miércoles, 12 de julio de 2017

ROCK FEST BCN-2-JUL-2017


IMPERIAL JADE

Pese a su insultante juventud Imperial Jade llevan bastante tiempo curtiéndose en los escenarios. Basta tan solo con dar una escucha a su prometedor debut “Please Wellcome”, para comprobar que estos chicos han mamado directamente de las fuentes sagradas del classic rock.


Un servidor ha tenido ocasión de ver a los barceloneses en varias ocasiones, y lo cierto es que cada vez ha sido mejor que la anterior. Así que en esta ocasión, pese a las limitaciones de  tiempo, el quinteto volvió a dejarme una fantástica impresión, especialmente su vocalista Arnau Ventura, al que veo cada vez más suelto y seguro en su faceta como frontman.

Acompañados de una buena representación de amigos y algunos curiosos que se acercaron atraídos por el clasicismo que emanaba de las guitarras de Alex Pañero y Hugo Nubiola, Imperial Jade nos refrescaron la mañana con el marchoso dinamismo que imprimieron a temas como “Highway”, “Satyr”,  y el vacilón “High On You”.


Aunque todavía era muy pronto y el personal quería reservar fuerzas para afrontar esta tercera y ultima jornada del festival, Arnau se las apañó para conseguir que la gente bailara y acompañara con palmas el medley de clásicos de Led Zeppelin que interpretaron, y que se convertiría en el preámbulo perfecto para los potentes  estribillos de “Fire Burning Sound”. Son jóvenes, tienen imagen, actitud, calidad y un directo de lo más marchoso y entretenido.

KILLCODE

La primera descarga internacional de esta tercera jornada de festival correría por cuenta de los americanos Killcode, una banda todavía poco conocida por estos lares, pero que nos presentó una interesante propuesta que funde a la perfección la potencia del hard rock más tradicional, las densas melodías del rock alternativo y la rotundidad de unos estribillos coreables y con pegada.


Pese a lo temprano de la hora, lo cierto es que la banda que lidera el vocalista Tom Morrissey pareció encantada con la acogida que le tributaron los valientes que se atrevieron a desafiar el intenso calor de primera hora de la tarde. De entre los temas que interpretaron me quedaría con los aplastantes estribillos de “Hands Up”, que ponía a botar a la banda intensamente, y la más oscura y guitarrera “Shotgun”, ambas extraídas de su último trabajo homónimo.

Tampoco faltaría el toque sureño que imprimieron a los desarrollos iniciales de “Devil Song”, ni las rugosas líneas de bajo que marcarían temas como “Broken Hee”. La sorpresa del show  llegaría cunado Morrissey invitó a subirse al escenario al mítico guitarrista de Twisted Sister, Jay Jay French para que se sumara a  la fiesta durante su versión del clásico “You Can´t Stop Rock ´n´Roll”.

Resumiendo, los americanos con una propuesta a medio camino entre el hard rock tradicional y los sonidos alternativos mostraron tener potencial y temas para hacerse con un hueco dentro de la escena internacional. Estaremos atentos a sus próximos pasos.

BLACK STAR RIDERS

Si hay una banda que consigue mantener el espíritu y la esencia del mítico Phil Lynott en sus composiciones esos son Black Star Riders. Aunque seguramente para muchos resultara una herejía que algunos de sus miembros sigan realizando giras bajo el nombre de Thin Lizzy, lo cierto es que la banda que lideran el veterano guitarrista Scott Gorham y el ex The Almighty Ricky Warwick está consiguiendo hacerse con un hueco dentro de la escena internacional.

Con su flamante nuevo trabajo bajo el brazo “Heavy Fire”, el sexteto repasaría durante su actuación los mejores momentos de su discografía  junto a un par de clásicos de cosecha Lizzy. Con Warwick enfundado en una chupa de cuero y empuñando la guitarra,  la banda irrumpía en escena para asolarnos con la fiereza roquera del tema que abría su debut “All Hell Breaks Loose”.

Pese a que en el seno de Black Star Riders nos encontramos con músicos veteranos y reputados, lo cierto es que quien lleva las riendas del show es Warwick, haciendo gala de una  actitud salvaje y macarra, lo  que le permite conectar con la gente e invitarla a participar en temas como “The Killer Instinct”, que era la escogida para ofrecernos ese clásico juego de guitarras gemelas.

