miércoles, 4 de octubre de 2023

PHIL CAMPBELL AND THE BASTARD SONS+FURY+CRASH BONES-SALAMANDRA-L- HOSPITALET-BCN-26-SEP-2023



Siempre resulta una tarea complicada tratar de  encontrar el equilibrio entre el presente y el pasado, y más cuando estamos hablando de la actualidad de una formación que tiene entre sus filas al mítico Phil Campbell, el que fuera guitarrista de los legendarios Motörhead durante más de tres décadas. Phil Campbell And The Bastard Sons es el actual proyecto de guitarrista galés,  y su última entrega de estudio, contando ahora con el vocalista y frontman Joel Peters, que lleva por título “Kings Of The Asylum”, ha sido un espaldarazo importante para una banda que tras darse a conocer en los festivales ha decidido embarcarse en una gira liderando su propio espectáculo.


Además para acompañarles en este periplo por nuestro país contarían con la presencia de los también británicos  Fury, quienes aprovecharon la ocasión  para presentar su más reciente trabajo “Born To Sin”. Mientras que para romper el hielo y  ejercer como anfitriones  en la capital catalana contarían con la presencia de Crash Bones, quienes se encargaron dejar claro el potencial de su actual formación proponiéndonos  un exhaustivo repaso a su más reciente “Tendencia Suicida”, que data ya del pasado 2020.


No fue una sorpresa  que la media de edad del público que asistió al show de esta noche fuera  elevada, pocos de los presentes estaban por debajo de la treintena, y eso daba a entender que la sala no iba a registrar su mejor imagen cuando aparecieron en escena los encargados de dar el pistoletazo de salida a la velada: Crash Bones. Sea como fuera el cuarteto catalán saltó a escena como si les hubieran abierto la puerta de la jaula, con el firme propósito de aprovechar al máximo su escueto tiempo sobre las tablas, y con la intención clara de rockear y macarrear como sino hubiera mañana. Para un servidor, como para los que ya habían tenido ocasión de verles anteriormente, no fue una sorpresa el derroche de intensidad, garra y actitud rockera que nos brindaron Danny Bones y sus muchachos dando buena cuenta durante el arranque de temas como  “La Puerta De Atrás”.



Aunque en la sala todavía no había mucho público, lo cierto es que entre los presentes había bastantes seguidores de Crash Bones. El cuarteto tocaba en casa, y eso se notó en la conexión con unas primeras filas que se animaron a levantar el puño a la hora de acompañar en temas como “El Hombre De La Máscara de Hierro”, que fue la elegida para rubricar un arranque explosivo en el que la banda sonó arrolladora y diría que hasta tocando los temas un punto más rápido que en sus versiones de estudio. Tras darnos las buenas noches, y anunciarnos que se nos avecinaba una noche de puro rock n´ roll, el cuarteto se abalanzó de lleno sobre el corte que presta título a su última entrega “Tendencia Homicida”. Mientras que esa faceta más vacilona, y cercana a tesituras sleazy quedaría plasmada en “¿De Que Quieres Hablar?”, rescatada de “Mi Adicción”.


No tardarían mucho en volver a acelerar el paso, mirando para ello a su última entrega para hacer que “Sueño” se convirtiera en uno de los momentos álgidos del show. Una nueva mirada a sus primeros tiempos sería la excusa para volver a deleitarnos con lo que fue el primer tema que compusieron “Gasolina”. Mientras que el broche definitivo para una descarga que se pasó como un suspiro corrió por cuenta de esa declaración de intenciones y actitud roquera que lleva por título “Quiero Más”. Fue corto, intenso y divertido. Y es que Crash Bones demostraron sobre el escenario que son una máquina imparable de fiesta, diversión y rock n´ roll.



