martes, 1 de diciembre de 2015

FEAR FACTORY+ONCE HUMAN+DEAD LABEL-RAZZMATAZZ 2-BCN-17-NOV-2015




Hay trabajos que marcan un antes y un después en la trayectoria de una banda. En el caso de los californianos Fear Factory ese punto de inflexión llegaría con   “Demanufacture”, un trabajo que definía su estilo y les consolidaba definitivamente como  uno de los abanderados del metal industrial. Justo ahora cuando se cumple el vigésimo aniversario de  la edición de aquel legendario  lanzamiento, y coincidiendo con la publicación de su última referencia “Genexus”, la formación capitaneada por el vocalista Burton C. Bell y el orondo guitarrista Dino Cazares se embarcaba  en un nuevo periplo por el viejo continente en el que desgranarían  los temas de una de las obras cumbre del metal de la década de los noventa.

Tres años habían pasado desde su última a la visita a la Ciudad Condal presentando “The Industrialist”, y aunque la banda parece haber recuperado la buena senda, lo cierto es que su nivel de popularidad ha decrecido preocupantemente durante los últimos años. Sin duda el reclamo de volver a escuchar las composiciones de “Demanufacture” fue un importante  aliciente  para que la sala mediana del Razzmatazz acabara presentando un fantástico aspecto. Además, como compañeros de viaje los americanos contarían con la presencia de sus compatriotas Once Human, la nueva banda del productor y ex guitarrista de Machine Head, Soulfly y Medication, Logan Mader,  mientras que los elegidos para inaugurar la velada serían Dead Label.

No había muchas referencias del estilo que practicaban los encargados de abrir esta noche  martes, Dead Label, pero lo cierto es que el trío irlandés nos sorprendió con un sonido crudo y visceral, atacando sin ningún tipo de contemplaciones  un rabioso deathcore.

Aunque a esas horas el ambiente en la sala era aún algo frío, Dead Label supieron conectar rápidamente con el personal  presentando algunas de las composiciones que formaran parte de su segundo largo  “Throne Of Bones”, que saldrá a la venta a principios del próximo año.

Muy motivados y con la firme intención de conseguir adeptos entre los más curiosos, los irlandeses salieron a escena con el cuchillo entre los dientes, dejando que la visceralidad de “Are You Ready To Kill”, sorprendiera a más de uno, gracias a  la descomunal pegada de la base rítmica que forman el bajista y vocalista Dan O´Grady y la batería Claire Percival. Tampoco faltarían las atmosferas más tétricas  junto a  los oscuros riffs  de Danny Hall durante el tortuoso “Salvation Is Sacrifice”.

Pese a ser los encargados de romper el hielo Dead Label disfrutaron de un sonido bastante aceptable, lo que acabó propiciando que la gente se fuera animando a medida que avanzaba el show, contagiándose de la energía y la vitalidad que exhibieron en piezas como “Omonius”, para la que Dan nos pidió que hiciéramos todo el ruido posible. Un último anticipo de lo que será su próximo trabajo “Throne Of Bones” fue la pieza elegida para  cerrar su escueta presentación, “Void”.

Debo admitir que tenía muchas ganas de ver en directo a la nueva formación de Logan Mader. Curiosamente, eran pocos los que estaban al corriente de la nueva andadura del  guitarrista canadiense, por lo que más de uno se sorprendió al reconocerle sobre el escenario con sus larguísimas rastas y su torso tatuado. Pero que nadie se llame a engaño, ya que Once Human es algo más que la nueva aventura de Mader. Capitaneados por ese vendaval en directo que es su vocalista Lauren Hart, el quinteto de Los Ángeles  nos ofreció una impactante sesión de death metal melódico, dando buena cuenta de las composiciones que componen su  prometedor debut “The Life I Remember”, que veía la luz a principios del pasado mes de Septiembre.

Una monumental introducción serviría de sintonía para que los músicos tomaran posiciones sobre el escenario para romper el hielo con “Ground Zero”, dejando que las demoniacas voces de Hart nos trajeran al recuerdo el material de los  suecos Arch Enemy. Tras haber captado la atención de todos los presentes la descarga proseguiría con la corrosiva “You C*nt”, que les servía para apretar los dientes mientras las primeras filas se animaban a formar los primeros pits de la noche. Aunque en un principio podría parecer que Mader sería quien acaparara todo el protagonismo, lo cierto es que el guitarrista se mostró bastante comedido en escena, moviéndose intensamente pero dejando que fuera Hart quien llevara las riendas de la actuación

Y es que la vocalista se mostró absolutamente intratable, lanzando con absoluta visceralidad sus líneas vocales mientras no dejaba de agitarse y  recorrer el escenario animando a que el personal se sumara a la fiesta contagiados por la potencia de temas como “Pick Your Poison”, en los que combinaron a la perfección contundencia, melodía y un impactante juego de luces. Pero sin duda los momentos más intensos y vibrantes de su presentación llegarían cuando el quinteto se concentro en atacar sus composiciones más directas y viscerales, dejando unas fantásticas sensaciones al adentrarnos en los demenciales desarrollos del aplastante “Terminal”.