Poco a poco el ambiente se iría caldeando, de modo que la gente no dudaría en acompañar con palmas temas como “Bloodshot”. Tras haber picoteado durante los primeros compases del show en sus dos primeras obras, por fin llegaba el momento de bucear en las composiciones de su nuevo trabajo, y que mejor que proponernos los adictivos estribillos de esa bomba de relojería que es “Testify Or Say Goodbye”, para posteriormente abalanzarnos sobre la marchosa “When The Nights Comes In”.

Tampoco faltaría su habitual tributo a la figura del irrepetible Lynott con una coreadísima versión del clásico “The Boys Are Back In Town”, que ponía a todos los presentes a cantar, y ya en la recta final de su actuación el mítico “Whiskey In The Jar”.

Pero sería injusto tildar a Black Star Riders de ser un grupo que vive del legado de otros, y la mejor prueba fue el ímpetu y la mala lecha que Warwick imprimió a temas como “Bound For Glory”, los aromas folk que destiló “Soldierstown” y las pegadizas melodías del uptempo “Finest Hour”. En definitiva: fantástica actuación de unos Black Star Riders que están llamados a convertirse en una de las bandas fuertes dentro del panorama europeo.

HAMMERFALL

Mucho ha cambiado la escena del heavy metal europeo desde que Hammerfall publicaran su debut “Glory To The Brave” hace ya dos décadas. Abanderados de aquella oleada de bandas power metaleras que asoló el viejo continente durante la segunda mitad de la década de los noventa  los suecos han conseguido mantenerse en activo sin renunciar a su personalidad ni al clasicismo de su propuesta.


Seguramente debido a la mencionada efeméride muchos esperaban un repertorio dedicado a la nostalgia, en el que la banda incluyera muchos temas de sus primeros trabajos, pero los templarios suecos optaron por un set  muy variado. “Hector´s Hymn” fue la encargada de dar el pistoletazo de salida, dejándonos a una banda sólida  y muy dinámica en escena, con Joacim Cans aprovechando al máximo la pasarela central mientras Oscar Dronjak exhibía su guitarra con forma de martillo.

No tardarían en enganchar a la audiencia con esos estribillos marca de la casa, convirtiendo al potente “Riders Of The Storm” en uno de los momentos destacados del show. Tampoco faltarían durante la hora que estuvieron sobre las tablas los riffs sólidos y aplastantes de  “Blood Bound”, ni los hímnicos estribillos de “Any Means Necessary”, que nos dejaba a Cans dirigiendo los canticos del personal.

Sin concedernos ni un segundo de tregua el estruendoso sonido del motor nos anunciaría la llegada de “Renegade”, que nos sumergió  en una frenética  sesión de headbanging mientras el escenario quedaba cubierto de humo. Fue justo antes de atacar “Dethrone and Defy”, cuando el vocalista se paseó por la pasarela para recordarnos  que la banda lleva dos décadas girando por todo el mundo.

Pero no sería Cans el único que aprovechó las posibilidades de la pasarela central, ya que durante “Last Man Standing”, Oskar y Norgren se batirían en un intenso duelo bajo la atenta mirada de las primeras filas. Con la gente cada vez mas entrega llegaba el momento de encarar la recta final del show, y que mejor que un clásico como “Let The Hammer Fall”, que ponía a rugir intensamente al personal antes de que Oskar amenazase con golpear su guitarra con forma de martillo contra el suelo.

Una nueva mirada sobre su última entrega “Built To Last” serviría como excusa para rescatar la adictiva “Hammer High”. Mientras que las últimas cabalgadas de una descarga compacta y convincente estarían reservadas para “Bushido” y una coreadísima “Hearts On Fire”.

SARATOGA

Desde su “regreso” Saratoga están en un fantástico momento de forma. Su último redondo “Morir En El Bien, Vivir En El Mal”, ha vuelto a poner a la banda del incombustible Niko Del Hierro en un lugar preferente dentro de la escena metálica nacional.


Una carpa abarrotada, en la que el intenso calor nos hizo sudar intensamente, y un escenario presidido por la portada de su última obra aguardaba a que el cuarteto madrileño apareciera en escena. Como un vendaval desatado el show arrancaba por todo lo alto con “Perseguido”, dejándonos la estampa de un Tete Novoa absolutamente titánico, que no dejó de correr y animar al personal mientras buscaba la complicidad de las primeras filas.

Y es que el vocalista se mostró en un excelente estado de forma, tanto física como vocalmente, intercalando algunos desgarradores rugidos entre sus afiladísimos  agudos, consiguiendo que temas como “Tras Las Rejas” y “Maldito Corazón” , sonaran más potentes y viscerales.

