lunes, 23 de diciembre de 2019

JINJER+THE AGONIST+KHROMA+SPACE OF VARIATIONS-SALAMANDRA-L´HOSPITALET-BCN-12-DIC-2019


Indiscutiblemente Jinjer son una de las bandas del momento. Para muchos  la formación ucraniana que comanda  Tatiana Shmaylyuk ha irrumpido con fuerza dentro de la escena europea, pero lo cierto es que llevan trabajando duro durante la última década. Además los que hemos tenido ocasión de seguir su trayectoria les hemos visto crecer y consolidarse, ofreciéndonos unos directos cada vez más salvajes y devastadores. Y es que en sus anteriores visitas pudimos  verles abriendo para otros de los protagonistas del cartel de esta noche The Agonist, pero también  acompañando a Arch Enemy en Razzmatazz, a Devildriver en Razzmatazz 2  , y a  Amorphis en esta misma sala en febrero del presente año. Pero sin duda la descarga que les catapultó en nuestro país fue la de este pasado verano dentro del marco del Rock The Coast. Pese a ello, creo que pocos podrían vaticinar que el cuarteto iba a conseguir agotar todas las entradas de sus conciertos en nuestros país, y más como cuando en el caso de la Ciudad Condal la cita se trasladó del Bóveda al  Salamandra.

Como comentaba anteriormente para reforzar, aún más si cabe, el impresionante cartel de esta noche contaríamos con la presencia  de The Agonist, quienes regresaban a nuestro país para presentar las composiciones de su más reciente entrega discográfica “Orphans”; que se editaba  a mediados del pasado mes de Septiembre. Pero dejando a un lado a las dos bandas con chica al frente que coparon los puestos principales del recital de esta noche, tendríamos ocasión de descubrir la personal propuesta de Khroma. Mientras que los encargados de abrir la velada con una rotunda demostración de adrenalítico metal con tintes “core” fueron los también ucranianos Space Of Variations.

Para dar el pistoletazo de salida a las actuaciones a una hora todavía temprana contaríamos con  los chicos de Space Of Variations. Me sorprendió muy positivamente que cuando el combo ucraniano apareció en escena había ya bastante público en la sala. Así que contando con el apoyo de una buena representación de seguidores, y con el beneplácito de un puñado de curiosos que no quisieron perderse su puesta de largo en tierras catalanas, la banda aprovechó para desgranar  algunas de las composiciones que forman parte de su  primer largo “Mind Darknet”.

Aparecieron precedidos de una sirena para rápidamente apoderarse del escenario y empezar a moverse intensamente al son de “Suicide Rave”. No tuvieron muchas dificultades para  que el público se implicara desde los compases iniciales del show en una propuesta que alternó los desgarradores rugidos  de su vocalista Dima Kozhuhar, los registros melódicos del guitarrista Alex Zatserkovny, y algunas líneas pregrabadas, creando un post-hardcore que se vio enriquecido con unas intensas pinceladas de electrónica, tal y como dejaron patente en temas como el aplastante “Dance Of My Bones”. 

Pese a que debo admitir que tenía muy pocas referencias de la formación  de Vinnytsya, lo cierto es que me encantó como supieron conectar con la joven audiencia  que a esa hora poblaba la sala. Así que fue todo un espectáculo ver como banda y público botaban al unísono para seguir el trepidante ritmo de “Tibet”, que combinaba su descomunal crudeza con otros desarrollos más etéreos y ambientales. Y es que los cambios de ritmo y las camaleónicas ambientaciones fueron una constante a lo largo de la descarga de Space Of Variations, y la mejor prueba fueron  las sonoridades étnicas pregrabadas y los registros electrónicos que marcaron la exótica  y desconcertante “Moonlight”.

Pero que nadie piense que la apertura de miras a nivel estilístico que demostraron los ucranianos en temas como en el post-industrial “Razorblade”, desmereció su faceta más potente y agresiva, ya que trallazos arrolladores como “Perfect Enemy”, sirvieron para que la banda estableciera una estrecha conexión con unos seguidores que se fueron animando según avanzaba el show. Antes de abandonar definitivamente el escenario la banda  todavía tuvo tiempo de hacernos botar a todos con un “Fuck This Place Up”, que sonó como toda una declaración de intenciones para dejar  las espadas por todo lo alto de cara a lo que estaba todavía por llegar.

