em War”.
Tardó en llegar, pero estaba claro que el cuarteto no se iba a olvidar en este exhaustivo repaso a su carrera del matera contenido en “The Call”, una obra que marcó un punto de inflexión en su carera y que les propulsó más allá de nuestras fronteras abriéndoles las puertas del mercado internacional. Así que los riffs rotundos y absolutamente desoladores de “Violent Dawn”, sirvieron para que las carreras y el headbanging siguieran dando colorido e intensidad a la velada. Los que hemos venido siguiendo la trayectoria de Angelus Apatrida, sabemos de la cercanía y el buen rollo que la banda ha tenido siempre con sus seguidores. Así que Davish abandonó el escenario para tocarse entre el público la seminal “Give ‘Em War”, que fue otra de las que puso el recinto literalmente patas arriba.
Sin duda fue una de las grandes sorpresas de la noche. Y es que tras unos segundos de tensa calma, los pipas de la banda situaron en uno de los laterales del escenario una guillotina. De modo que tras reproducir, -con decapitación incluida, al más puro estilo Alice Cooper-, la portada de “Cabaret De La Guillotine”, la euforia se desató entre los presentes al reconocer el inconfundible riff de la certera “Sharpen The Guillotine”. Todos sabíamos que esta noche estábamos conmemorando el 25 aniversario de la banda. Sin embargo, su ópera prima “Evil Unleashed”, está a las puertas de celebrar las dos décadas de su edición, y en aquel primer trabajo ya había temas que indicaban el camino que iban a seguir los albaceteños. Uno de ellos, -y que a día de sigue conservando plena vigencia-, es “Versus The World”, con esa combinación perfecta entre fuerza, garra y una melodía de lo más coreable que todos volvimos a entonar, una vez más, antes de tributar a la banda una cerrada ovación de gala.
Encarando ya la recta final del show la intro “The Manhattan Project”, se encargaba de anunciarnos que tocaba volver a centrar nuestro objetivo sobre “Clockwork”, para hacernos partícipes de un “Blast Off”, que fue seguido con pasión por unos seguidores que lo dieron todo. Tocaba inmortalizar el momento, hacerse la habitual foto de familia. Así que Guillermo se encargó de pedirnos nuestra mejor cara para formar parte del álbum histórico de la banda, inmortalizando el momento de un sonriente cuarteto respaldado por su legión de fans catalanes. No obstante, el show todavía no había terminado. Angelus Apatrida aún nos tenían reservados un par de latigazos thrasheros para rematar la velada por todo lo alto. Un clásico, un tema imprescindible, uno de esos que suele calentar al público, fue en el que se encargó de “prender fuego” los aledaños del escenario: “Thrash Attack”. Para dejar que el colofón definitivo para una velada irrepetible e inolvidable, en la que Angelus Apatrida volvieron a demostrar que son la mejor banda de Metal del país, lo pusiera la aniquiladorac e inevitable “You’ re Next”.
Han sido 25 años de duro trabajo en los que Angelus Apatrida nos han dejado una retahíla de buenísimos álbumes, a cuál mejor, y una larga colección de clásicos que por derecho propio se han convertido en imprescindibles para cualquier seguidor del Metal en nuestro país. Tal y como nos comentó Guillermo al final del show, seguro no tardarán en estar de vuelta por aquí, y esperemos que nos queden todavía otros 25 años de “padecer” ese torbellino sonoro que son Angelus Apatrida.
 




 
No hay comentarios:
Publicar un comentario