viernes, 18 de agosto de 2017

LEYENDAS DEL ROCK-VILLENA-10-AGO-2017


STEVE´N´SEAGULLS

Para abrir esta jornada de jueves contaríamos con los finlandeses Steve´n´seagulls una banda cuanto menos peculiar, que ha alcanzado una cierta peculiaridad gracias a su personal reinterpretación de temas clásicos, ya que, lejos de centrar su sonido en la voracidad de las guitarras eléctricas, prefieren confiar en instrumentos pocos habituales dentro del heavy metal.


Pese a ello su repertorio estuvo plagado de viejas favoritas para todos los presentes, y los finlandeses levantaron la moral de los que acudieron a ver su presentación dando buena cuenta de temas como “The Trooper”, “Over The Hills And Far Away”.


Algo más sorpresiva sonaron sus versiones  del clásico de Pantera “Cemetary Gates” o el mítico “Seek & Destroy”, de Metallica que volvía a sonar por segunda vez en lo que llevábamos de festival. Mención especial merece su adaptación del “ You Could Be Mine”, y ese apoteósico fin de fiesta con el “Thunderstruck” de Ac Dc, que convirtió los aledaños del escenario en una auténtica fiesta.

TIGRES

Uno de los grandes alicientes del Leyendas Del Rock ha sido siempre el darnos la oportunidad de poder volver a ver en acción a algunas de las bandas clásicas del rollo en nuestro país. En esta edición una de las citas más atractivas para los amantes de la nostalgia ochentera era la actuación de Tigres, quienes recientemente volvían a la carretera para volver a desempolvar algunos de sus temas más emblemáticos.


Los catalanes capitaneados por el vocalista Jimy Reitz se mostraron en un estado de forma pese a su larga ausencia de los escenarios, y sonaron potentes y compactos, dando buena cuenta de temas míticos como “Exterminador”, que fue coreado con pasión con los más veteranos. Además, los catalanes aprovecharon la ocasión para presentar un tema inédito “Atentos”, que contrastó con la orientación más melódica de “Todo Siga Siendo Igual”, un tema de su bajista Fredry Fresquet. Mientras que la encargada de hacer que todo el mundo volviera a cantar sería su versión del clásico “Black Is Black”.

Resumiendo, buena presentación de unos Tigres que se mostraron en buena forma y dispuestos a rememorar su glorioso pasado.

RAGE


Una cita imprescindible para todos los amantes del clasicismo metálico alemán era la presencia de Peavy Wagner al frente de  sus remozados Rage, contando ahora  con  el guitarrista Marcos Rodríguez y el batería Vassilios Maniatopoulos. Hace tan solo unos meses el trío ponía en circulación su nueva obra  “The Devil Strikes Again”, así que su presencia sobre el escenario “De La Rosa” representaba  una fantástica oportunidad  para comprobar su verdadero potencial en directo  y que tal sonaban algunas de sus  nuevas composiciones.



Desmarcándose de la formula habitual de arrancar con el tema de apertura de su último redondo, Peavy y sus muchachos optaron por tirar de clásico, así que la descomunal respuesta del público propició que “Don´t Fear The Winter” se encargará de poner el recinto patas arriba. Tirando de carisma y veteranía, el incombustible Peavy, muy bien respaldado por el guitarrista Marcos Rodríguez, no tuvo dificultad a la hora de poner a las primeras filas a dar palmas para acompañar los compases iniciales de la pegadiza “Great Old Ones”.

Debo admitir que me gustó mucho el ritmo que el trío imprimió al show, sin pausas largas y dejando que temas más recientes como “Spirit Of The Night”, gozaran de  un protagonismo destacado durante el  tramo inicial. Pese a su gran colección de clásicos, Peavy es consciente de que la banda tiene un nuevo trabajo que presentar, así que no se dejarían en el tintero piezas como el melódico “Blackened Karma”, que contemporizaba los ánimos del personal tras un trepidante arranque.

No tardarían mucho en recuperar el nivel de entrega de sus seguidores, ya que la siguiente en sonar fue “End Of All Days”, con el frontman dando la alternativa a un público que respondió encantado a su invitación. Una nueva mirada al pasado, concretamente al material facturado durante la segunda mitad de la década de los noventa serviría como pretexto para rescatar la oscura “From The Cradle To The Grave”.

