viernes, 1 de febrero de 2019

URIAH HEEP+IMPERIAL JADE-RAZZMATAZZ 2-BCN-25-ENE-2019


Pioneros, supervivientes, clásicos indiscutibles del hard rock y el heavy metal, Uriah Heep llevan en activo medio siglo contando siempre en sus diferentes formaciones con la presencia del incombustible guitarrista Mick Box. A lo largo de su longeva trayectoria la formación británica ha saboreado las mieles del éxito, especialmente en aquel lustro prodigioso de principios de los setenta en que   facturó algunos de sus trabajos más aclamados, que han acabó convirtiéndose en obras maestras del género. Pero también épocas en las que prácticamente han desaparecido de la escena, como les sucedió durante la convulsa década de los noventa y principios de este siglo XXI en los que tuvieron que  espaciar sus lanzamientos más de lo que nos tenían acostumbrados.

En cualquier caso para la historia no solo quedará una retahíla interminable de grandes composiciones, sino también que fueron una  de las primeras formaciones occidentales en tocar al otro lado del Telón De Acero. El motivo que Mr. Box y sus compañeros regresarán a la Ciudad Condal tras su irregular presentación, -debido a unos inoportunos problemas técnicos-, en la pasada edición del Rock Fest Barcelona fue la presentación en sociedad de su nueva obra “Living The Dream”. El enclave escogido para la cita fue la sala mediana del Razzmatazz, y he reconocer que me sorprendió muy positivamente que los londinenses consiguieran completar su aforo para dejar patente que la música de calidad no entiende de modas ni edades.

Curiosamente para ejercer como anfitriones y abrir su presentación en tierras catalanas Uriah Heep  contaron con la presencia de los locales Imperial Jade, una banda todavía joven pero muy curtida sobre los escenarios, ya que ha tocado en importantes festivales y en salas de mediano aforo abriendo para artistas internacionales como Europe y Rivals Sons, dejando siempre unas muy buenas sensaciones y dejando claro que lo suyo es un hard rock potente salpicado de influencias de bandas clásicas como Ac Dc, Deep Purple, The Who,  o Led Zeppelin.


Pese a que en principio la diferencia generacional con los seguidores de Uriah Heep podría llegar a ser un hándicap  para el combo de Calella, lo cierto es que las influencias clásicas del quinteto les sirvieron para poder conectar con un público que les acogió con mucho entusiasmo y con los brazos abiertos. Se notó desde que aparecieron en escena que son una banda con un gran rodaje en directo, ya que se mostraron cómodos y seguros desde que dieron el pistoletazo de salida con los potentes ritmos funk roqueros del fiestero “You Ain’t Seen Nothing Yet”. Aunque muchos no habíamos tenido ocasión de escuchar a fondo su segunda entrega “On The Rise”, lo cierto es que temas como “Struck By Lightning” demostraron atesorar la garra y la intensidad necesaria para convertirse en imprescindibles en sus directos.

Evidentemente tampoco se olvidaron de ofrecernos algún destello de su debut  de 2015 “Please Welcome”, dando buena cuenta de ese rotundo trallazo que es “Mr. Rock n´ Roll”, que servía para que las guitarras de Hugo Nubiola y Alex Pañero se intercambiaran esos potentes riffs que parecen sacados del libro de estilo de los hermanos Young. A estas alturas Imperial Jade ya habían conseguido ganarse el favor  de los todavía no los conocían, de modo que era un buen momento para que su frontman, Arnau Ventura, nos presentara el explosivo “High On You”. El retorno sobre las composiciones de su segundo largo corrió por cuenta de “Glory Train”, que se saldaba con el alocado Alex revolviéndose por el suelo  sin dejar de torturar  su guitarra.

Por si algún despistado no se había quedado aún con su nombre, Arnau se dedicó a repetir el nombre de la banda entre tema y tema, tal y como sucedió durante los prolegómenos de “Sad For No Reason”, con la que sumergían de lleno en su vertiente más bluesy. Una nueva mirada sobre el material de su ópera prima sirvió como excusa para dar motivos a los más animados para que no dejaran de menear las caderas siguiendo el contagioso ritmo de “Fire Burning Sound”.

Para encarar la recta final de su presentación  el quinteto catalán nos propuso los aromas sureños del efectivo “Satyr”, para dejar que el colofón definitivo llegara de manos del marchoso “Heat Wave”. En definitiva que Imperial Jade acabaron cuajando una magnífica actuación, desmarcándose de los covers “zeppelianos” que anteriormente marcaban sus presentaciones para centrarse de lleno en sus propias composiciones.

Si ya durante la actuación  de Imperial Jade el ambiente y la asistencia de público nos hacían presagiar que esta sería una gran noche, cuando faltaban apenas unos minutos para el arranque del show de la mítica formación británica el aspecto del recinto era ya inmejorable, con una sala abarrotada de seguidores que aguardaban impacientes a que el incombustible Mick Box y sus muchachos se adueñaran del escenario. Aunque los cambios de los músicos que conforman la sección rítmica de Uriah Heep ha sido una constante a lo largo de los últimos años, lo cierto es que el núcleo central de la banda, que conforman el mencionado guitarrista, el teclista Phil Lanzon y el vocalista Bernie Shaw, se ha mantenido inamovible desde la segunda mitad de la década de los ochenta.

