miércoles, 27 de diciembre de 2017

DIO DISCIPLES-BIKINI-BCN-13-DIC-2014


Todos sabemos que desafortunadamente la muerte de cualquier artista acarrea un incremento en la venta de sus trabajos. Pero lo que todavía no habíamos tenido ocasión de comprobar era la repercusión que podía tener su vuelta a los escenarios aunque fuera de forma virtual. Mucho se había hablado sobre esta nueva gira denominada Dio Returns, en la que Dio Disciples contarían, al igual que sucedió en su aparición en Wacken 2016, con la presencia del holograma del mítico vocalista americano.

Mucha curiosidad y bastante expectación había suscitado la cita, y esto se acabó traduciendo en una sala Bikini abarrotada. Además de contar con el reclamo del holograma, la banda que protagonizaría la velada era de plenas garantías, conformada por instrumentistas  como el guitarrista  Graig Goldy, el batería Simon Wright, el teclista  Scott Warren y Bjorn Englen, siendo el bajista sueco el único que no perteneció a la banda de Dio. Mientras que los encargados de poner voz a una selección de clásicos imprescindibles para cualquier amante del heavy metal clásico fueron Tim Ripper Owens y Oni Logan.

Mientras en la pista se sucedían las conversaciones en torno a como podía transcurrir la velada,  una estructura situada en la parte central y trasera del escenario reclamaba nuestra atención. Y es que a través de ella fue donde se proyectó la figura del homenajeado en diferentes momentos del show. Aunque un servidor no es un entendido en la materia, lo cierto es que yo hablaría más de una imagen en perspectiva que no de lo que entendemos como un holograma. Pero, en cualquier caso, fuera como fuera, la estampa y la voz de Ronnie James Dio estuvieron allí presentes para provocar la nostalgia entre los más veteranos y dar a lo más jóvenes una idea aproximada de cómo se movía el carismático frontman en escena

Acompañados del clásico de Deep Purple “Perfect Strangers” los músicos fueron apareciendo en escena de forma parsimoniosa para tras saludar a los presentes empuñar sus instrumentos  y abrir el show con un tema mítico como “King Of Rock and Roll”. Curiosamente durante las primeras estrofas  pudimos  escuchar la voz de Ronnie, pero no fue hasta la mitad del tema cuando su silueta, con camisola blanca y pantalones negros, apareció en escena provocando el delirio entre las primeras filas.

No tardó en aparecer en escena Tim Ripper Owens para ponerse al frente de sus compañeros y dar buena cuenta de “The Mob Rules” de Black Sabbath. Fue en ese momento, una vez saciada la curiosidad inicial, cuando me percaté de la excesiva sobriedad escénica de Graig Goldy, que permaneció estático durante gran parte del show, mostrándose muy concentrado pero algo  frío y distante. Pese a ello, las ganas de la audiencia de  corear algunos himnos clásicos acabaron propiciando que temas como “Straight Through The Heart” sonaran sólidos y convincentes.


Precisamente fue el propio Owens el encargado  de presentar a su compañero a las voces, Oni Logan, que fue quien se hizo cargo de un inesperado “I”, perteneciente a “Dehumanizer”, el último trabajo de estudio que Dio grabó con Black Sabbath hace veinticinco años, y que a la postre fue el tema más reciente que interpretaron, ya que Dio Discipline dejaron aparcado todo el material en solitario que grabó posteriormente. La figura de Dio volvió a materializarse sobre una pequeña escalinata envuelta en llamas para embarcarnos en un trepidante  medley que incluyó gran parte de “The Last In Line” y un escueto guiño a uno de sus temas más emblemáticos “Holy Diver”, con  la imagen del vocalista extendiendo los brazos para invitarnos a  que nos hiciéramos cargo de su inmortal estribillo.

El encargado de recoger el testigo y sumergirnos de lleno en los épicos pasajes de “Egypt (The Chains Are On) fue Oni Logan, quien tuvo que recurrir a la chuleta ya que parecía no saberse bien la letra. Con Owens y Logan compartiendo  escenario arrancaba “Tarot Woman”, y con ella el primer guiño al material de los legendarios Rainbow del maestro Blackmore.

Tras adueñarse Graig Goldy del escenario para dar rienda suelta a sus habilidades como solista llegaba el momento de “Catch The Rainbow”, con Logan llevando las riendas mientras Owens animaba al personal desde la parte trasera del escenario antes de hacer suya “Gates Of Babylon” y completar un nuevo medley. Un pequeño interludio solista a cargo del teclista Scott Warren sirvió como preámbulo para una nueva mirada sobre “Rising”, de manos de “Stargazer”, con ambos vocalistas repartiéndose  las estrofas mientras trataban de animar al público levantado sus cuernos al aire.

Aunque tanto Logan como Owens se repartieron las presentaciones, los parlamentos  más extensos y emotivos corrieron por cuenta  del ex–Judas Priest, recordándonos  el respeto y devoción que Ronnie profesaba hacia sus seguidores. El retorno sobre la discografía de Dio llegó con “Mystery”, que hacía despertar a un respetable  que hasta ese momento se había mantenido bastante frío.

Aprovechando el ambiente creado era un buen momento para que la imagen de Dio volviera a materializarse en escena para atacar los serpenteantes riffs de “Heaven & Hell” y “Man On The Silver Mountain”, que incluyó el solo de Simon Wright, antes de poner el punto y seguido a la velada con un nuevo guiño al tema que daba título al  primer trabajo que Dio grabó con Black Sabbath.

El capítulo final para este homenaje llegó de manos de “Rainbow In The Dark”, con el holograma al frente para acabar dejando que Logan y Owens se sumaran al tema para protagonizar una recta final con todos los protagonistas sobre las tablas. Fue una experiencia curiosa y novedosa el poder volver a ver sobre un escenario a Ronnie James Dio. Aunque debo admitir que el repertorio no me convenció, ya que se quedaron fuera  temas imprescindibles  como “We Rock”, “Don´t Talk To Strangers”, “Dream Evil”… Pero dejando a un lado preferencias personales, lo que no comprendí fue el poco protagonismo que Dio Disciples dispensaron a un clasicazo como “Holy Diver”.




TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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