miércoles, 6 de agosto de 2014

RESURRECTION FEST-VIVEIRO-31-JUL-2014



Tras la exitosa y multitudinaria edición del año pasado, el Ressurection Fest se enfrentaba a esta novena edición con el ambicioso reto de superar su propio techo y dar un importante paso hacia delante, consagrándose como uno de los festivales de referencia dentro del estado español. Para ello la organización había confeccionado un atractivo cartel en el que convivían lo mejor de tres escenas tan dispares, pero hermanadas como: la metalera, la punk y la hardcore

En cuanto al recinto elegido para la celebración del festival, se trataba de una enorme extensión de terreno en la se repartían un total de tres escenarios. Dos principales y un tercero dentro de una carpa cubierta. En cuanto a la zona de restauración, lo cierto es que, a diferencia de  lo que sucede en otros festivales, había una gran oferta gastronómica, lo que además ayudaba a que las colas no fueran excesivamente largas. Si hablamos de los precios de la bebida y la comida, la verdad es que sin ser baratos, no me parecieron excesivamente abusivos.

Antes de empezar a desgranar lo que fueron las actuaciones, si que me gustaría puntualizar que este no es un resumen completo de festival, ya que resultaría totalmente imposible hacer referencia a todas y cada una de las bandas que descargaron durante los tres días, de modo que me limitare a resumir lo que fue mi festival,  las actuaciones que pude ver, y las que, por uno u otro motivo, fueron las mas destacables.


RED FANG


Dentro de la maratoniana agenda de la jornada llamaba la atención la temprana actuación de los americanos Red Fang. Habituales en los festivales estivales  europeos,  los de Oregon tomaban posesión del escenario principal del Resurrection Fest para adentrarnos en sus riffs pantanosos y crujientes, impregnados de esa sabrosa y perturbadora  esencia  “sabbatica”. Pese a que personalmente creo que su propuesta está más orientada hacia  la intimidad de los  pequeños clubs, lo cierto es que   los americanos tiraron de tablas y experiencia para proponernos  un set compacto y crujiente en el que nos ofrecieron  los mejores números de su discografía, haciendo especial hincapié en las composiciones de  su segundo trabajo “Murder The Mountains”.




Durante los últimos años la banda ha visitado nuestros escenarios en repetidas ocasiones, y eso se notó, y mucho, al observar la respuesta que el público ofreció a  cortes  como “DOEN”, “Malverde” o "Blood Like Cream", con esa infranqueable muralla sonora  que crearon las guitarras de   Bryan Giles y David Sullivan,   o ese golpe directo a la cabeza que representa  "Throw Up", con las primeras filas saltando intensamente mientras los más rezagados acompañaban agitando la cabeza.



Tampoco faltaron durante su actuación los coros impregnados de rabia hardcore en la salvajemente adictiva  "Into The Eye", ni una rotunda recta final protagonizada por "Wires" “Dirt Wizard” y la mastodóntica "Prehistoric Dog", con la que los de Oregon se marchaban dejando plenamente satisfechos a su cada vez mayor número de seguidores.




AMON AMARTH

Los suecos Amon Amarth eran los encargados de ofrecernos la primera ración death metalera en el incomparable marco del escenario principal. Mucha expectación había suscitado esta nueva visita del quinteto de Tumba, de modo que se podía palpar en el ambiente  la tensión de unos aficionados que pocos minutos antes del inicio del show se apresuraban en tomar posiciones frente al escenario. Mucha curiosidad había por ver la puesta en escena que nos ofrecerían los suecos y el repertorio que descargarían en su primera visita a Viveiro.

Aunque en esta ocasión la puesta en escena fue bastante sobria, utilizando únicamente un enorme telón trasero que reproducía la portada de su último trabajo "Deceiver Of The Gods", Johan Hegg y sus muchachos salieron a escena dispuestos a  ofrecernos una buena muestra de su arrollador  potencial metálico, consiguiendo dejar una muy buena impresión a su paso por esta novena edición del Resurrection Fest.

Con el astro rey alcanzando su ocaso el quinteto, precedido de una larga introducción, tomaba posiciones para ratificar el  por qué son  una de las bandas más respetadas y seguidas dentro de la escena del death metal melódico. Así que totalmente huérfanos de alardes técnicos y visuales los suecos prefirieron concentrarse en lo básico, la potencia de sus instrumentos y la calidad de sus composiciones  para conseguir conectar con una nutrida legión  de seguidores que apoyaron y corearon de forma reverencial piezas de nuevo cuño como "Father Of The Wolf", "Deceiver Of The Gods", o la más oscura y melódica "As Loke Falls", con las que ratificaban la excelente acogida de su último trabajo de estudio “Deceiver Of The Gods”.

Si los primeros compases del show habían servido para testar el nuevo material de la banda, la temperatura se caldeó aún más entre las primeras filas cuando los suecos empezaron a echar mano de la artillería pesada,  descargando trallazos del calibre de "Guardians Of Asgaard", recatado de su “Twilight Of The Thunder God”,  o el seminal  "Cry Of The Black Birds". Cabe remarcar que durante toda la actuación  la banda se mostró muy sólida y compacta en escena, y se les notó especialmente motivados ante una audiencia que les apoyó y aclamó como auténticos héroes. De hecho, Johan Hegg se mostró muy agradecido ante el calor y las muestras de apoyo recibidas, tal y como manifestó antes de dar las pertinentes instrucciones para montar un gran "circle-pit" durante el devastador "Asator".

