miércoles, 19 de diciembre de 2018

OMNIUM GATHERUM+WOLFHEART+NOTHGARD-BOVEDA-BCN-22-NOV-2018



Dos años han invertido Omnium Gatherum en completar la continuación de “Grey Heavens”, y lo cierto es que parece que la espera ha merecido la pena, ya que con “The Burning Cold” la formación de Karhula ha facturado su obra más compleja, ambiciosa y madura, llevando su death metal melódico un paso más allá para sonar ahora más grandilocuentes, épicos y ambientales, concediendo una mayor preponderancia  a esos pasajes de corte progresivo que ya venían perfilando en sus anteriores entregas.

El enclave escogido para el desembarco de los finlandeses en la capital catalana fue la Sala Bóveda del barrio del Poble Nou, y como compañeros de viaje Markus Vanhala y sus muchachos  contarían con el apoyo de sus compatriotas Wolfheart, quienes aprovecharon la ocasión para repasar  algunas de las composiciones de su última entrega discográfica “Constellation Of The Black Light”, que ponían en circulación a finales del pasado mes de Septiembre. Pero antes de que ambas formaciones se batieran el cobre sobre las tablas  tendríamos ocasión de presenciar la descarga de unos viejos conocidos de la audiencia barcelonesa: Nothgard.

Como comentaba, no era esta la primera ocasión en que nos visitaba la formación que capitanea un Dom R. Crey al que se vio muy metido en su papel de frontman y líder indiscutible de los germanos, tal y como dejó patente desde que la grandilocuente introducción “Voyage To Decay”, nos flanqueó el paso hacia la rotunda velocidad y las melodías dobladas de  “Malady X”.

Curiosamente el combo de Deggendorf fue el que llevó un montaje escénico más completo, con un par de  torres de luces y unas columnas de humo centrales que aparecieron en diferentes ocasiones a lo largo del show. Aunque como era previsible su flamante nueva entrega gozó de un protagonismo destacado, el cuarteto no se quiso dejarse en el tintero   las ambientaciones de esencia folk contenidas en  “Age Of Pandora”, que se saldaba con banda y público alzando los puños al aire.

Pese a que durante los primeros compases del show la audiencia se mostró un tanto fría, afortunadamente poco a poco la cosa se fue animando, y más aún cuando Dom R. Crey nos invitó a acercarnos un poquito más al escenario durante los prolegómenos de “Epitaph”. Con los alemanes cada vez más cómodos sobre las tablas llegaba el momento de encarar la recta final de su presentación apostando por los corrosivos riffs  de “Guardians Of Sanity”, y ese descomunal rodillo sonoro que es la imponente “The Sinner´s Sake”.

El capítulo definitivo para la descarga de unos Nothgard que gustaron y convencieron a su paso por la Ciudad Condal estuvo reservado para el despliegue épico que nos propusieron a lo largo del majestuoso  “Fall Of An  Empire”.

No tardaron mucho en aparecer sobre las tablas de una sala Bóveda que a estas alturas de la noche presentaba ya un ambiente de lo más animado las huestes que capitanea con mano firme Tuomas Saukkonen. Y es que durante los últimos años la fama y la reputación como banda de directo de Wolfheart no ha dejado de crecer como la espuma, y con su último lanzamiento “Constellation Of The Black Light” parecen dispuestos a consolidarse como uno de los nuevos valores dentro de la escena del death metal melódico en el Viejo Continente.

Con una sobria y cuidada escenografía el combo finlandés colocó sendas pancartas laterales dando al escenario la apariencia de un oscuro y sombrío bosque, un enclave perfecto desde el que el cuarteto de Lahti  expandió sin ninguna clase de miramientos la frialdad melódica del novedoso “Everlasting Fall”, consiguiendo establecer desde el mismo arranque una estrecha conexión con sus seguidores que se mantuvo a lo largo de  todo el show. Para ello resultó clave el concurso del propio Tuomas atacando sus líneas vocales con esa rotunda voracidad que se ha convertido en una de sus señas de identidad, pero sobretodo por el concurso del incansable bajista  Lauri Silvonen.

A diferencia de lo que sucediera con los encargados de abrir la velada, los alemanes Nothgard, el respetable se mostró bastante más involucrado con la descarga del combo finlandés. Y la mejor prueba fue ver a gran parte del auditorio acompañar con palmas el arranque de “Aeon Of Cold”, que era la elegida para desplegar toda su intensidad mientras sus infecciosas melodías se clavaban en nuestra cabeza como si fueran una desquiciante maldición. Más atrás en el tiempo, concretamente hasta los tiempos de su prometedor debut “Winterborn” nos condujo “Strength And Valor”, para adentrarnos  en parámetros más tortuosos y envolventes.

Me sorprendió que a lo largo del show no fue Tuomas quien se encargó de dirigirse al respetable  durante las presentaciones, delegando esta función sobre el bajista Lauri Silvonen, que fue quien ejerció  como maestro de ceremonias, encaminando nuestros pasos hacia los tétricos pasajes de “Zero Gravity”, que fue recibida con algarabía por unos seguidores que no dejaron de animar. La segunda mirada sobre el material del álbum que publicaron a finales de este mismo verano estuvo reservada para el single “Breakwater”, que nos dejaba esa infranqueable pared sonora que crearon los teclados pregrabados y la rotundidad de unas guitarras que sonaron absolutamente devastadoras.

La escogida para adentrarnos en la tramo final de su presentación fue otra de las nuevas, “The Saw”, con la que sacaban partido a su faceta más intimista e introspectiva. Mientras que para poner el cierre definitivo a una descarga que apenas superó los 45 minutos optaron por  la imprescindible “The Hunt”, que dejaba patente la perfecta sintonía con sus seguidores  para rubricar el triunfo incontestable de una banda que esperemos no tarde en regresar liderando su propio espectáculo.