Aunque el sonido no me acabó de convencer, estuvo excesivamente alto y con mucho reverb en las voces durante los primeros compases del show, esto no pareció importar a un público que se entregó al máximo a la hora de corear los estribillos de “Las Puertas Del Cielo”, que nos dejaba el primer gran solo de un Jero Ramiro que estuvo muy preciso durante todo el show.

Pero sin duda el motor de la banda fue la base rítmica que formaron un demoledor Dani Pérez, -impecable en potencia y ejecución tras su kit-, y  Niko que no dejó animar mientras maltrataba su bajo en temas como “No Sufriré Jamás Por Ti”. De entre sus nuevas composiciones las que mejor acogida obtuvieron fueron “Mi Venganza”, presentada por Tete con un punto de ironía, y la propia “Morir En El Bien, Vivir En El Mal”, que volvía a poner a todo el personal a cantar.

De su etapa más clásica no faltarían “Vientos de Guerra” y “Heavy Metal”, que sonó como toda una declaración de principios, con todo el mundo coreando el estribillo mientras Tete volcaba el pie de micro sobre las primeras filas. Para encarar la recta final del show optarían por “A Morir”, la power metalera “Como El Viento” y la habitual “Perro Traidor”, que fue acompañada por una intensa lluvia de confeti.

THUNDER
  
Representantes del clasicismo roquero en las islas británicas Thunder se presentaban en el escenario Stage Fest para encarar la recta final de esta cuarta edición del Rock Fest Barcelona. Aunque en líneas generales sonaron bastante bien, lo cierto es que las ráfagas de viento acabaron desluciendo algo una descarga que poco de falta de ritmo e intensidad, ya que su propuesta hubiera lucido mucho más dentro del intimismo de una sala.


Pese a ello la banda capitaneada por el vocalista Danny Bowes y el guitarrista Luke Morley  nos invitó a mover los pies sometiéndonos al ritmo de temas como “Enemy Inside”. Pero sin duda los temas que mejor acogida obtuvieron entre los presentes fueron los de sus primeros trabajos como “River Of Pain” o el vibrante “Low Life In High Places”.

También gustaron mucho entre los asistentes temas como la final  “I Love You Than Rock N Roll”. Resumiendo que los británicos nos ofrecieron un derroche clase, elegancia y distinción para poner de manifiesto que siguen conservando esa flema  clásica que encandiló a muchos seguidores a finales de los ochenta y principios de los noventa.

AIRBOURNE

A última hora de la tarde, justo cuando el cansancio acumulado empezaba a hacer mella entre los asistentes,  era el mejor momento para la inyección de adrenalina y buen rollo que nos propusieron Airbourne. Sí, efectivamente, los australianos no han inventado nada nuevo, ni serán  recordados por la excelsa complejidad de sus composiciones. Pero lo que nadie puede discutir es la intensidad y la actitud que los hermanos O´Keefee & cía. imprimen a cada una de sus presentaciones.


Capitaneados por ese torbellino que es Joel, que apareció en escena a pecho descubierto y con sus jeans rotos a la altura de las rodillas, el cuarteto salió tan enchufado como de costumbre, haciendo mover al personal con esa solemne declaración de intenciones que es "Ready To Rock", que fue contestada con una rotunda ovación del respetable. Y es que Airbourne nos han visitado con bastante asiduidad en los últimos años, y eso se notó, y mucho, en la reacción de unos fans que no pararon de corear los contagiosos estribillos de temas como  "Too Much, Too Young,  Too Fast".

Tras haber puesto patas arriba el recinto con dos himnos clásicos dentro de su discografía tocaba adentrarnos en el material de su última obra  de manos del tándem que conformaron "Down On You" y la más marcada e hímnica  "Rivalry", que nos dejaba a Joel aproximándose al filo del escenario. Finalmente el alocado frontman acabaría cumpliendo su amenaza, ya que durante el marchoso  "Girls In Black" llegaría su tradicional paseo a hombros por el foso justo antes de que empezara a destrozar latas de cerveza a cabezazos.

Tampoco se olvidarían de rendir pleitesía  a uno de sus grandes referentes, el irrepetible Lemmy Kilmister durante los prolegómenos de "It's All For Rock n Roll". Tras recibir una cerraba ovación tocaba ofrecernos otro pequeño bocado de su último redondo, y que mejor muestra que la pieza que le da nombre "Breakin´ Outta Hell", que mantenía el nivel de intensidad con las primeras filas acompañando con palmas. La escogida para poner el punto y seguido a la brutal descarga de los de Warrnambool sería la desquiciante "Stand Up For Rock N Roll".

