sábado, 2 de julio de 2022

MIDNIGHT+NIGHT DEMON-BOVEDA-BCN-23-JUN-2022



Con las primeras calores del mes de junio llegan también los grandes festivales estivales, pero eso no quita para que muchas bandas que van haciendo escala en esos macroeventos de fin de semana sigan pisando las salas para tocar en recintos más reducidos y acordes a su poder de convocatoria. Precisamente esa era la circunstancia que aunaba en un mismo cartel a dos bandas americanas como son Night Demon y Midnight. Ambas formaciones llevan años currándose a fondo el underground y han conseguido hacerse con una fiel y representativa facción de seguidores en la Ciudad Condal  que no dudaron en personarse en la sala Bóveda para disfrutar de una noche que prometía emociones fuertes.


En el caso de la banda que lidera el incombustible y carismático Jarvis Leatherby, su relación con el público de la capital catalana ha sido constante prácticamente desde que empezaron a girar por el viejo continente. Aún recuerdo aquella  primera visita en horario vespertino un domingo en el añorado Rocksound cuando tan sólo habían publicado su primer EP homónimo. Desde entonces han sido muchas las veces que han pisado los escenarios catalanes, ya fuera con su propio show o acompañando a bandas con más tirón como Sacred Reich o los todopoderosos Accept. En cualquier caso, su facción de incondicionales devotos ha ido aumentando progresivamente en cada una de sus visitas. Lamentablemente en esta ocasión el trío oriundo de Ventura no traía nuevas composiciones que presentar, ya que su último lanzamiento “Year Of The Demon” es un recopilatorio de versiones y singles que han publicado en los últimos tiempos.


La banda con la que compartían cartel en este  “Eropean Attack! 2022”, fue Midnight, aunque en este caso más que hablar de una banda como tal habría que hablar del líder del trío Athenar, o lo que es lo mismo Jamie Walters, que es quien se encarga de escribir y grabar todo el material que ha publicado el combo americano desde aquellas primeras demos y Ep’s que vieron la luz en los primeros años de este tercer milenio. Aunque la música de Night Demon y Midnight tienen en común la autenticidad y la pasión por el speed y el heavy metal, lo cierto es que en la propuesta de los segundos hay espacio para esos retazos punk y black metaleros que hacen que su sonido sea tan especial como corrosivo, tal y como quedó plasmado en “Let There Be Witchery”, que vio la luz a principios de este 2022.


Pese a estar programada la cita para la tarde del jueves, noche de verbena de San Juan, a las puertas de un fin de semana de tres días y con mucha gente dirigiéndose ya a Cartagena para inaugurar la temporada de festivales, lo cierto es que el público más “true” de la Ciudad Condal acabó respondiendo a la llamada de ambas formaciones americanas con lo que sala Bóveda acabó registrando un muy buen aspecto.



Sin grandes montajes escénicos, únicamente armados con sus instrumentos y acompañados de una grandilocuente introducción Night Demon irrumpían en escena para hacer lo que mejor saben hacer: dar a sus incondicionales una lección de como debe sonar y moverse en escena una banda de auténtico heavy metal en este siglo XXI, aunque sin renunciar a las raíces más clásicas y tradicionales de un estilo que ha superado ya el medio siglo de vida. Como si les hubieran abierto la puerta de la jaula el trío californiano se puso rápidamente manos a la obra y antes de que nos diéramos cuenta Jarvis y sus muchachos ya nos estaban haciendo levantar los puños para corear el estribillo de la inicial “Screams In The Night”. Quizás muchos puedan pensar que la fórmula es fácil, que es jugar sobre seguro, pero hay que reconocer que Night Demon poseen la cualidad de poder enganchar a cualquier fan del heavy metal. Sus composiciones destilan ese familiar aroma que hace que sus temas acaben convirtiéndose en himnos tras tan sólo un par de escuchas, de modo que cuando uno oye en directo piezas como “Empires Fall”, únicamente  puede caer rendido ante la crudeza y la entrega de unos músicos que no pararon de moverse por el escenario derrochando vitalidad y buen rollo.


Me gustó mucho ese arranque en tromba, sin reservarse nada, y poniendo toda la carne en el asador. Y es que Jarvis y sus muchachos saben lo que quiere su público . Así que para rubricar un inicio absolutamente explosivo que mejor que esa doble declaración de intenciones fundiendo “Full Speed Ahead” y el garajero “Heavy Metal Heat”, para calentar aún más el ambiente y redondear una doble ración extraída de su fantástico primer largo “Curse Of The Damned”. Tras este primer asalto en el que los americanos nos volaron literalmente la cabeza y dejaron claro, para quienes todavía no les conocían, lo que son capaces de hacer sobre el escenario, el lejano sonido de la tormenta sería el encargado de introducirnos de lleno en las atmósferas más oscuras y tenebrosas de  “The Howling Man”, cambiando la dinámica aplastante y vertiginosa que hasta ese momento había llevado el show.