Con la gente totalmente entregada llegaba el momento de la despedida, y las encargadas de protagonizar la recta final del show  fueron la siempre efectiva “War Of The Gods” y una celebradísima  "Twilight Of The Thunder God", que puso a las primeras filas a cantar, significando un fantástico  final  para su notable actuación.


THE OCEAN

Si de algo pueden presumir The Ocean es de lo heterogéneo de su propuesta, lo que hace realmente difícil encasillar el personal estilo de los germanos. Intensos, eclécticos e introspectivos, el combo berlinés se ha ido consolidando con el paso de los años como uno de los nombres de referencia para todos los seguidores de la emergente escena progresiva y post metalera.
 
A pesar de los continuos cambios en su formación, el guitarrista Robin Staps sigue conduciendo con mano de hierro el timón que guía el navío alemán. Aunque en esta ocasión la banda se presentó  en Viveiro sin sus habituales efectos visuales y sus proyecciones, lo cierto es que  The Ocean supieron descargar toda su munición progresiva  ante una audiencia muy atenta y receptiva, que no se mostró particularmente participativa,  pero que no quiso perderse detalle de su hipnótica actuación.

Su repertorio de esta noche se basó casi de forma íntegra  en el material contenido en su más reciente entrega "Pelagial". Así que como si de un viaje transoceánico se tratara la travesía se iniciaba con esos  explosivos cambios y esas  atmósferas  opresivas que nos conducirán directamente  hacia la perturbadora "Disequillibrated", para posteriormente hacer escala en la apoteósica "Let Them Believe", que sería la encargada de marcar el momento álgido  de su actuación.

Muy destacable, por su entrega e  intensidad,  me pareció la actuación del vocalista Löic Rossetti, quien desde los primeros compases del show con “Impasses” se mostró especialmente motivado, encaramándose a la valla para fundirse con los seguidores de las primeras filas, dando más mordiente y emoción a la descarga de los alemanes. Pese a que el sonido no fue todo lo brillante que nos hubiera gustado, la banda sonó cruda y envolvente, ofreciéndonos sin apenas mediar palabra piezas como "Signals Of Anxiety" o "The Origin Of Our Wishes", que nos sirvieron para ratificar  que los alemanes son una banda de presente y con un futuro realmente prometedor: Innovación, actitud y potencia fueron algunas de las armas con las que los alemanes supieron convertir el Ritual Stage en un oscuro y profundo océano de emociones.


MEGADETH

Con la noche ya bien entrada llegaba el momento de recibir a  los que sin duda eran uno de los platos fuertes de esta primera jornada del festival Megadeth.  La formación del  incombustible Dave Mustaine se ha ganado un puesto de privilegio dentro de la escena internacional, lo que le permite poder presentarse en numerosos festivales europeos sin la necesidad de tener nuevo material que presentar. Pese a que la banda, actualmente, no vive su mejor época, lo cierto es que sigue teniendo un enorme tiron entre la audiencia metálica, y eso se notó en la gran cantidad de publico que aguardaba impaciente la salida de los americanos.

Al igual que hicieran en su anterior visita en nuestro país, dentro del festival Sonisphere, la banda llevaba un ambicioso montaje escénico, con tres pantallas resguardándoles por las que se irían proyectando imágenes que hacían referencia a las letras de las canciones que estaban interpretando. Acogidos como auténticos héroes y acompañados de una estruendosa ovación el cuarteto fue posicionándose en escena, siendo el ultimo en aparecer el propio Mustaine para dar el pistoletazo de salida con un efectivo “Hangar 18”, un viejo clásico del catalogo de los americanos que conseguía despertar la euforia entre sus seguidores. Pese al prometedor arranque la verdad es que rápidamente pudimos percatarnos de que la banda sonaba excesivamente limpia y a un volumen excesivamente bajo, cosa que se mantuvo como una constante durante toda su actuación.

El combo americano no disponía de mucho tiempo, asi que prefirieron dejar las presentaciones a un lado y embarcarse en una sucesión de clásicos como “Wake Up Dead!, el introspectivo “In My Darkes Hour”, o un coreadísimo “Skin O´My Teeht”, que pese a suscitar la algarabía del respetable, no acabó de satisfacer plenamente a nadie. Y es que la banda, durante todo el show, sonó excesivamente plana y acomodada, sin ese nervio y esa electricidad que siempre les ha caracterizado y que les ha convertido en un nombre de obligada referencia para todos los seguidores del metal americano.