Los siguientes en tomar el escenario fueron los británicos Fury. La formación que lidera el guitarrista y vocalista Julian Jenkins lleva en activo desde principios de la  pasada década , y desde entonces la banda ha dejado plasmado en sus obras su amor por el rock n´ roll acelerado  y sobre todo por ese sonido típicamente británico de finales de los setenta y principios de los ochenta que  dio en llamarse  la N.W.O.B.H.M. Me llamó la atención que entre los presentes había bastantes seguidores del como de Manchester, y es que su último trabajo publicado a principios del pasado año “Born To Sin”, ha cosechado muy buenas críticas. Además. la banda tiene una llamativa puesta en escena contando ahora con la incorporación de la explosiva  Nyah Ifill que compartió las tareas vocales con Jenkins mientras no dejaba de bailar y animar a unas primeras filas que disfrutaron al máximo de su descarga.


Fury  demostraron desde el mismo arranque que no son una banda más, tienen gancho, capacidad para conectar con el público, y sobre todo unos temas rápidos, directos y que invitan a moverse mientras te conquistan con sus pegadizos estribillos. Se les notaron las tablas y la experiencia adquirida en todos estos años. Así que para rubricar su arrolladora entrada en escena confiaron en la pegada de “If You Get To Hell First”, y desde los  punzantes guitarrazos iniciales la sala se convirtió en una auténtica  fiesta.


Otro de los puntos fuertes de la descarga de combo británico fue el buen sonido del que disfrutaron, permitiéndonos deleitarnos con los fantásticos solos de su más reciente fichaje Tom Atkinson. Pero sin duda los más mitómanos no pudieron dejar de seguir las evoluciones de la bajista Becky Baldwin, quien tuvimos ocasión de ver en 2022 junto a los icónicos  Mercyful Fate. Pero volviendo a lo que fue la descarga de Fury me gustaría destacar el potencial en directo de unos temas que cayeron sin compasión sobre el respetable en forma de trallazos incontestables como “Burnout”.


Evidentemente, entre tantos guitarrazos salvajes, bailes y despiporre, no podía faltar un alegato  del calibre de  “Rock Lives In My Soul”, que dejaba al personal y a la propia banda levantando los cuernos al aire. Esa dualidad vocal de la que hablé anteriormente hizo que “Embrace The Demons” se convirtiera en uno de los momentos de la noche, con ambos vocalistas combinando sus voces. Mientras que para poner el punto y final Fury se reservaron, como no podía ser de otra forma, los aromas a lo Motörhead de la cachonda “Casino Soleil”, de su anterior “The Grand Prize”. Gustaron, divirtieron y convencieron. Visto lo visto no me extrañaría que Fury se dejaran caer pronto de nuevo por aquí liderando su propia gira.



La portada del último trabajo de Phil Campbell And The Bastard Sons presidía el escenario mientras apurábamos los instantes previos hasta que los miembros de la familia junto al vocalista Joel Peters aparecieran en escena. Si, evidentemente, el centro de todas las miradas fue el “patriarca” del clan, pero cabe remarcar que el resto de componentes de la formación no fueron  unos meros comparsas. Phil estuvo bastante comedido, ubicado en su esquina, e incluso dejó que Todd Campbell se encargara de algún que otro solo. Además, me gustó mucho la labor de su frontman, el ya mencionado Joel Peters, con una buena imagen y con muchas ganas de conectar y hacer cantar al público.


Por si había algún despistado en la sala, -que me imagino que no-, la escogida para dar el pistoletazo de salida a la velada fue la propia “We’ re The Bastards”, dando cancha a ese rock potente, guitarrero, adrenalítico y pegadizo que es el sello de identidad de la formación británica. Ya desde el mismo arranque la gente se mostró muy animada, coreando los estribillos y saltando siguiendo sus marchosas melodías. Para un servidor su último redondo “Kings Of The Asylum”, es su mejor obra hasta la fecha, gracias en gran parte al apartado vocal, y eso se notó en la elección de un repertorio que estuvo muy centrado en el material de este tercer largo, con lo que no faltaron locuras sonoras como “Schizophrenia”, que contó con el respaldo de gran parte de los presentes a la hora de corear su estribillo con el puño en alto.