Si durante los primeros compases de su actuación Once Human se habían concentrado en mostrarnos su faceta más cruda y visceral, fue a lo largo de  temas como “I Am War” o el camaleónico “The Life I Remenber” cuando Hart nos demostró que además de dominar ese registro agresivo y descarnado también es capaz de adentrarse en texturas más melódicas y envolventes para  crear una atmósfera introspectiva e hipnótica. Poco duraría la tensa calma, ya que rápidamente el quinteto regresaría a la carga  con una nueva ración de ese poderoso groove de corte noventero que protagonizaría  “Demoneyes”, que volvía a hacer subir las revoluciones entre una audiencia de lo mas animada y participativa.

Tampoco faltarían a lo largo de su show la orquestaciones pregrabadas que servirían como preámbulo para “Devil Can Have You”, que ratificaba la versatilidad de una banda que sabe desenvolverse a la perfección a la hora de intercalar pasajes melódicos y sus habituales aceleraciones de alto octanaje metálico. El regalo que Mader tenía reservado a sus seguidores fue una tremenda versión del clásico de Machine Head “Davidian”, que servía para que gran parte de los presentes aunaran sus gargantas a la hora de corear su mítico estribillo. Con la gente absolutamente desatada llegaba el momento de finiquitar su debut en los escenarios de la Ciudad Condal recurriendo para ello a la que quizás es la pieza más compleja de su debut “Time Of The Disease”. Mucho tiempo ha permanecido Logan Mader apartado de los escenarios, pero ahora con las energías renovadas y con la  savia nueva que aporta Lauren Hart parece que el canadiense tiene entre manos un proyecto de lo más interesante y que parece tendrá continuidad de cara al futuro.

Tras la descargas de Dead Label y Once Human  en la sala se respiraba un fantástico ambiente aguardando la visita de las estrellas de la noche, Fear Factory. Curiosamente la de esta noche fue una de las esperas más largas que hemos vivido  en los últimos tiempos, ya que la media hora larga que tuvimos que esperar hasta el arranque del show estuvo amenizada por una sesión de música electrónica. Un montaje sobrio, en el que únicamente destacaba un enorme telón de fondo en el que podía apreciarse la chimenea de una industria expulsando humo, sería todo el decorado que luciría la banda en escena. La novedad con respecto a su anterior visita a la capital catalana era la inclusión del bajista Tony Campos (ex Soulfly) formando equipo  rítmico  junto al batería Mike Heller.

Como comentaba anteriormente, el principal atractivo de esta nueva gira era volver a disfrutar en directo de las composiciones del segundo trabajo de la banda. De modo que si los fans querían volver a escuchar aquellas composiciones, que mejor que dárselas desde el inicio y en el mismo orden que en el plástico. Así que todos estallamos al reconocer el inconfundible repiqueteo metálico que servía como introducción a la pieza que prestaba el nombre al álbum “Demanufature”, que hacía que la sala se convirtiera en un auténtico hervidero, con todo el mundo botando, mientras Burton empezaba a combinar sus característicos registros vocales y Dino nos rebanaba la yugular  con sus afilados riffs de guitarra.

Desde el primer momento se vio que la banda venia dispuesta a convencer a sus más devotos incondicionales. De hecho el cuarteto puso toda la carne en el asador desde que pusieron los pies en el escenario. Es por ello que el set, al igual que sucede con el propio disco, tuvo un ritmo trepidante y visceral, especialmente durante los primeros seis o siete temas. Una vez cumplido el protocolo de los saludos y las presentaciones la voracidad metálica de la  base rítmica que forman Campos y Heller nos acabaría abocando sobre la iracunda “Self Bias Resistor”.  Aunque Burton parecía estar en un buen estado de forma, me sorprendió que el vocalista se mostrara bastante más resolutivo a la hora de atacar los registros agresivos, ya que se le vio flaquear a la hora de interpretar las partes más melódicas de temas como  “Zero Signal”.