El estruendo de la tormenta aproximándose nos adentraría en la novedosa “Season Of The Black”, que se convirtió  en el preámbulo perfecto para “Straight To Hell”. El momento de retornar sobre las esencias power  de la banda llegaría con “Black In Mind”, que con la gente coreando su estribillo con los brazos en alto se acabó convirtiendo en uno de los momentos culminantes del show.

No levantarían el pie del acelerador, ya que para encarar la recta final del show el trío optó por recurrir a la artillería pesada, y que mejor para ello  que dejar que la gente entonara la letra de “Solitary Man”, para acto seguido rematar la faena con una de sus mejores composiciones de los últimos años “My Way”.

Antes de abandonar definitivamente el escenario todavía tendrían ocasión de ofrecernos un monumental “Higher Than The Sky”, que incluyó un pequeño pasaje del “Holy Driver”, que cantó el propio Marco. En definitiva que Peavy y sus muchachos nos ofrecieron un show  muy completo, en el que repasaron el presente y el pasado de una banda mítica dentro de la escena germana, dejando patente que esta nueva formación puede darnos muy buenos momentos de cara a los próximos años.

INQUISITION

La propuesta de Inquisition se sale de lo que podríamos denominar los parámetros clásicos del  metal. Y no lo digo únicamente por la radicalidad de una propuesta surgida del underground, que hace que su sonido solo este al alcance de los más iniciados dentro de la escena extrema; sino también por su  atípica alineación que tan sólo incluye al guitarrista y vocalista Dragon y al batería Incubus.


Y es que precisamente el dúo colombiano, afincado en los E.E.U.U., era una de esas perlas que cada año nos presenta el Leyendas, y que difícilmente podremos ver en un escenario tan grande y con el equipo que cuenta  el “Mark Reale Stage”. De modo que muchos fueron los que se acercaron para comprobar que tal sonaban estos Inquisition que venían a cubrir la vacante dejada por los noruegos 1349.

Debo admitirlo, el dúo sorprendió a quienes todavía no les conocían, y no creo equivocarme al sentenciar que no dejaron indiferente a nadie con ese black metal de corte satánico y plagado de  reminiscencias de clasicismo thashero. Aunque únicamente había dos músicos sobre las tablas, lo cierto es que el sonido estuvo a volumen atronador, e incluso me atrevería a decir que el micro de Dragon estuvo excesivamente alto, lo que acabó desluciendo temas como “From Chaos They Come” o “Dark Mutilation Skies”.

Pese a llevar en activo desde finales de la década de los ochenta, no puede decirse que la discografía de Inquisition sea excesivamente extensa, de modo que en su repertorio tuvieron un protagonismo destacado sus últimas referencias, haciendo especial hincapié en su último trabajo “Bloodshed Across The Empyrian Altar Beyond The Celestial Zenith”, del que no faltaron temas como “A Magnificent Crypt Of Stars”.

Buena actuación de unos Inquisition que aprovecharon la ocasión para dar a conocer su personal propuesta ante una audiencia más mayoritaria y numerosa, dejando unas buenas impresiones para sumar algún  nuevo adepto a su oscura  causa.

BLIND GUARDIAN


La presencia de Blind Guardian estaba llamada a ser uno de los platos fuertes de esta segunda jornada del festival. Resulta curioso que una formación mítica para todos los seguidores del power metal europeo todavía no hubiera visitado  este Leyendas Del Rock. Así que su actuación de esta noche serviría para que los germanos saldaran su deuda con el público del Leyendas.


No  creo que a estas alturas Hansi Kürsch y sus muchachos precisen de ninguna clase de presentación, pero debo admitir que me sorprendió, y mucho, la sobriedad de su puesta en escena, sin hacer uso de las proyecciones, y ni tan siquiera usar un simple telón de fondo con el nombre de la banda. Sí, de acuerdo, no traían un nuevo trabajo que presentar, pero resulta imperdonable que una banda de su estatus y trayectoria no utilice ninguna clase de decoración ni atrezo, y más dentro del marco de un festival. Así que, visto lo visto, todo quedaba confiado al aspecto musical.