Los elegidos para tomar el testigo de los ucranianos y seguir amenizándonos la tarde antes de la llegada de los dos platos fuertes  de esta tarde/noche de jueves fueron Khroma. En ocasiones cuando uno tiene oportunidad de ver estas giras que reúnen  a varias formaciones que practican estilos diferentes puede pasar que alguna de ellas no acabé de conectar con el espectador. Y eso fue lo que le sucedió a un servidor con la descarga del combo finlandés.

Con esto no quiero decir que Khroma dieran un mal show, ni mucho menos. Sino que en ningún momento llegaron a captar mi atención, y, lamentablemente, viendo la reacción del respetable  creo que no fui el único, ya que su propuesta resultó demasiado sintética, -muy apoyada en la electrónica y los samplers-, y con un punto vanguardista que personalmente no acabe de entender. Ya desde el mismo arranque con “Alarmists”, y su disposición escénica, -con la batería esquinada a un lado y con un ordenador situado en el centro del escenario desde que el que su vocalista, Riku Rinta-Seppälä, disparaba las programaciones, nos dimos cuenta de que su propuesta iba a girar hacia derroteros más experimentales.

Y lo cierto es que no nos equivocamos, ya que su descarga fue como una especie de rave, aunque reforzada por unas  hirientes y abrasivas guitarras que hicieron que temas como el que daba título a su debut de 2014 “Collapse”, sonasen densos, pantanosos y totalmente monstruosos gracias a los desgarradores alaridos de un frontman que se mantuvo deambulando por un escenario que permaneció a media luz durante todo el show. A diferencia de lo que sucediera con los encargados de abrir la velada, la respuesta del respetable ante la propuesta del combo de Helsinki fue bastante más tibia, con lo que me dio la sensación de que no fui el único que no supo interpretar lo que la banda proponía en temas como el novedoso “Kill The Friction”, que fundía furiosos desarrollos con unas sutiles notas de sintetizador y múltiples efectos electrónicos.

Tampoco puede decirse que el combo de Helsinki se mostrase excesivamente comunicativo con un respetable que se mantuvo distante y un tanto expectante, limitándose a tributarles unos tímidos aplausos entre tema y tema.  Pese a ello, los temas que mejor acogida obtuvieron fueron los que sonaron más orgánicos y directos, y sin duda el que se llevó la palma fue “A Simple Lie”. No abandonarían el material de su último largo de 2016 “Stasis”, ya que para encarar la recta final del show optaron por la pétreas sonoridades de “The Push”, con Riku intercalando registros limpios y sus habituales rugidos.

Más envolventes y perturbadoras sonaron  las ambientaciones de “Slaves For The Virus”. Mientras que las tesituras más intimistas y tortuosas fueron las que marcaron el inicio del tema elegido para cerrar su descarga “Machinal”. En definitiva, extraña y novedosa propuesta la que nos ofrecieron unos Khroma que me dio la sensación de que no acabaron de conectar con un público que esperaba a una banda más orgánica y guitarrera.

Se da la paradoja, si la memoria no me falla, que la última vez que los canadienses   y Jinjer compartieron escenario en nuestro país, fueron ellos quienes se encargaron de cerrar la velada. En cualquier caso, no tardarían en aparecer en escena The Agonist, una banda que dejando a un lado el aspecto meramente musical está muy en boga por la temática ecologista de sus letras, y más si tenemos en cuenta que en estos días se celebraba en Madrid La Cumbre Del Clima. Pero dejando a un lado estas particularidades, lo cierto es que los death metaleros de Montreal ratificaron con un directo potente y arrollador,  que actualmente están en un gran momento de forma, con la frontwoman americana Vicky Psarakis convertida en un auténtico vendaval, capitaneando a sus compañeros para convertirse en el centro de todas las miradas.

Y es que muchos pensábamos que la banda no conseguiría sobreponerse a la salida de la carismática Alissa White-Gluz, pero lo cierto es que han sabido encontrar  el reemplazo perfecto en la figura de una Vicky que poco a poco ha ido creciendo como frontwoman y vocalista. Aunque técnicamente hablando, he de reconocer que me gusta más a la hora de afrontar las tonalidades guturales que los registros más  melódicos. Además The Agonist disfrutaron en todo momento del apoyo de un respetable que no dejó de moverse y animar desde que irrumpieron en escena para abrir fuego con la novedosa “In Vertigo”.

