jueves, 20 de marzo de 2014

BLAZE BAYLEY+INMOONERE+DR.X-BOVEDA-BCN-14-MAR-2014


Hay personajes que, por una u otra razón, no han podido disfrutar del estatus y del reconocimiento que sin duda se merecen. Seguramente, uno de los casos más flagrantes dentro del mundo del metal es  el del vocalista británico Blaze Bayley. Durante la primera mitad de la década de los noventa el vocalista sacrificó la carrera de sus prometedores Wolfsbane para ponerse al frente de la banda más importante dentro del heavy metal, los  legendarios Iron Maiden, convirtiéndose en su vocalista durante la difícil  travesía que representó la oscura segunda mitad de la década de los noventa.

Tras el abandono del carismático Dickinson, Bayley tuvo que lidiar con las críticas  de un ejército de detractores que hablaban de sus carencias vocales y escénicas para estar al frente de la mítica Doncella. Pese a ello, el vocalista aguantó el tipo, facturando  álbumes como “The X Factor” o “Virtual XI”, que si bien no pasaran a la historia por estar entre los mejores del extenso catálogo de los ingleses, sí que  les permitieron continuar girando durante los años del apogeo del “grunge”.

Pero la presión popular de los fans y la férrea voluntad de Dickinson acabaron propiciando una reunión que hacia abandonar el barco, por la puerta de atrás, a un Bayley herido y ninguneado. Tras su estancia al frente de la Doncella, Blaze continuó girando y  editando álbumes con cierta regularidad,  destacando especialmente sus primeros trabajos en solitario “Silicon Messiah” y “Tenth Dimension”, en los que  proponía un sonido más agresivo y afilado que el de  sus trabajos  al frente de Wolfsbane, o de los propios Maiden. Pero lamentablemente, la carrera del vocalista se fue deshinchando lentamente. Aunque en la actualidad el vocalista tiene un amplio catálogo en solitario, lo cierto es que el grueso del público que acude a sus conciertos son seguidores de Harris y Cía. dispuestos a “rascar” alguna de las piezas que Bayley grabara junto a la Doncella.

Aunque personalmente debo reconocer que su última entrega de estudio  “The King Of Metal”, me dejó un tanto frio, principalmente por una producción bastante mejorable, lo cierto es que esta nueva visita del carismático vocalista inglés se presentaba como una excelente oportunidad para hacer balance a sus tres décadas de carrera, y más teniendo en cuenta que hacia bastante tiempo que el ilustre vocalista no pisaba los escenarios de la capital catalana.
 
Como acompañantes  para su actuación Blaze contó  con la participación de dos bandas catalanas. Los encargados de abrir fuego está noche serían los prometedores  Dr. X, quienes se encargarían de suplir la baja de última hora de Sofire, que tuvieron que cancelar su show a causa de la enfermedad de su vocalista Pau Millera. Mientras que para calentar el ambiente  de cara a la actuación del plato fuerte de la noche contábamos con la participación de los metaleros Inmoonere, quienes provenientes de tierras tarraconenses se presentaban en la Sala Bóveda dispuestos a dejarnos una buena muestra de su arrollador potencial,  desgranando las mejores piezas de su debut “Un dia Perfecte Per Morir”.


Para ir calentando motores, y ante una sala que aun presentaba un aspecto poco concurrido, contábamos con el concurso del quinteto de Vilanova i la Geltrú Dr. X. El joven quinteto se ha convertido en un habitual dentro de la escena barcelonesa, y continúan presentando en vivo los temas de su primer Ep “Meet The Doctor”, demostrando en sus directos una progresión y un crecimiento que les convierten en una de las bandas más prometedoras de la actual escena catalana. Liderados por la brillante vocalista Alba Karry, la banda continua acumulando  tablas y experiencia, mostrando una confianza y un desparpajo impropios de su juventud, exhibiendo una  actitud  y un dominio escénico que hace que temas como el inicial “Hungry for Metal”, se estén convirtiendo en todo un himno para su cada vez más nutrido  grupo  de seguidores.