A pesar de la calidad y la acreditada solvencia en vivo de las tres bandas que conformaban el atractivo cartel de esta noche de jueves en la Ciudad Condal, no creo que nadie pudiera discutir el merecido papel de headliners del que gozaron  esta noche los chicos de Omnium Gatherum. Con más de dos décadas a sus espaldas la trayectoria de la formación que capitanea el guitarrista Markus Vanhala ha sido constante y segura, haciéndose un hueco entre  los seguidores del género para acabar consiguiendo una sólida base de incondicionales, tal y como lo atestiguó la notable entrada que acabó registrando la sala Bóveda.

Evidentemente no lo iba a tener nada fácil el combo de Karhula tras la soberbia presentación que nos acababan de brindar sus compatriotas Wolfheart. Pero si hay algo que les sobra a los finlandeses es calidad, tablas, y actitud. Quizás el único lunar de su show fue un sonido demasiado enmarañado  y opaco, que nos impidió disfrutar de todos los detalles y arreglos que hacen que su propuesta sea tan personal y reconocible. Tal vez si el volumen hubiera estado un poco más bajo, y los graves un poco más compensados, hubiéramos podido disfrutar de la magnificencia sonora del sexteto en todo su esplendor.

Pero dejando a un lado  estas apreciaciones, lo cierto es que Omnium Gatherum fueron recibidos con verdadero entusiasmo por unos seguidores que se dejaron arrastrar por su torrente melódico desde que empezaron a sonar los envolventes teclados que marcan la pieza que sirve como introducción para  su último redondo “The Burning”. Absolutamente desatado no tardaría en aparecer en escena Jukka Pelkonen para rápidamente ponerse al frente de sus compañeros e intentar que la gente se convirtiera en parte activa del show, invitándonos efusivamente a participar en “Gods Go First”.

Pese a la excelente predisposición de banda y público, lo cierto es que el deficiente sonido no acababa de mejorar, y eso se notó muy especialmente cuando el sexteto atacó temas más oscuros y rotundos, en los que las guitarras fueron las encargadas de llevar el peso rítmico, tal y como sucedió a lo largo de  “Ego”, que era la elegida para proponernos una primera escala en “New World Shadows”. Acto seguido llegaría el momento del primero de los dos recuerdos que se permitieron a su anterior “Grey Heavens”, de manos del enrevesado “Frontiers”, que fue recibido con reverencial devoción por parte de una entregada audiencia  que no vaciló a la hora de alzar los puños al aire para corear su brutal estribillo.

Viendo el planteamiento  que la banda estaba dando al show resultaba evidente que los finlandeses tienen muchas esperanzas depositadas en “The Burning Cold”, ya que durante el show tuvimos ocasión de escuchar hasta seis nuevas composiciones. De entre las que mejor funcionaron en directo sin duda me quedaría con el camaleónico dinamismo de “Be The Sky”, un corte que plasma a la perfección la constante evolución de una banda que parece no tener miedo a dar una vuelta de tuerca a su sonido y seguir ampliando horizontes de cara al futuro, aunque sin renunciar por ello a esa personalidad inminentemente death metalera que destilan cortes como el visceral “Refining Fire”.

Un nuevo golpe de timón sirvió como excusa para volver a visitar el material de su quinta entrega “New World Shadows”, dejando que las inquietantes línea de bajo de Pyry Hanski fueran las encargadas de flanquearnos el paso hacia las ambientaciones  más oscuras y pesadumbrosas de “Deep Cold”. Como si fueran una unidad, los seis miembros de Omnium Gatherum se mostraron durante todo el show como un equipo sólido y compacto, mostrando su mejor versión al atacar cortes como “The Sonic Sign”.

Con su característico acento Jukka Pelkonen nos espetó, como ya hiciera  en varias ocasiones a lo largo de la noche, su particular “Muchas Grrrrrracias” justo antes de volver a incidir en sus nuevas composiciones para dejar que fuera “Over The Battlefield” la encargada de proporcionarnos sólidos argumentos junto a la brutal pegada de Tuomo Latvala para agitar frenéticamente la cabeza. Pese a que como comentaba anteriormente, el sonido no acabó de acompañar a lo largo del show, lo cierto es que esto no pareció importar a unas primeras filas que se entregaron al máximo siguiendo las indicaciones de Jukka durante “The Unknowing”, que servía para que todos volviéramos a elevar los puños al aire antes del duelo final que protagonizaron Koto y Vanhala.

La última muestra de “The Burning Cold” estuvo reservada para los tempos marcados y melódicos de esa gema que está llamada a convertirse en una de las imprescindibles en todas sus descargas y que lleva por título “The Fearless Enity”. “Nail”, una de las piezas más antiguas que interpretaron esta noche, fue la elegida para encarar una recta final que se vio culminada con la sublime “Skyline”, que nos dejaba la estampa de todo el mundo botando incansablemente siguiendo las indicaciones de Jukka.

No tardaron mucho los finlandeses en regresar sobre las tablas para dar el pistoletazo de salida a los bises con la instrumental “Luoto”. Mientras que para rematar la velada volvería a ingresar sobre el escenario su carismático frontman para liderar la última andanada de la noche “New Dynamic”, tras la que los finlandeses se retiraban definitivamente acompañados de una rotunda ovación. Sin duda Omnium Gatherum demostraron que son una fantástica banda en directo, aunque personalmente debo admitir que disfrutaron de un sonido que no les acabó de hacer justicia. Seguramente con un sonido más nítido y matizado su triunfo hubiera sido incontestable. Esperemos que la próxima vez tengan más suerte.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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