Quizás el único miembro que rayó a un excelente nivel dentro del cuarteto fue el guitarrista Chris Broderick, quien nos ofreció sus excelentes aportaciones en los solos de temas como “Sweating Bullets” o “Tornado Of Souls”. En cuanto al resto de sus compañeros, Dave Ellefson se mostró bastante más distante y menos participativo que en anteriores ocasiones, mientras que el líder de la banda, Dave Mustaine, no parecía acabar de encontrarse excesivamente a gusto sobre las tablas, cambiando continuamente de posición e intentando infructuosamente que su guitarra consiguiera transmitir la rabia a la que nos tiene acostumbrados.

Su ya durante la primera parte de su actuación, en la que la banda tiró de su artillería pesada, el cuarteto no había conseguido convencer a sus incondicionales, la cosa se puso todavía pero cuando empezaron a sonar temas más recientes que no gozan de las mismas simpatías entre sus seguidores. Así temas “Public Enemy No.1” o “King Maker”, pese a ser alternados con trallazos como “She-Wolf” o “Trust”, no lograron hacer que la temperatura subiera entre las primeras filas. Curiosamente fue un tema de ritmo pausado como “ A Tuet Le Monde”, el único  que logró contar con la aprobación unánime  de los allí congregados.

Para encarar la recta final de su actuación la banda volvió a recurrir a los temas más celebrados de su extensa trayectoria, tirando de valores seguros como “Symphony Of Destruction”, “Peace Sells” o “Holy Wars… The Punisment Due)” que fue el encargado de echar el cierre a una actuación bastante  gris y desangelada. No se si fue por el deficiente volumen, por la actitud un tanto displicente de los músicos, o porque ya conocía el montaje escénico, pero lo cierto es que la actuación de Megadeth me decepcionó en líneas generales. Quizás tuviera unas expectativas demasiado altas en su descarga, pero lo cierto es que después de haber visto a la banda en numerosas ocasiones, conozco perfectamente cual es el nivel que pueden llegar a ofrecernos en directo. Sin duda está  no fue su noche.


KREATOR

Tras el pequeño fiasco que había supuesto la actuación de Megadeth, teníamos la posibilidad de desquitarnos con la  descarga de uno de los pesos pesados dentro de la escena thrasher europea, los germanos Kreator. He de reconocer que, tras la monstruosa y apoteósica descarga que nos ofrecieron en el Rock Fest de Barcelona, tenía muchísimas ganas de volver a ver a la formación del carismático Mille Petrozza. Curiosamente fue la descarga de los alemanes una de las pocas que se demoró en el arranque, acumulando un retraso de unos veinte minutos, sin duda propiciados por unos problemas técnicos que impidieron que la banda pudiera instalar esos llamativos cañones de humo y confeti que tenían que ambientar y dar colorido a algunos momentos del show.

Acompañados por la introducción “Mars Mantra”, los chicos de Kreator fueron adueñándose  del escenario para rápidamente someternos a una devastadora sesión de thrash metal old school. Como auténticos titanes los germanos  empezaron a escupir a un volumen atronador piezas despiadadas y arrolladoras como “Phantom Antichrist” o el crujiente “From Flood Into Fire”, que gozaron de una fantástica acogida por parte de sus incondicionales, permitiendo así que la banda se fuera creciendo a medida que avanzaba el concierto. El carismático Mille Petrozza se mostró en todo momento como un líder sólido y compacto, sabiendo conectar con la audiencia y liderando a sus compañeros a través de piezas clásicas como “Endless Pain” o el primerizo “Pleasure To Kill”, que fue el causante de un  “circle-pit “realmente demencial.

Tampoco se quedaron atrás en cuanto a la respuesta obtenida por parte del publico piezas más novedosas como “Hordes Of Chaos”, una apoteósica “Phobia”, realmente asombroso como ha ido creciendo este tema dentro del repertorio de los alemanes, o ese blasfemo “Enemy Of God”, que convertiría el foso en un mar de cuerno señalando al cielo. Aunque evidentemente Petrozza es el autentico motor y líder de la banda, lo cierto es que el resto de sus compañeros también rallaron a un excelente nivel, sabiendo asumir sus propias cuotas de protagonismo, especialmente el guitarrista Sami Yii-Sirniö, que se marco un solo realmente devastador durante la corrosiva “Civilization Collapse.

Con la audiencia completamente entregada a la voraz propuesta de la formación germana llegaba el momento de abrir el tarro de las esencias, y la encargada de adentrarnos en el sprint final del show fue la intro pregrabada de “The Patriach”, que como no podía ser de otra forma nos acabó arrojando a “Violent Revolution”, provocando nuevamente un descontrol generalizado entre las primeras filas. Con un Petrozza blandiendo una bandera con el logo de la banda arrancaba la imprescindible “Flag Of Hate”, que se convirtió en la excusa perfecta para un gigantesco “Wall Of Death”. Pero sin duda si hubo un momento realmente memorable, consiguiendo invocar  el antiguo espíritu thrash metalero, este fue un correoso  y destructor “Tormentor”, que les servía para rubricar una excelente actuación. Pese al paso de los años, el veterano Mille Petrozza sigue demostrando, concierto a concierto, que sus Kreator siguen siendo una banda de garantías y una apuesta segura de cara al directo. Sin ninguna clase de dudas, la suya fue la mejor descarga de esta primera jornada festivalera.


enlace crónica del Viernes 1 de Agosto

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