Evidentemente la gran incógnita de la velada giraba en torno al repertorio que tenían preparado los ingleses. Y, personalmente, debo admitir que me gustó. Y es que pocas bandas con su trayectoria y su amplio catálogo discográfico son capaces de salir a la carretera y dar un detallado repaso de su nueva obra “Living The Dream”, del  que tocaron  hasta seis temas, demostrando así que no están dispuestos a vivir únicamente de rentas del pasado. Pero, evidentemente, Uriah Heep no iban a dar la espalda a todos esos fans que les han seguido a lo largo de décadas, de modo que tampoco faltaron algunos de sus grandes clásicos de la primera mitad de la década de los setenta. Eso sí, en esta ocasión prescindieron del resto de su catálogo, el que engloba desde “High And Mighty”(1976), hasta su anterior “Outsider”(2014), permitiéndose una única excepción al repescar para la ocasión el ochentero “Too Scared To Run”.

Nunca precisaron de grandes montajes escénicos para llevar su música al directo, ya que la elegancia que desprenden sus composiciones ya suponen un poderoso aliciente para todos sus seguidores. Así que sin apoyarse en  grandes alardes escénicos, y sin hacer mucho ruido, los músicos fueron apareciendo en escena para tomar posiciones y dejar que los teclados de Phil Lanzon se encargaran de adentrarnos en el novedoso “Grazed By Heaven”. Me gustó mucho la sobriedad y el aplomo de  un Bernie Shaw que se mostró de lo más distinguido y resolutivo, invitando a todos los presentes a participar   en el estribillo del primer gran clásico de la noche “Return To Fantasy”, que provocaba que  por primera vez la sala se viniera abajo.

A diferencia de lo que sucediera en su visita de este pasado verano en el Rock Fest, esta noche la banda disfrutó de un sonido nítido y potente, lo que nos permitió disfrutar en todo su esplendor de temas como el propio “Living The Dream”, que era la elegida por el veterano guitarrista para demostrarnos que no ha perdido ese peculiar feeling que siempre le ha caracterizado. Sin concedernos ni un segundo de tregua  llegaba el momento de cambiar radicalmente de registro para dejarnos arrastrar por los pegadizos estribillos de “Too Scared To Run”, que como comentaba anteriormente fue el único recuerdo que se permitieron a su producción de los ochenta, concretamente a su “Abominog” de 1982, y que nos dejaba con otro de esos trepidantes duelos marca de la casa que protagonizaron Box y Lanzon para acabar recabando una estruendosa ovación.


Ese sonido más grandilocuente  y sofisticado que ha marcado las últimas entregas de la banda quedaría plasmado en otra de sus nuevas composiciones “Take Away My Soul”, que marcaba  el equilibrio perfecto entre  potencia, melodía y elegancia para desprender ese inconfundible aroma a clásico que se vio potenciado al máximo por el excelente trabajo de un Lanzon que se mostró pletórico a lo largo de toda la velada. Y es que el teclista hace ya tiempo que se convirtió en un pilar indiscutible de la formación londinense, y la mejor prueba fue la cerrada ovación que recibió cuando fue presentado por Shaw durante los prolegómenos del marchoso “Knocking At My Door”. Tras haber encadenado  un par de nuevas composiciones, -que funcionaron muy bien en directo-, llegaba el momento de volver a espolear al personal recurriendo para ello a otra de esas joyas con aromas progresivos que facturaron en sus primeros años “Rainbow Demon”, con la que volvían a incidir en el material de una de sus obras más exitosas “Demons & Wizards”.

Por si alguien había perdido la cuenta, o bien no estaba totalmente familiarizado con la trayectoria del combo británico, Bernie Shaw se encargó de recordarnos que la banda lleva la friolera de 49 años en activo y que ha publicado un total de 24 obras de estudio. La reacción del respetable no pudo ser otra que tributar a la banda una cerrada ovación, y la respuesta de los londinenses ante semejante muestra de cariño llegó en forma de otra doble ración de nuevo material. La primera en sonar fue la sofisticada “Waters Flowin´”, con un fantástico trabajo de Box a las seis cuerdas mientras Shaw y Lanzon doblaban sus líneas vocales para protagonizar uno de momentos álgidos del show. Pero viendo el derrotero que estaba llevando el show resultaba evidente que esta era una noche para roquear intensamente, y para ello que mejor que el ritmo vacilón del contagioso “Rocks In The Road”, que se convertía en la excusa perfecta para que todos alzáramos los puños acompañando su fantástico estribillo.

Había llegado el momento que muchos hacia rato que estaban esperando. Así que después de ofrecernos un detallado recorrido por los mejores momentos de su última entrega discográfica era un buen  momento para sumergirnos de lleno en la nostalgia, de volver a vibrar con una colección de temas que se han acabado convirtiendo en imprescindibles para varias generaciones de roqueros. Como si de un viaje en el tiempo se tratase los británicos nos transportaron hasta 1970 para provocar la locura del personal cuando los más devotos reconocieron el inconfundible inicio de guitarra del tema que abría su ópera prima “Gypsy”.

El siguiente capítulo de la noche estuvo reservado para esa explosión de psicodelia cósmica que encierra el tema que prestaba título a su tercer largo de 1971 “Look At Yourself”. Uno de los mejores momentos de la noche llegaría justo a continuación con la elegancia y la grandilocuencia que desplegaron a lo largo de los intrincados desarrollos de la extensa y majestuosa “July Morning”. Mientras que para poner el punto y seguido a la velada optaron por los aromas más relajados e intimistas del lírico “Lady In Black”· 

Para su retorno sobre las tablas los británicos se reservaron dos ases en la manga. "Sunrise”, era la responsable de que todo el mundo volviera a venirse arriba contagiado por el  increscendo épico  de su  rotunda recta final. Mientras que el colofón  definitivo para esta fantástica  velada correría por cuenta de otro himno imprescindible como es “Easy Livin´”. Debe ser complicado marcarse nuevos objetivos cuando uno lleva medio siglo en la carretera, pero viendo en acción a Mick Box y sus muchachos  resulta evidente  que hay gente que lleva el rock n´roll  en las venas.




TEXTO Y FOTOS:ALFONSO DIAZ

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