Donde si que no pondré ninguna clase de pega es en el repertorio. Muy bien escogido y haciendo especial hincapié en uno de sus discos más exitosos de los noventa “Imaginations From The Other Side”. Aunque, personalmente, me hubiera encantado escuchar algún tema más de sus primeros trabajos: “Banish From Sanctuary”, “Traveler In Time” o “Majesty”. En cuanto al sonido, lo cierto es que desde mi posición no me acabó de convencer, ya que en algunos momentos la voz de Hansi quedaba sepultada bajo la potencia de la sección rítmica.

Como ya comenté anteriormente, sin hacer uso de ninguna clase de elemento externo y solo con la ampulosa introducción de su ultima obra los germanos daban el pistoletazo de salida con “The Ninth Wave”, dejando que fuera la tripleta que forman Hansi, André y Marcus los que ocuparan la primera línea del escenario. Peso a ello, sería el vocalista quien llevaría en todo momento las riendas del show, mostrándose cercano y comunicativo a la hora de dirigirse al respetable para presentar temas como “Welcome To Dying”, que desataba la euforia entre las primeras filas, convirtiendo los aledaños del escenario en un mar de brazos que apuntaban hacia  los músicos.

Sin apenas tiempo para reponernos de la polvorienta cabalgada, el escenario se teñiría de rojo para que las pulsaciones bajaran durante la preciosa “Nightfall”, que nos dejaba al vocalista dirigiendo al personal como si fuera el director de un coro. Además de ser esta su primera aparición en el Leyendas, la de esta noche era una actuación especial, ya que el vocalista celebraba su 51 cumpleaños. De modo que nos tocó cantarle el cumpleaños feliz ante el gesto de satisfacción de un Hansi emocionado. Pero dejando a un lado los sentimentalismos, los teutones no tardaron en volver a empuñar sus instrumentos para adentrarnos en las dinámicas ambientaciones de “Prophecies”, que hacia que el nivel de intensidad se mantuviera gracias a la potencia de sus guitarras y la majestuosidad  de coros pregrabados.

ARCH ENEMY


Aunque hubo muchas dudas sobre el futuro de Arch Enemy tras la salida de la carismática Angela Gossow, lo cierto es que el núcleo duro que conforman Michael Amott, el bajista Sharlee D´Angelo y el batería Daniel Erlandsson parecen haber encontrado en la figura de Alissa White-Gluz, el reemplazo perfecto para la vocalista germana.


Tras las buenas críticas cosechadas con “War Eternal”, que ya presentaron en este mismo festival, la banda volverá a la carga el próximo mes de Septiembre con su nuevo trabajo “Will To Power”, que será el primer álbum en el que participe el guitarrista Jeff Loomis, que ingresó en la banda en 2014. Pero antes de que vean la luz sus nuevas composiciones, el quinteto está inmerso en un tour veraniego que está haciendo escala en algunos de los festivales más prestigiosos del viejo continente.

El crecimiento de Arch Enemy ha sido imparable en los últimos años, y la mejor prueba era ver el lugar de privilegio que ocupaban  en esta segunda jornada de festival, y la impaciencia y tensión que podía palparse en el ambiente durante los instantes previos al arranque de su actuación. Al igual que ya sucediera durante la descarga de Amon Amarth, a lo largo de la actuación del combo sueco no faltarían las columnas de fuego y el humo para conceder unas mayores cuotas de intensidad a momentos puntuales del show.

Otro aspecto a destacar fue el gran dominio escénico del quinteto, especialmente del tándem Amott/Loomis, juntándose en el centro del escenario para batirse en esos intensos duelos de guitarra. Mención especial merece la labor de Alissa, quien no solo estuvo a un nivel altísimo vocalmente hablando, sino que también se comportó como una autentica fiera: saltando, bailando y moviendo la cabeza incansablemente.

Ganas, muchas ganas, había de ver nuevamente en directo a Arch Enemy, así que cuando las luces se apagaron y a través del P.A. comenzó a sonar “Tempore Nihil Sanat (Prelude In F Minor)”, un mar de teléfonos se alzó al aire para inmortalizar la entrada de los músicos en escena con la novedosa “The World Is Yours”, que fue acompañada de 4 enormes columnas de fuego. El recital de los suecos había empezado, así que con la gente totalmente enloquecida Alissa nos invitaría a entonar la melodía de “Ravenous”, para que acto seguido Amott y Loomis se posicionaran espalda con espalda en la parte central del escenario para batirse en el primer duelo de la noche.