No tardarían mucho en retornar sobre las tablas para hacer girar  la manivela que activaba las sirenas  que nos anunciaban el salvaje "Live It Up", que nos dejaba a Joel repartiendo vasos de birra entre sus seguidores. Pero no, la fiesta desbocada de Airbourne aún no había concluido, ya que todavía se reservaban en la recámara una última bala, el explosivo "Runnin´ Wild" que, ahora sí, rubricaba una de las mejores actuaciones  de esta tercera jornada festivalera.

AEROSMITH

El momento por fin había llegado. Tras tres largas e intensas jornadas de calor, música y diversión, un Parc de Can Zam abarrotado se preparaba para albergar el plato fuerte de esta cuarta edición del Rock Fest Barcelona: Aerosmith. Si ya de por si una actuación de los de Boston es todo un acontecimiento, en esta ocasión, el anuncio de que su actual tour Aero-Vederci Baby! será su gira de despedida acabó propiciando que nadie quisiera perderse la cita.


Con todo el personal pendiente de lo que sucedía en el Stage Fest, la expectación podía palparse en el ambiente. La explosión del público llegó cuando a través de las pantallas y acompañadas de la grandilocuencia del “Carmina Burana” desfilaron diferentes instantáneas de la formación americana, proponiéndonos un viaje a lo largo de su longeva trayectoria. Sin embargo, el arranque fue un tanto frío, ya que mientras sonaban los primeros compases del tema inicial “Let the Music Do The Talking”, las pantallas no nos mostraban imágenes de los músicos, sino el logo clásico de la banda. Esto hizo que muchos buscaran desde la lejanía la figura de los músicos hasta que finalmente advertimos que el tándem Tyler/Perry estaba ya al final de la pasarela que se adentraba dentro de la audiencia.

No sería hasta el arranque del segundo tema “Nive Lives”, cuando las pantallas nos mostraron lo que sucedía sobre el escenario, comprobando que Tyler vestía uno de sus extravagantes modelitos. Curiosamente, no hubo explosiones, ni humo durante los primeros compases del show, sólo una banda que rockeaba con convicción mientras Tyler se contorneaba reclamando la atención de las primeras filas. Y es que la pasarela central se acabó convirtiendo en el “campo de juego” de un frontman que demostró estar en un fantástico momento de forma.


Así que mientras las mayoría de las miradas recaían sobre el incombustible vocalista, Perry era quien se encargaba de llevar la batuta sobre el escenario. Como era previsible el grueso de su repertorio estuvo centrado en algunos de sus hits  más exitosos de la segunda mitad de su carrera. De modo que no faltaron durante la parte inicial del show temas como “Love In An Elevator”, que convirtieron  el recinto en una fiesta, con todo el mundo cantando el estribillo mientras Tyler corría hacia sus compañeros para acabar revolcándose por el suelo.

Un detalle que me llamó mucho la atención, y que creó que acabó restando algo de dinamismo e intensidad al show, fue que temas ganadores como “Livin´ On The Edge”, sonaron algo ralentizados y faltos de pegada. Pero esto no pareció importar a un público que explotó cuando el vocalista se acercó al batería Joey Kramer para cantar juntos el estribillo.

Haciendo gala de sus excelentes dotes como frontman, Tyler corrió, saltó, bailó y jugó con su pie de micro…, e incluso empuñó un megáfono antes de hacernos mover las caderas al ritmo del  marchoso “Rag Doll”. Una nueva mirada sobre el material que publicaron durante la década de los noventa nos abocaría sobre el envolvente “Falling In Love (Is Hard In The Knees)”, que nos dejaba al vocalista haciendo muecas ante las cámaras que había repartidas a lo largo del escenario.


Tras recabar una cerrada ovación, Tyler nos presentó a su compañero Perry, que fue quien se hizo cargo de las voces durante su adaptación del bluesero “Stop Messin´Around”, haciendo llorar su guitarra mientras Brad Whitford se encargaba del solo y el propio Tyler remataba el tema tocando la armónica. No sería esta la única versión que tocaron de los británicos Fleetwood Mac, ya que la siguiente en sonar fue “Oh Well”, algo que a  muchos no nos acabó de convencer, y más teniendo en cuenta la gran producción discográfica de los de Boston. La magia roquera retornaría de manos de “Chip Away The Stone”, con un fantástico acompañamiento del teclista que acompaña a la banda, Buck Jhonson.