Como comenté anteriormente Night Demon nunca han escondido su conexión con las bandas más clásicas y legendarias del heavy metal, de hecho en su último lanzamiento “Year Of The Demon”, podemos encontrar covers de Iron Maiden, Scorpions, Cirith Until, o como el que sonó esta noche para deleite de muchos de los presentes: “The Sun Goes Down”, de los Thin Lizzy del siempre añorado Phil Lynott. Pero no fue este el único tributo que la banda se permitió a sus héroes, porque al igual que ya sucediera en anteriores visitas tampoco faltaron durante los prolegómenos de “Dawn Rider”, un par de estrofas del “Overkill” de Mötorhead que hacía que todo el público volviera a levantar los puños.


Acto seguido sería la guitarra de Armand John Anthony la que se encargó de flanquearnos el paso hacia tesituras más netamente speed metaleras con la primeriza “Ritual”, que desataba la euforia entre los presentes mientras el propio guitarrista y Jarvis copaban el centro del escenario para regalarnos una buena colección de poses clásicas dentro del mundo heavy metal. El contrapunto llegaría con las sonoridades más densas y de esencia “sabbathica” que nos propusieron en la inquietante “Stranger In The Room”. Mientras que para dar el pistoletazo de salida a la siguiente en sonar, “Vysteria”, la banda se posicionó de espalda al respetable antes de asestarnos su letal dentellada metálica.


Evidentemente tampoco se olvidaron de su personal interpretación de las míticas cabalgadas herederas del sonido más clásico de la N.W.O.B.H.M. durante la instrumental “Flight Of The Manticore”, que nos dejaba la imagen de Jarvis paseándose por la barra del local. Pero sin duda lo mejor estaba aún por llegar, ya que para encarar la recta final del show el trío contaría con un invitado muy especial. Así que la propia muerte se personaría sobre el escenario empuñando un cáliz durante la interpretación de otra de las imprescindibles en sus directos “The Chalice”, que se cerraba con una rotunda ovación.


La elegida para relajar un poco el ambiente fue la pieza que daba título a su segundo largo “Darkness Remains”, mientras que la escogida para poner el broche final a la enésima lección de heavy metal de los americanos en los escenarios de la capital catalana fue la propia “Night Demon”. Lo dicho, una vez más Jarvis Leatherby y sus muchachos volvieron a salir victorioso a su paso por la Ciudad Condal. Aunque siendo objetivo y habiendo visto a la banda en diferentes ocasiones creo que nos ofrecieron lo mismo que ya habíamos tenido ocasión de ver en anteriores visitas. Y eso parece indicar que la banda ha tocado techo. Esperemos que no sea así y que en su próxima gira,  con nuevos temas que presentar, puedan quitarme esa idea de la cabeza.



Tras un rápido cambio de equipo tocaba cambiar drásticamente de estilo, ya que si Night Demon no vacilaron a lo hora de postularse como unos alumnos aventajados de todas esas bandas de estirpe clásica dentro del heavy metal, Athenar y sus Midnight no tardarían en desplegar su oscuro manto de infernal locura para dejar toda la sala impregnada de un penetrante aroma a azufre. No me voy a andar por las ramas: la descarga de Midnight me sorprendió. Me gustó mucho la rabia, la actitud, la ejecución,  y el espíritu transgresor y nihilista de un trío que apareció encapuchado y que no dejó de arremeter una y otra vez contra un público que se dejó arrastrar por su locura hasta convertir la sala  en un auténtico desmadre, con subida del personal al escenario en el tramo final del show. Pero por otro lado me pareció todo un poco impostado. Vamos que toda esa locura, ese “estudiado desfase” estaba más que preparado, -que era un número de escenario de  una trabajada puesta en escena-, y que los músicos hacían un papel, ya que de otra forma no puede entenderse que tocarán a ese nivel de exigencia física sin fallar ni una sola nota. Resumiendo que las cervezas, si se las tomaron,  fue al acabar el show, ya que sobre las tablas vimos a tres auténticos profesionales de la música.