Tras recibir la primera salva de aplausos a modo de bienvenida. y habiéndose presentado a los que todavía no les conocían, el quinteto prosiguió su descarga con una primera mirada a su anterior etapa, rescatando para la ocasión el furibundo “Panaphobia”, de su “Prisioners” de 2012, que servía para que la acción en los aledaños del escenario no se detuviera mientras una animada  Vicky no dejaba de agitarse encaramada sobre una pequeña tarima que había situada en el centro del escenario. Evidentemente, el grueso del repertorio que nos presentó la formación de Montreal estuvo centrado en el material del álbum que publicaron el pasado mes de Septiembre. Pero eso no quiere decir que la banda  dejara pasar la ocasión de obsequiar a sus más fieles seguidores con la pegada que exhibieron en trallazos humeantes y certeros como el que abría su cuarto largo  “Eye Of Providence”, el thrashero “Gates Of Horn And Ivory”.

El elegido para retornar sobre las composiciones del mencionado “Orphans” fue “The Gift Of Silence”, que nos dejaba la imagen del quinteto completamente desatado en el primer tercio del tema para después hacernos transitar por derroteros más introspectivos y melódicos, dejando así patente que la banda no está dispuesta a repetirse. Tras el escueto solo de batería de Simon Mckay llegaba el momento de volver a revisitar  la etapa de Alissa,  adentrándonos en   las envolventes atmósferas de un “Dead Ocean” que sonó bastante más crudo y expeditivo que en su versión de estudio. Unos angelicales cánticos junto a las palmas de apoyo de un público que parecía cada vez más animado servirían para dar el pistoletazo de salida a la propia “Orphans”, que fue otra de las que dejó patente que la propuesta de los canadienses está en constante evolución.

Pero sin duda lo que más gustó a sus seguidores, y lo que se ha acabado convirtiendo en una de sus señas de identidad,  fueron esas crujientes y demoledoras estructuras deudoras del death metal melódico, tal y como dejaron patente a lo largo de  “Burn It All Down”, que fue de las que más gustaron pese a su estribillo en tonalidades cristalinas; y la final “As One We Survive”, toda una declaración de principios con la que los  canadienses dieron por concluida su presentación mientras el personal alzaba eufórico los cuernos al aire.

No defraudaron a nadie. The Agonist demostraron ser una banda trabajada y con mucha calidad. Aunque quizás esa diversificación en su sonido no ha acabado de convencer a sus seguidores más veteranos. En cualquier caso, el punto fuerte de los canadienses sigue siendo el directo.

Evidentemente el esfuerzo, la dedicación,  y el trabajo resultan imprescindible a la hora de conseguir el éxito. Pero no es menos cierto que la  suerte  también tiene que venir de cara para conseguirlo. Jinjer han estado durante los últimos años picando piedra, han trabajado incansablemente a la hora de sacar nuevo material, -ya fuera mediante singles, Eps, o discos-; y  se han embarcado en diferentes giras.  Tampoco han vacilado a la hora de presentarse en horas poco propicias  en los grandes festivales. Pero parece que ahora los ucranianos están recogiendo los frutos, ya que esta primera gira por nuestro país liderando su propio espectáculo ha servido para dejar constancia de que a día de hoy a todo el mundo le suena el nombre de la banda que lidera Tatiana Shmaylyuk, por lo menos dentro de lo que es la escena metalera.

Además su evolución ha sido paralela a su aumento de popularidad, y la banda se muestra ahora más madura y heterogénea, dispuesta a probar y experimentar en su sonido y su propuesta,  sin cerrarse ninguna puerta de cara al futuro. Quizás por ello  el combo de Horlivka es  actualmente una de las formaciones más en boga dentro del panorama del viejo continente. Y una sala completamente abarrotada se encargó de ratificarlo. Y es que a día de hoy  Jinjer tienen la cualidad de no dejar indiferente a nadie, y viendo la cantidad y el tipo de público que congregaron en su descarga,  creo que resulta evidente que gozan del beneplácito de un público mayoritariamente joven. Así que olvídate de melenas y chaquetas de cuero, ya que sus seguidores visten como ellos, con ropa deportiva. Aunque esta noche la atractiva Tatiana cambió sus bermudas  y sus habituales  calcetines largos por un elegante y estiloso vestido negro.