El momento emotivo de la noche y en el que más se escuchó cantar al público llegaría con la balada “I Don´t Want To Miss A Thing”, con Tyler ataviado con un sombrero cantando el tema aferrado a su pie de micro mientras miles de teléfonos inmortalizaban el momento. En un repertorio rico en versiones no podía faltar su particular homenaje a The Beattles, con su roquerizada versión del “Come Together”, que nos dejaba a los “Toxic Twins” recorriendo la pasarela central para provocar el delirio generalizado.

Otro de los momentos álgidos de la noche llegaría con el irreverente “Eat The Reach”, el tema que abría su undécima obra de estudio. No abandonarían el material del exitoso “Get A Grip”, ya que a continuación tocarían la emocionante “Cryin´”, para posteriormente dejar paso a  una celebradísima “Dude (Looks Like A Lady)”, que ponía el punto y seguido a la velada.

Nadie se movió de su sitio. Todos sabíamos que Tyler, Perry y compañía  aún se guardaban algún as en la manga antes de despedirse definitivamente de nosotros. Así que mientras la gente coreaba el nombre de la banda los “pipas” colocaron en la pasarela un piano para que Tyler interpretara “Dream On”. El final no pudo ser más espectacular con Perry primero, y posteriormente Tyler, subiéndose  al piano.

Encarando la recta final del show el bajo de Tom Hamilton nos adentraba en el funkero “Mother Popcorn”, mientras que el apoteósico final, -con lluvia de confeti y columnas de humo-, llegaría con  “Walk This Way”. En definitiva, buen concierto de unos Aerosmith que no me cabe la menor duda convencieron a sus fans más “radiofónicos”. Aunque, personalmente, en vez de tantas versiones hubiera preferido escuchar viejas favoritas  como “Mama Kin”, “Janie´s Got A Gun” o “Back In The Saddle”, lo que hubiera  convertido esta despedida en una cita inolvidable.

Aunque por diferentes motivos varias han sido las actuaciones  que no han sido reseñadas en este artículo, no me gustaría dejar pasar la ocasión de hablar, aunque fuera mínimamente de: RAGE, quienes presentaron a su nueva formación dejando una muy buena impresión desde que arrancaran con el clásico "Don´t Fear The Winter". Además la banda del carismático Peavy Wagner también tendría ocasión de rendir su particular tributo a Dio con un fantástico cover de Holy Driver", que fue cantado por el guitarrista Marcos Rodriguez.

Los brasileños SEPULTURA también nos ofrecieron una notable actuación presentando algunos de los temas de su último redondo "Machine Messiah". Pero evidentemente los pits más concurridos estarían reservados para clásicos como "Desperate Cry", "Inner Self", "Territory" y ya en la recta final "Roots Bloody Roots", que ponía a todo el personal a saltar.

Una de las nuevas sensaciones del hard rock americano ALTER BRIDGE nos ofrecieron un show potente, intenso y dinámico, en el que brilló especialmente su frontman Myles  Kennedy, quien se metió a la audiencia en el bolsillo gracias a su clase y su carisma. De entre los mejores momentos de su actuación destacaría "Addicted To Pain"y  "Metalingus", que sonó absolutamente arrollador. Mientras que en el capítulo de las baladas brillaría intensamente la emotiva "Blackbird".

La nota de nostalgia y clasicismo vendría de la mano de los incombustible Europe, quienes repasarían algunos de sus clásicos  de la década de los ochenta, aunque sin descuidar las composiciones de sus ultimas entregas. Aunque los suecos hicieron un show solvente y compacto, lo cierto es que Joey Tempest  no tuvo su noche, lo que acabó restando algo de brillo a la ejecución de temas como "Rock The Night", "Scream Of Anger" o "Ready Or Not". En cualquier caso, esto no pareció importar a una audiencia que saltó y bailó como si estuviera poseída cuando en la recta final del show sonó el imprescindible "The Final Countdown".

En definitiva, Rock Fest Barcelona nos ofreció tres intensas jornadas  de música, sol y diversión, con grandes actuaciones de todas las bandas en un marco incomparable y con un fantástico ambiente. Así que a partir de ahora empieza la cuenta atrás para la edición de 2018.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:ALFONSO DIAZ y ALFREDO RODRIGUEZ

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