Tal y como sucediera en anteriores ocasiones que he podido ver a la banda en vivo, me gustó  especialmente el trabajo de sus dos guitarristas, Alex Ertack y Guillem Martínez, quienes  volvieron a demostrar unas buenas cualidades técnicas a la hora de intercambiarse tanto las rítmicas como las solistas en temas como el contagiosamente dinámico “Get Injected”.

Quizás en esta ocasión me pareció percibir que el quinteto estaba algo más serio y concentrado, especialmente su vocalista Alba, a la que se vio algo tensa y pendiente de todos los detalles. Pese a ello, esto no fue un hándicap  para que la banda acabara cuajando una notable actuación, apoyándose para ello  en los explosivos cambios de “God Bless Hell”, que además fue la elegida para que la vocalista nos presentará al resto de sus compañeros, para posteriormente  despedirse con su habitual versión del clásico de Neil Young “Rockin´ In The Free World”, que se convirtió en la excusa perfecta para poner a cantar a una sala que, poco a poco, iba ganando en calor y ambiente de cara al desembarco del plato fuerte de la noche.

Aunque su actuación se hizo excesivamente corta, el quinteto de Vilanova volvió a demostrar que a base de hacer bien las cosas,  y de mucho esfuerzo, se están haciendo un hueco destacado dentro de la escena de la Ciudad Condal.  Esperemos que todo el trabajo, y las buenas sensaciones que transmite la banda en directo, se vean materializadas en un próximo y exitoso debut.

Tras el buen sabor de boca que nos dejó la  actuación de Dr. X, los siguientes en tomar las tablas de un Bóveda bastante más  concurrido fueron los tarraconenses Inmoonere. A diferencia del clasicismo metálico que nos proponían los encargados de abrir la velada, la propuesta  del sexteto catalán resultó mucho más versátil y heterogénea, fundiendo unas sonoridades  y unas estructuras mucho más complejas y personales, redondeando unas composiciones en las que Inmoonere funden a la perfección las diferentes influencias de cada uno de sus miembros, abarcando terrenos  tan dispares como el power-metal, el metal progresivo e incluso algunas  pinceladas más propias del gothic metal.

Con muchas ganas, muy motivados, y perfectamente respaldados por más de medio centenar de seguidores venidos desde “el camp de Tarragona”, Inmoonere asaltaban  el escenario del Bóveda al son del potente y cambiante “Fes-Me Terra”, que servía al sexteto para romper el hielo y presentar sus poderosas credenciales, apostando por un sonido crudo y potente, en el que se fundieron  las afiladas guitarras de Mario y José Ramón con unos pasajes más envolventes y atmosféricos introducidos por los teclados de Damià. Una vez recibido el apoyo y el soporte de sus seguidores la  banda continuó desgranando los temas que integran su debut “Un Dia Perfecte Per Morir”, solapando al tema de apertura  la tormentosa agresividad contenida en “Respira El Present”, en el que la base rítmica formada por David y Pedro sería la encargada de adentrarnos en  unos explosivos  cambios de ritmo que se verían matizados por los altísimos registros de David.

Sin duda uno de los mayores atractivos de la descarga de Inmoonere fue su maestría a la hora de moverse por diferentes estructuras y sonoridades, creando unos temas muy dinámicos y cambiantes que consiguieron mantener la atención del público en todo momento,  logrando que temas como el vivaz “Tan Sols Criatures”, se convirtiera en una de las piezas más aplaudidas y coreadas de la noche, con la banda dándolo todo sobre las tablas,  mientras las teclas de Damià nos adentraban en esas ambientaciones  densas y pesadumbrosas. Tampoco faltarían durante su actuación esas atmosferas más introspectivas propuestas durante el tramo inicial de “Fugint Del Món”, que acabaría transformándose en un vendaval metálico liderado por las guitarras de Mario y José Ramón.