Habiendo roto el hielo con dos flagrantes trallazos, el veterano guitarrista británico se dirigía por primera vez al resptable  para darnos la bienvenida antes de regalarnos el primero de los guiños a su ex-banda que cayeron a lo largo de la velada. El ritmo intenso a tempo de boggie-rock de “Going To Brazil”, del fantástico “1916”, haría que el ambiente de fiesta continuara en una sala cada vez más animada. Acto seguido llegaría el primer recuerdo a lo que fue su debut “The Age Of Absurdity”, de manos de “Freak Show”, con la banda por primera vez levantando el pie del acelerador para centrarse en su faceta más melódica, incluyendo algún guiño a Ac Dc, para permitrnos  recuperar el aliento tras un arranque explosivo.


No tardarían en recuperar el clímax, volviendo a poner la sala literalmente patas arriba con otro recuerdo al legado de  Motörhead, invitándonos a viajar hasta “Bastards”, de 1993, para recuperar “Born To Raise Hell”, que fue la elegida para que Joel nos hiciera cantar una y otra vez ante la cara de satisfacción de un Phil Campbell que no perdió la sonrisa en ningún momento. Los aromas western se encargarían de dar una ambientación especial a la resultona y bluesera “Dark Days”, que nos dejaba la estampa del vocalista invitándonos a mover las manos de izquierda a derecha como si estuviéramos en un festival veraniego.



Sin darnos ni un segundo de tregua, y acompañado por las palmas del público, el amenazante bajo de Tyla CAmpbell se encargaba de anunciarnos la llegada de “Hammer And Dance”, que nos proporcionaba otra nueva ración de estribillos ganadores mientras la actividad volvía a reactivarse entre las primeras filas. La buena conexión y el vacileo fueron una constante a lo largo de todo el show, y eso quedó plasmado en temas como “High Rule”, que sin ser tan adrenalíticos si que consiguieron enganchar a gran parte de los presentes.


Pero, evidentemente, los momentos más candentes y humeantes de la noche quedaron reservados para los temas que Phil Campbell tocaba cada noche junto a Mr. Kilmister, y uno de los que seguro más veces interpretó en directo fue el mítico “Ace Of Spades”. Como no podía ser de otra forma la respuesta de la sala fue apoteósica, haciendo que la voz de Joel fuera prácticamente inaudible antes de que el personal tributara a la banda, -y al propio Lemmy-, una cerrada y sentida  ovación. La vuelta a su propio material sería la excusa perfecta para invitarnos a seguir participando en el show, haciéndonos partícipes del hard roquero “Strike The Match”, que nos dejaba la estampa de Phil abandonando su lugar en el escenario para intercambiar posiciones con Todd. Para poner el punto y seguido a su humeante presentación el combo británico optó por una adaptación del clásico de David Bowie “Heroes”, tras la que se marcharon dejándonos con ganas de más fiesta y rock n´ roll.


Afortunadamente no tardaron mucho en recuperar posiciones para abrir los bises por todo lo alto con otra de las catálogo “Mötor”, ni  más ni menos que “Rock Out”, que hacía que la temperatura volviera a subir en la sala. “Ringleader”, fue el siguiente zarpazo en caer, dejándonos a una banda completamente entregada. Lamentablemente la descarga estaba tocando a su fin. Sin embargo, aún tendríamos un último punto culminante con el tándem que conformaron la imprescindible y macarra “Killed By Death”, que desató, una vez más, la locura y “Maniac”.


En definitiva, gran noche de rock n´ roll en la Ciudad Condal ante un público que acabó rendido, satisfecho y con la clara convicción de que mientras Phil Canpbell And The Bastard Sons sigan girando el legado de Motörhead estará en buenas manos.

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