Sin permitir que las guitarras dejaran de castigar nuestros oídos arrancaba “Stolen Life”, logrando que el nivel de intensidad no decreciese. Pero sin duda el momento culminante de este arranque de show llegaría con “War Eternal”, que fue presentada por Alissa con un rugido sobrecogedor. Fue en temas como este “War Eternal”, cuando pudimos ver al Amott más versátil y dinámico, pasando con una facilidad pasmosa de los aterradores riffs a los desarrollos más melódicos y elegantes.

No habría tiempo para el relax, ya que la atronadora batería de Daniel Erlandsson fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a una de las favoritas de la audiencia “My Apocalypse”, propiciando que todo el mundo se pusiera a saltar mientras el fuego se alzaba para crear un muro entre los músicos y sus seguidores. Con una Alissa absolutamente desatada llegaba el momento de presentar “You Will Know My Name”, para la que el escenario se teñiría de color carmesí mientras la vocalista se situaba junto a la tarima de la batería para ceder todo el protagonismo a las guitarras.

 Poco a poco los temas de la formación sueca iban cayendo sobre nuestros castigados cuerpos, pero para los que todavía tenían fuerzas para saltar el bajo de Sharlee D´Angelo marcaría la entrada de ese trallazo incontestable que es “Under Black Flags We March”, con  Alissa ondeando una bandera con el logo de la banda. Precisamente sería la propia vocalista la que se referiría a “As The Pages Burn”, como una de sus favoritas justo antes de atacar el tema que concluyó con ambos hachas elevando desafiantes sus guitarras al cielo estrellado de Villena.

Aunque la banda esta pensando ya en la edición de su nuevo trabajo, Alissa también se refirió a su anterior entrega en vivo  durante los prolegómenos de la devastadora “No Gods, No Masters”, que volvía a poner a todo el personal en movimiento. El nivel de euforia no decrecería gracias a la pegada de “We Will Rise”, que nos dejaba a un Amott imperial, castigando su guitarra de forma expeditiva para protagonizar una vibrante recta final que ponía el punto y seguido al show.

No tardaría mucho Loomis en aparecer en escena para tras hacer llorar su guitarra ceder todo el protagonismo a Amott durante “Snow Bound”, con Amott exprimiéndose  al máximo encorvado sobre su guitarra, en una pose que recordaba al maestro Michael Schenker. El último estallido de locura llegaría de manos del visceral “Nemesis”, que una vez más volvía a poner a todo el mundo a botar siguiendo las instrucciones de una Alissa que se ha ganado a pulso su puesto en la banda. Cada vez más potentes, pero también más melódicos, Arch Enemy continúan con paso firme su carrera hacia el olimpo del Metal,… y ahora con Alissa y Loomis en sus filas parece que han cogido la directa. Con diferencia, la suya fue una de las grandes actuaciones de esta XII edición del Leyendas Del Rock.

TRIPTYKON

Con la noche ya bien entrada y tras la soberbia actuación de Arch Enemy llegaba el momento de dejarse envolver por la oscuridad y la maldad que nos proponían los suizos Triptykon. Quizás a los más jóvenes el nombre de Tom Gabriel Fischer les diga más bien poco, pero para los que ya tenemos una edad resulta innegable la influencia que ha ejercido dentro del metal extremo con su trabajo en bandas como Hellhammer y ,sobre todo, al frente de los míticos Celtic Frost.


Pese a que a estas alturas de la jornada el cansancio empezaba a hacer mella entre lo asistentes, lo cierto es que un buen numero de seguidores, algunos ataviados con el clásico gorrito y los ojos pintados, no quisieron perderse el oscuro ceremonial que nos ofrecieron  Tom y sus secuaces.

No venían dispuestos a defraudar a nadie, de modo que protagonizaron un arranque denso, farragoso y lúgubre, ofreciéndonos un primer guiño al material clásico de Celtic Frost, descargando parsimoniosamente “Procreation (Of The Wicked)”, y posteriormente “Dethroned Emperor”, con los músicos parapetados tras las tres cruces invertidas que había repartidas a lo largo del escenario.