Aunque no dispusieron de mucho tiempo, Inmoonere supieron aprovechar al máximo su actuación, imprimiendo  una gran intensidad a su show, fundiendo los temas  y prescindiendo de largas presentaciones con lo que consiguieron dar a su actuación un gran dinamismo, dejando que cortes como el machacón “Negre O Blanc”, se convirtieran en el mejor reclamo para todos aquellos que todavía no conocían  su propuesta.

Para el tramo final de su actuación el sexteto tarraconense se guardó un par de ases en la manga, el emotivo y sentimental “Ella”, protagonizado por un inicio lento,- con su vocalista Daniel sentado en la tarima de la batería-,  para posteriormente adentrarnos en un desarrollo más denso y poderoso. Mientras que la encargada de certificar su arrolladora actuación fue la pieza que presta el nombre a su debut “Un Dia Perfecte Per Morir”, con la que nos dejaban una fantástica impresión, y con ganas de haber degustado un par de temas más.

En resumen, muy buena descarga de Inmoonere que demostraron un gran nivel técnico,  y una excelente actitud en su presentación en Barcelona, convenciendo a la audiencia con una propuesta que, lejos de los cánones y los convencionalismos, apuesta por la innovación y la fusión de estilos, sin perder, en ningún momento, sus raíces netamente metaleras.

Tras una pequeña pausa, que sirvió para dar los últimos retoques al equipo de sonido, por fin el escenario estaba listo para acoger la última actuación de la noche, la del mítico vocalista Blaze Bayley. Durante las últimas tres décadas si hay algo que ha marcado la trayectoria de Blaze ha sido la honestidad y la autenticidad que siempre ha sabido transmitir, bien fuera al frente de Wolfsbane, de Maiden, o en su posterior aventura en solitario. Aunque para el show de esta noche la figura del vocalista era el principal reclamo, lo cierto es que Blaze se mostró muy bien arropado por los músicos que le acompañan en este nuevo periplo europeo: el bajista Dan Bate, el batería Martin McNee,-que lució un aparatoso vendaje en su rodilla izquierda-, y el guitarrista Chris Appleton.

Precisamente fue el trio de acompañamiento el encargado de inaugurar la descarga,  ofreciéndonos un  largo desarrollo instrumental que marcaría el arranque del show y la posterior aparición en escena  del carismático vocalista,  que atacó en el arranque  un vibrante y poderoso  “Speed Of Light”, un golpe directo y certero con el que Blaze se presentaba ante sus seguidores con la cabeza completamente afeitada, pero conservando sus larguísimas patillas y su característica pose con el cable del micro enrollado en la muñeca. Si la aparición del vocalista ya hizo rugir con intensidad a un Bóveda realmente desbocado, el ambiente se tornó asfixiante  cuando Blaze descendió hasta el foso para empalmar con el segundo tema de la noche “The Launch”, que sirvió para  que el vocalista se dedicará  a repartir abrazos y saludos entre las primeras filas, mientras nos obsequiaba con su extenso catálogo de caras bizarras y alocadas.

Sin concedernos un segundo de tregua, y con el vocalista todavía en el foso, - de hecho Blaze se pasó gran parte del show metido allí, sintiendo el aliento de sus seguidores-, llegaba el primer momento de locura colectiva que,  como no podía ser de otra forma, llegó en forma de recuerdo a su etapa en Maiden, interpretando un acelerado  “Futureal”, durante el que la gente se agolpó junto al foso para acompañar al vocalista en los estribillos. El primer respiro de la noche, además de para los típicos saludos, sirvió para que el público coreará intensamente el nombre del vocalista. Tras el primer éxtasis de la noche había que mantener el alto nivel de intensidad que estaba teniendo la descarga, así que Blaze optó por la desbordante contundencia contenida en la primeriza “Stare At The Sun”, que se convertiría en la antesala perfecta para el segundo recuerdo  “Maiden” de la noche, de manos de un vibrante y coreadísimo  “The Clansman”,  que pese a contar con tan solo una guitarra siguió conservando toda su fuerza y dramatismo.