Sea como fuere, lo que es indiscutible es que Midnight dieron un bolazo en toda regla, que supieron conectar con el respetable, y que se llevaron el gato al agua pasándoles la mano por la cara a unos Night Demon que estuvieron muy bien pero que no consiguieron desatar la euforia del personal como lo hicieron Athenar y sus acólitos. Y es que el trío no nos dio cuartel, salió dispuesto a pegarle fuego al escenario, y vaya si lo hicieron. Derrochando entrega, potencia y actitud se plantaron sobre las tablas para lanzar sus composiciones como si fueran golpes directos y certeros  dispuestos a noquear a su adversario. Así que desde que empezaron a contaminar sonoramente el ambiente con la definitoria. “Black Rock N’ Roll”, supimos que la noche iba a ser calentita. Carreras sobre el escenario, fraseos vertiginosos y ese toque a medio camino entre el speed, el black y el punk fueron las armas que sirvieron para que Midnight se ganarán rápidamente el favor de una audiencia que no dejó de saltar y hacer pogos mientras iban cayendo trallazos incontestables y rabiosos como el infeccioso “Poison Thrash”.


Entre carreras, intercambio de posiciones entre sus miembros, y con la gente disfrutando al máximo y totalmente metida en el show de los americanos llegaba el momento de ponernos aún más subversivos y para ello que mejor que seguir zarandeándonos inmisericordemente con el humeante “Evil Like A Knife”, que les servía para proponernos una primera incursión en su “No Mercy For Mayhem”. Con la guitarra de Commandor Vanik taladrándonos el cerebro arrancaba la coreable “Fucking, Speed And Darkness”, con la que el nivel de depravación e intensidad continuaba en aumento. Con la sala convertida  en una infernal sauna  llegaba el momento de seguir indagando en su obra de 2020 para dar cancha al tema que le prestaba título “Rebirth By Blasphemy”, que con su tempo más crujiente se convirtió en la excusa perfecta para que todos alzáramos los puños al aire cuando tocaba corear su hímnico estribillo.


No tardarían mucho en volver a pisar el acelerador al máximo para revolucionar nuevamente al personal con otra de sus polvorientas cabalgadas marca de la casa como es “White Hot Fire”: sucia, letal y punkera, ideal para abandonarnos al pogo y el desfase mientras el trío no paraba de recorrer el escenario como si estuvieran poseídos. Uno de los momentos de la noche no tardaría en llegar con el rollo vacilón y altamente adictivo de “Lust Filth and Sleaze”. La elegida para frenar la dinámica de un show que estaba siendo trepidante fue “Satanic Royalty” que con esos “remansos de paz” entre sus seminales cabalgadas de estirpe clásica nos permitía recobrar minimamente el aliento.



Una nueva mirada hacia su anterior lanzamiento de 2020 “Rebirth By Blasphemy”, nos proporcionaría combustible para incendiar los aledaños del escenario con un “Devil’s Excrement”, que sonó como un disparo directo a la línea de flotación de un respetable que empezaba a acusar el desgaste. Sin duda muchos son los cortes de su último redondo que tienen ese toque más heavy metalero que engancha a sus seguidores, y sin duda uno de ellos es precisamente el que cierra el álbum, “Szex Witchery”, que con esas guitarras a lo Mötorhead de entre las nuevas fue  de las que más gustó.


A estas alturas el nivel de comunión entre Midnight y sus seguidores era total. La banda había conseguido impactar, pero también convencer al respetable. Así  que tocaba poner la puntilla a una descarga apabullante, y para ello que mejor que confiar en la irreverente contundencia de la delirante “You Can´t Stop Steel”. Pero sin duda el alarde de macarrismo total lo puso ese torbellino sonoro que lleva por título “Who Gives A Fuck”, con Athenar primero tomando la barra del local sin dejar de aporrear su bajo para acabar invitándonos a levantar nuestro dedo corazón mientras la audiencia se volvía literalmente loca.


Ya no había vuelta atrás, el trío americano había conseguido impactar y convencer, su victoria era absoluta e incontestable. He de admitir que no me esperaba que consiguieran era conexión con la audiencia, pero lo cierto es que consiguieron expandir su semilla de maldad subversiva a base de cañonazos destroza cervicales como el que eligieron para rubricar su show “Unholy And Rotten”. Lo dicho, Midnight arrasaron a su paso por la Ciudad Condal. Dejaron claro que, a diferencia de lo que apunte al hablar del show de Night Demon, Athenar y sus acólitos están en plena fase de expansión y crecimiento. Y no me cabe la menor duda que cuando regresen a la capital catalana todos los presentes volverán a repetir.





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