jueves, 4 de julio de 2019

RICHIE KOTZEN-SALAMANDRA-L´HOSPITALET-BCN-25-JUN-2019


Guitarrista, cantante, compositor, productor, el polifacético Richie Kotzen es uno de los artistas más prolíficos de los últimos años, ya que ha dejado su impronta personal en trabajos de bandas imprescindibles dentro del hard rock americano como son Poison y Mr.Big, amén de tener una prolífica producción en solitario, y formar parte de esa reunión de maestros junto a Billy Sheehan y Mike Portnoy que es The Winery Dogs. Curiosamente el público que sigue la trayectoria del músico de Reading  se extiende más allá de lo que podríamos denominar audiencia roquera, y la mejor prueba fue ver la  dispar audiencia que se reunió en la Sala Salamandra de L´ Hospitalet de LLobregat para presenciar la demostración de buen gusto, feeling, y virtuosismo, que nos ofreció un Richie Kotzen que está llamado a consolidarse, si no lo es ya, como uno de los grandes talentos de este siglo XXI.

Lejos de los grandes montajes y con una puesta en escena de lo más sobria y minimalista, Richie Kotzen se presentó ante sus seguidores catalanes con un look bastante desenfadado, -muy alejado del que lucía en los tiempos en Poison o Mr.Big, vistiendo  ropa holgada y una descuidada barba-; y escoltado por el fantástico tándem rítmico que conformaron el bajista Dylan Wilson y el batería Mike Bennett. Aunque como era previsible, todas las miradas se centraron sobre Kotzen, me gustaría destacar la calidad de unos  acompañantes que dieron a los temas el empaque suficiente para que el protagonista principal de la velada pudiera brillar intensamente tanto en su faceta de guitarrista como en la de vocalista.

Arropado por sus devotos incondicionales, -que no dudaron a la hora de mostrarse de lo más efusivo con su héroe-, Kotzen y sus muchachos daban por inaugurado el show con un primer ejercicio de Classic rock como es el marchoso ”Riot”. Tras recibir las primeras muestras de cariño era un buen momento para sumergirnos de lleno en el melódico medio tiempo “War Paint”, que servía para que el guitarrista dejara patente que también es un vocalista que sabe transmitir intensidad y sentimiento en sus interpretaciones.

Como comentaba anteriormente sus compañeros de viaje, Wilson y Bennett, gozaron de un destacado protagonismo a lo largo del show. De modo que la aplastante base rítmica sería la encargada de anunciarnos que había llegado el momento de mover los pies siguiendo los  ritmos  funk roqueros de “Bad Situation”. Evidentemente, el trío tampoco dejó de lado sus raíces más setenteras durante una alargada versión de   “Your Entertainer”, que se zanjó con el guitarrista y Wilson batiéndose en un trepidante duelo que acabó desatando la euforia del respetable.

El cambio de registro hacia tesituras más netamente roqueras llegaría de manos del emocionante uptempo “Love Is Blind”, en el que Kotzen nos deleitó con una nueva demostración de magia, elegancia y buen gusto para acabar rubricando uno  de los mejores números de toda la noche. Habiendo conseguido crear una estrecha relación con sus seguidores Kotzen no quiso romper el hechizo, y prosiguió su presentación guiándonos a través de las sonoridades más bucólicas y distinguidas de “Doin What The Devil Says To Do”, que era la elegida para echar la vista atrás hasta su álbum “Into The Black”, que curiosamente ha sido el único que se ha ganado la etiqueta de “Parental Advisory”.

A lo largo de la velada fueron muchos los momentos en los que el guitarrista de Reading nos deleitó con su particular forma de tocar la guitarra, ya fuera con la delicadeza  y el feeling que destiló en los temas más relajados, o en el empuje y la garra roquera que exhibió a la hora de atacar cortes como “Peace Sign”, alternando  melodías vocales y las de su guitarra. Tras recibir una nueva ovación, el escenario quedaría sumido en la penumbra para que la base rítmica se encargara de dar el pistoletazo de salida a la intimista “Fear”.

Con el respetable rendido a sus pies Kotzen se disponía a encarar la recta final del show con un nuevo ejercicio de elegancia, dando buena cuenta para ello de las atmósferas blueseras  de la deliciosa “Remember”. La vuelta a sus composiciones más recientes vendría de manos de uno de  sus últimos sencillos “Venom”, que se convirtió en el preámbulo perfecto para el vacilón “Help Me”.

Antes de abandonar por primera vez el escenario Kotzen y sus muchachos nos regalaron una de las sorpresas de la noche, un “Stand”, que sonó bastante menos soulero que el que grabó con Bret Michaels & cía. a principios de la década de los noventa. Tras unos instantes de relax el trío regresó a escena para rematar definitivamente la velada con los pegadizos estribillos de la hard roquera “Save Me”.

Una vez más Richie Kotzen volvió a pisar tierras catalanas para dejar patente que es uno de los músicos más prolíficos y talentosos de los últimos años. Lo dicho, no importa si es al frente de The Winery Dogs o presentando su material  en solitario verle sobre las tablas es siempre sinónimo de calidad, magia,  y diversión.




TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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