Aunque  este  nuevo tour del vocalista estaba anunciado como Blaze Bayley, lo cierto es que el grueso de su repertorio estuvo centrado en sus primeros álbumes en solitario, aquellos que publicará bajo el apelativo de Blaze. En cualquier caso, durante el show no faltaron algunos recuerdos hacia su etapa más reciente en forma de trallazos tan eléctricos y devastadores como “Watching The Night Sky”,- con el que el vocalista por fin regresaba al escenario junto a sus compañeros-, que no desentonaron con los aromas más añejos contenido en composiciones como la que  titulaba su primer álbum de la era   post-Maiden “Silicon Messiah”. Pese a que físicamente el cantante parece un tanto descuidado, y con algún kilo de más, lo cierto es que Blaze se mostró muy ágil y activo durante todo el show, bregando constantemente con las primeras filas, consiguiendo crear un clima realmente intenso, que hizo que temas como el machacón “Ghost In The Machine” sonaran realmente demoledores al contar con el inestimable apoyo del público.

Espoleado por la calurosísima acogida que le brindó la  sala, Blaze se mostró en todo momento como un vendaval, tanto sobre las tablas como desde el foso, e incluso se permitió alguna excursión para hacer suya la barra a la hora de  interpretar alguna de sus composiciones. Con la sala apoyando al máximo, la descarga proseguía con temas como el abrasivo “Kill And Destroy”, o el afilado “Samurai”, que volvía a devolvernos  a Blaze al foso. Si durante todo el show el nivel de electricidad e intensidad  había sido realmente alto , la recta final de la descarga estuvo introducida por un nuevo “speech”, en el que Blaze, además de hablarnos de sus 30 años  de carrera, y del inmenso honor que supuso para él pertenecer a la familia  Maiden, nos coronaba como los auténticos reyes del metal, para posteriormente atacarnos con la pieza que daba título a su última obra de estudio “The King Of Metal”.

Con la sala totalmente entregada, gracias al ambiente de hermandad y camaradería que el vocalista supo crear a lo largo de todo el show, llegaba otro de los momentos culminantes de la noche, el ultimo recuerdo a su etapa “Maiden”, de manos de un coreadísimo “Man On The Edge”, que volvió a convertir,  una vez más, el Bóveda en un clamor popular coreando aquel legendario “Faling Down”. La encargada de echar el cierre a esta primera parte del show fue otra de las piezas rescatadas de su primer álbum, la hard roquera “Tough As Steel”, que marcó un nuevo descenso de Blaze al foso para animar desde allí al resto de sus compañeros.

Con la euforia desatada, y con el vocalista completamente enajenado, llegábamos al primer bis de la noche de manos de “Blood And Belief”, en la que Blaze se mostró excesivamente efusivo a la hora de saludar a un jovencísimo fan que acabó realmente asustado después del meneo que le propició el vocalista. Tras otra pequeña charla, durante la que Blaze volvió a deshacerse en elogios y agradecimientos  hacia sus seguidores, por fin llegaba el momento de concentrarse en una de sus composiciones más emotivas, un sentimental y oscuro  “Soundtrack Of My Life”, que serviría de preámbulo para el último cartucho de la noche, el eléctrico “The Man Who Would Not Die”, que ponía la rúbrica a la  brillante e intensa actuación del vocalista inglés.

Seguramente será muy difícil, por no decir imposible, que Blaze vuelva a pisar  los mismos  locales que llenara en compañía de Mr. Harris y  sus muchachos, pero lo cierto es que el carismático vocalista continua dándolo todo  sobre las tablas en cada uno de sus conciertos,  mostrando un gran respeto y dedicación hacia el público que sigue acudiendo a sus descargas.


TEXTO:ALFONSO DIAZ

FOTOS:CARLOS OLIVER

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