Habiendo colmado las expectativas de los más nostálgicos tocaba abrir el primer capítulo dedicado al material de los propios Triptykon. De modo que las guitarras se tornarían casi hipnóticas durante los compases iniciales de “Goetia”, para después sepultarnos con la rugosidad de sus demoledores  riffs. Pero no todo iban a ser ritmos lentos y cadenciosos, así que el cuarteto nos mostraría su faceta más rápida y expeditiva a lo largo de “Tree Of Suffocating Souls”.

Tal y como nos comentó el propio Tom tenía muchas ganas de volver a nuestro país tras siete años sin pisar nuestros escenarios. De modo  que acompañado de los gestos de aprobación de gran parte de los presentes el incombustible frontman nos propondría una nueva mirada al material clásico de su ex –banda con  “Circle Of The Tyrants”. Las atmósferas opresivas junto a  ciertos toques hipnóticos volverían a tomar protagonismo durante “Aurorae” y “Altar Of Deceit”, poniendo de manifiesto la polivalencia y evolución de un músico que lleva en activo desde principios de la década de los ochenta.

La última mirada al material de Celtic Frost llegaría con el mítico “Morbid Tales”, que fue cantado reverencialmente por los fanáticos que copaban las primeras filas. Mientras que el colofón definitivo estuvo reservado para una versión extendida del desquiciante  “The Prolonging”, con Tom embarcándonos en sus densas melodías hasta conducirnos al agotamiento. Pocas veces uno tiene la ocasión de ver en acción a una banda como Triptykon, capaz de moverse con soltura por diferentes estilos y sonoridades, aunque siempre conservando ese halo de misterio y maldad que tiene todo lo que toca el Sr. Fischer.

OBUS

Pioneros indiscutibles del Heavy metal nacional Obus volvían a repetir aparición en esta XII Leyendas Del Rock, y aunque siempre habrá quien pueda alegar que el cuarteto madrileño sigue sin aportar nada nuevo en los últimos años, lo cierto es que Fortu y compañía siguen demostrando año a año y concierto a concierto que siguen teniendo un directo realmente arrollador.


Y es que el incombustible frontman se mostró en su versión más macarra e irreverente, paseándose incansablemente sobre el escenario mientras desafiaba al personal para que le acompañara a entonar esos temas clásicos que se han convertido en himnos imprescindibles para cualquier seguidor del metal en nuestro país.

Con un montaje escénico muy vistoso, con la batería situada sobre una altísima batería y respaldados sobre un sonido demoledor, en el que destacó la metalizada guitarra de Paco, la banda salió a por todas, dispuesta a convencer y hacer pasar un buen rato a su parroquia, dando el pistoletazo de salida a su escueta presentación con ese arrollador tándem que conformaron “Necesito Más” y “Pesadilla Nuclear”, que hacia que las primeras filas levantaran los puños al aire mientras no dejaban de agitar la cabeza.

Aunque como era previsible el grueso de su actuación estuvo centrado en sus grandes éxitos de la década de los ochenta, los madrileños no se dejarían en el tintero algún fugaz recuerdo a esta segunda etapa de su carrera, rescatando para la ocasión temas como el marcado medio tiempo “Más Que Un Dios”, o el irreverente “Que Te Jodan”, que servía para que todos eleváramos nuestro dedo corazón siguiendo las indicaciones de un frontman que, una vez más, demostró que es uno de los mejores showmans de nuestro país.

De su mítico “El Que Más”, no faltaría “La Raya”, con la banda sonando como un autentico tiro mientras Fortu deambulaba por el escenario tocándose la nariz, o un demoledor “Solo Lo Hago En Mi Moto”, que el vocalista dedicó a la figura del campeón Ángel Nieto que recientemente fallecía a causa de un accidente de tráfico. Tras el merecido homenaje a este irrepetible personaje del motociclismo español llegaba el turno de otro de los puntos culminantes del show con “El Que Más” y “Autopista”.

Para la recta final del show se reservarían una alargada versión de “Va A Estallar El Obus”, que incluyó la presentación de todos los miembros de la banda y un espectacular numero percusivo a cargo del batería Carlos Mirat. Una lástima que el cuarteto no supiera gestionar bien su tiempo y nos tuviéramos que quedar sin escuchar otro de sus himnos imprescindibles “Vamos Muy Bien”. 



TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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