No hubo sorpresas, y el cuarteto ucraniano hizo suyo ese refrán que dice: “el que pega primero, pega dos veces”. Salieron a por todas, -después de que un reloj digital nosmostrara  una cuenta atrás de tres minutos-, con mucha hambre y dispuestos a noquear a un personal que se involucró al máximo en la descarga desde que empezaron a atronar  los compases iniciales de “ Teacher, Teacher”. Aunque durante los primeros compases del show el volumen del micrófono de Tatiana estuvo por debajo del de  los instrumentos de sus compañeros, lo cierto es que lahiperactiva frontwoman supo como meterse al respetable en el bolsillo con su particular forma de moverse por el escenario, agitando incansablemente la cabeza e invitando, una y otra vez, a que todos fuéramos participes de la fiesta en temas como “Sit Stay Roll Over”, que servía para que los pogos y los bailes  no se detuvieran en los aledaños del escenario.

Pero sería injusto decir que la carismática vocalista fue el único pilar sobre el que se  apoyó la descarga de Jinjer, ya que si algo han demostrado los ucranianos en sus anteriores visitas a nuestro país, es que son una maquinaria perfectamente engrasada, en la que todas sus piezas son fundamentales. Así que la base rítmica que conforman  Eugene Kostyuk y Vladislav Ulasevich brillaría intensamente a la hora de adentrarnos en los imprevisibles y camaleónicos ritmos de “Ape”. Aunque quizás tardó en llegar más de lo que muchos esperábamos, estaba claro que el cuarteto esta noche iba a presentarnos varias de las composiciones de su nueva entrega “Macro”, así que Tatiana alternó registros limpios y guturales a lo largo de “Judgement (& Punishment)”, haciéndonos transitar desde tesituras roqueras a potentes andanadas de corrosivo grovee.

Con tan sólo cuatro temas Jinjer ya habían conseguido meterse a su devota parroquia en el bolsillo, pero la noche no había hecho más que comenzar para ellos. Así que tras dirigirse por primera vez al respetable era un buen momento para realizar una segunda incursión en lo que fue su segundo largo dando buena cuenta de ese derroche de agresividad e ira que es “I Speak Astronomy”. No dejarían apartados esos rotundos cambios con tintes casi progresivos, en los que brilló especialmente el guitarrista Roman Ibramhalilov, cuya figura  fue creciendo a medida que avanzaba el show y nos dejaba muestras de su técnica y su talento en los oscuros desarrollos que marcaron “Dreaful Moments”.

Habiéndonos ofrecido una buena selección de su material más reciente para afrontar el ecuador del show Jinjer optaron por dar una sorpresa a sus fans más veteranos, así que la siguiente en sonar fue una de las piezas más potentes y directas de su primer largo “Cloud Factory”, la siempre efectiva “Who´s Gonna Be The One”, que nos dejaba a una Tatiana que se desgallitó a la hora de vocear su repetitivo y demoledor estribillo mientras la gente enloquecía en la pista. El contraste entre el presente y el pasado quedaría patente en la complejidad estructural de la novedosa “Retrospection”, que arrancaba de forma dulce y relajada para acabar  volándonos la cabeza con ese ritmo intenso y altamente machacante.

Pese a que el ritmo fue delirante durante todo el show, la banda  no mostró ningún tipo de compasión para con sus seguidores, de modo que la elegida para volver a convertir los aledaños del escenario en un auténtico infierno fue la descomunal “Perennial”, que se saldaba con todo el auditorio coreando el nombre de la banda. “On The Top” era la elección del cuarteto para volver a incidir sobre el material de  “Macro”. Mientras que la elegida para cerrar esta aproximación a su más reciente entrega fue el aplastante “Pit Of Consciousness”, que nos dejaba a  la banda creando una infranqueable pared sonora sobre la que Tatiana fue variando de registros hasta llevar al personal al éxtasis más absoluto.

Con una banda absolutamente desatada y un público que hacía ya rato que había caído rendido ante la rotunda voracidad  de los ucranianos tocaba rematar la velada, y para ello que mejor que volver a darnos argumentos  para ponernos a botar con  “Just Another”, para dejar que el colofón definitivo para la consagración de Tatiana y sus muchachos en nuestro país corriera por cuenta “Words Of Wisdom”,  y un “Pisces” que nos acabó noqueando definitivamente.


Jinjer  están viviendo su mejor momento como banda, y vaya si lo están sabiendo aprovechar. En poco tiempo les hemos visto pasar de abrir giras de formaciones importantes dentro de la escena europea  a liderar su propio espectáculo. Además su nombre suena ya a todo el mundo, y no muchas  bandas pueden presumir de llenar una sala como el Salamandra. Están aquí, y es para quedarse. Jinjer son una banda joven, con hambre, y mucha calidad;  y sin duda actualmente son una de las formaciones con mayor  proyección dentro del panorama europeo.




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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