Otro detalle que me llamó la atención fue lo activos que se mantuvieron Dino Cazares  y Tony Campos a lo largo de todo el show, intercambiando constantemente sus posiciones para animar al personal y conseguir que el ambiente nunca decayese, y más cuando el cuarteto desempolvó la artillería pesada y nos espetó sin previo aviso un celebradísimo “Replica”, que hacia que  la sala se viniera literalmente abajo. Mientras las primeras filas intentaban recuperar el aliento, Burton volvía a agradecernos nuestra presencia antes de que el escenario se tiñiera de rojo y la fiesta prosiguiera con esa rotunda bofetada que fue “New Breed”, que era la escogida para que la banda volviera a pisar el acelerador al máximo  mientras la gente se desgallitaba a la hora de corear su estribillo.

Pese a que Burton fue quien llevó las riendas y los tempos del show, lo cierto es que Dino Cazares también supo tirar de galones, posicionándose en más de una ocasión junto a su compañero en el momento de las presentaciones, e incluso se permitió animar al personal y ponerle a dar palmas durante la introducción de su versión de los británicos Head Of David,  “Dog Day Sunrise”, que, ahora sí, hacía disminuir la euforia inicial que había representado un arranque absolutamente fulgurante. Y es que quizás la única pega que tuvo el show fue que tras firmar un primer tramo arrollador, el cuarteto no pudo mantener semejante nivel de intensidad.  Y no lo digo por que la banda bajara el pistón o flojeara a medida que transcurría la velada, sino porque los temas más reconocidos y celebrados del disco están en su primera mitad.

Pero dejando a un lado estas consideraciones, los seguidores de la banda continuaron disfrutando intensamente con el ritmo crudo y demencial que nos propusieron en una incontestable  “Body Hammer”, que fundía a la perfección esa ambientación fría y futurista con la crudeza de la guitarra de Dino, dejándonos la imagen de un esforzado  Burton que tenía que exprimirse  al máximo para sacar adelante las partes melódicas. Por si alguien albergaba algún tipo de duda con respecto al potencial de la nueva base rítmica de los americanos, los aromas marciales de “Flashpoint” zanjarían cualquier tipo de discusión sobre la valía de Campos y Heller.

Con el escenario sumido en la más absoluta penumbra, una fantasmagórica  alocución llenaba todo el recinto mientras una densa neblina se adueñaba del escenario antes de que los músicos tomaran el control y nos espetaran de forma tajante “H-K”, caldeando el ambiente de cara a un  intenso tramo final.  Todos sabíamos que esta primera parte del show estaba llegando a su fin, de modo que la gente se entregó al máximo  a la hora de acompañar la seminal “Pisschrist”, que se acabaría convirtiendo en el preámbulo perfecto para una acortada versión de  la atmosférica “A Therapy For Pain”, que fue la escogida para cerrar esta primer acto de la velada.

Lo anunciaron y  lo habían cumplido. En poco menos de una hora los americanos nos habían ofrecido una revisión de su clásico de 1995, pero la velada todavía no había concluido. Curiosamente para dar el pistoletazo de salida a unos extensos bises Fear Factory se centrarían en su siguiente obra de estudio “Obsolete”(1998), de la que nos ofrecerían la demoledora “Shock” y la corrosiva “Edgecrusher”  que una vez más volvía a poner a toda la pista a botar mientras cantábamos su machacón estribillo.

Aunque la banda tiró de nostalgia durante prácticamente toda la actuación, tampoco quisieron dejarse en el tintero algún guiño a su más reciente entrega discográfica “Genexus”, así que el tramo final del show estaría reservado para una representativa tripleta compuesta  por “Soul Hacker”, “Dielectric Play” y la más melódica y experimental “Renegarate Play”, que teñía el escenario de una intensa luz azul. El cierre definitivo estaría reservado para un clásico dentro de la carrera del cuarteto, el primerizo “Martyr”, que les servía para dejar a una audiencia completamente satisfecha con el espectáculo recibido.

Desafortunadamente el tiempo no pasa en balde para nadie, y aunque las composiciones de “Demanufacture” han aguantado bastante bien el paso de los años, lo cierto es que Burton se mostró bastante limitado a la hora de poder recrear en directo  la amplia gama de tonalidades que incluyen los temas del disco. En cualquier caso, balance muy positivo de esta nueva visita de unos Fear Factory a los que en esta ocasión vimos en un buen estado de forma.





TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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