lunes, 19 de febrero de 2018

STEEL PANTHER+FOZZY-RAZZMATAZZ 2-BCN-11-FEB-2018


Su visita no podía llegar en mejor momento. Steel Panther regresaban a la Ciudad Condal coincidiendo con las fiestas de Carnaval para presentar en sociedad las composiciones de su cuarto trabajo “Lower The Bar”. Si ya de por si cualquier descarga de los angelinos es la excusa perfecta para que muchos de sus seguidores desempolven sus pelucas y atuendos más “discretos”, en esta ocasión, y teniendo en cuenta las fechas fueron muchos los que se animaron a intentar lucir, dentro de sus posibilidades, como las estrellas de la noche. Aunque inicialmente la cita estaba programada en la grande del  Razzmatazz, la organización informaba a última hora de la mañana de que el espectáculo se trasladaba a la Sala 2. Pese a ello, el recinto no llegó a llenarse, aunque si presentó un aspecto de lo más animado y variopinto, tanto en edades como a nivel de público.

Para acompañarles en  este nuevo periplo europeo el cuarteto de Los Ángeles traía como invitados a sus compatriotas Fozzy, la formación que lidera la estrella de la W.W.E. Chris Jericho y en la que también milita el guitarrista de Stuck Mojo, Rich “The Duke” Ward. Pese a su sólida trayectoria discográfica, con siete trabajos publicados, la presente era su primera incursión en nuestro país, y a tenor de lo animado que estaba el recinto a la hora de su presentación era evidente que  había mucha curiosidad por ver al quinteto texano en acción.

Aunque personalmente sus dos últimos lanzamientos no me han acabado de convencer, -ambos muy orientados  hacia el mercado de su país y desmarcándose del perfil más clásico de sus primeras entregas-, lo cierto es que Fozzy han conseguido granjearse una buena reputación a este lado del Atlántico. Salieron con todo a favor, respaldados  sobre un sonido aplastante, -para mi gusto excesivamente alto-, y rápidamente supieron conectar con las primeras filas gracias a sus vigorosos riffs, su contundencia  rítmica y, como no, las excelentes formas como frontman de un Chris Jericho que salió a escena luciendo chupa de cuero y absolutamente desatado, poniéndonos a todos a botar siguiendo el trepidante ritmo de la  novedosa “Judas”.

Pero esto sólo había sido el principio, ya que la descarga de Fozzy  fue una sucesión de trallazos a cual más potente y aplastante, con los músicos machacando implacablemente sus instrumentos mientras Rich Ward aprovechaba para meterse entre el público durante “Drinkin With Jesus”, para acabar recabando la primera gran ovación de la noche. Con la banda sudando copiosamente y con la gente contagiada por el  derroche de fuerza e intensidad que nos estaban brindando llegaba el momento de pisar el acelerador al máximo con “Sin And Bones”.

Fue a partir de ese momento, una vez disipada la euforia inicial, cuando algunos empezamos a dudar sobre si todo lo que estábamos escuchando se estaba tocando y cantando sobre las tablas. Y es que tanto los coros del bajista Paul Di Leo como las propias líneas vocales de Jericho eran demasiado perfectas, y más aún si tenemos en cuenta que el frontman no paró de saltar y contorsionarse durante todo el show. Pero dejando a un lado sensaciones personales, la verdad es que la descarga de los americanos acabó cuajando entre los presente, especialmente entre los que no dejaron de saltar en las primeras filas siguiendo los rabiosos estribillos que marcaron temas como “Painless”, que se cerraba con toda   la banda arrodillada en el escenario.

Tras unos segundos con la sala sumida  en la más absoluta penumbra, Jericho aparecía luciendo una chupa luminosa para atacar las estrofas de  “Spider In My Mouth”, que era la elegida para volver a incidir sobre  el material de “Sin And Bones”. Pese a que durante los primeros años de su andadura Fozzy se dedicaron a versionar clásicos imprescindibles de la historia del heavy metal, para esta noche nos tenían preparada una sorpresa especial, ya que la escogida como cover fue “SOS”, de los suecos ABBA, que con su ambientación más relajada fue el único momento de tregua que nos ofrecieron.

El momento cachondo de la noche, con Ward y Di Leo  marcándose unos llamativos  pasos de baile, llegó justo después con el ritmo  discotequero de  “Lights Go Out”. No tardó en regresar la rabia, la furia y las hirientes guitarras para dar vida a los reptantes y machacones riffs de “Bad Tatoo”. El broche definitivo para  el debut de Fozzy  en tierras catalanas estuvo reservado para  esa bomba de relojería que es “Sandpaper”, tras la que se marcharon siendo aclamados por gran parte del respetable. Lo dicho, impecable descarga en cuanto actitud y entrega. Aunque, personalmente, me acabé quedando con la sensación de que abusaron de las ayudas técnicas.

Aunque las extravagancias y la parodia parecen estar directamente ligadas a la puesta en escena y la concepción como banda de Steel Panther, -algo que provoca que sus directos sean sinónimo de diversión y buen rollo-, creo que sería injusto quedarse en lo superficial. Ya que tras sus pelucas, sus bandanas y sus líneas de ojos, se esconde una fantástica banda de hard rock, con temas directos, pegadizos y plagados de estribillos coreables estribillos. Aunque, personalmente, soy de los que opina que llevan demasiado lejos su rimbombante imagen, su incontinencia verbal  y su vocabulario “políticamente incorrecto”, también creo que todos esos elementos acaban siendo claves para desarrollar un show que no sólo te hace cantar, saltar  y bailar, sino que también logra  robarte alguna cómplice sonrisa.

Bastó simplemente con que se apagaran las luces y los protagonistas de la velada  aparecieran en escena en la parte posterior del escenario para que la audiencia empezara a gritar. El único que permaneció en primera línea escénica durante los compases iniciales de “Eyes Of A Panther” fue Michael Starr. Con los músicos adueñándose del escenario se iniciaba su particular desfile de poses y clichés ochenteros mientras nos ofrecían todo un derroche de garra e intensidad roquera. La fiesta había comenzado, así que con el frontman luciendo un llamativo sombrero blanco y gafas de sol llegaba el momento de ofrecernos la primera muestra de “Lower In Bar”, con el vacilón “Goin´ in The Backdoor”, que nos hacía alzar  nuestros cuernos al aire a modo de bienvenida.

No tardó en llegar el primer speech de la noche, con Satchel dándonos sus picantes y convincentes argumentos de porque Barcelona era su ciudad favorita, lo que le acabó valiendo al guitarrista una cerrada ovación. Como buenos discípulos del hard rock más clásico, el cuarteto tributó su particular homenaje a Van Halen interpretando su adaptación del mítico “You Really Got Me”, de los británicos The Kinks. Fue durante los prolegómenos del cachondo “Asian Hooker”, cuando el andrógino bajista Lexxi Foxxx aprovechó para mostrarnos su flamante nariz nueva  provocando el descojone del respetable.

Pero dejando a un lado vaciles y excentricidades, Steel Panther parecían dispuestos a dejar que el público se acabara convirtiendo en protagonista del show, de modo que Starr se encargó de dirigir al personal a la hora de cantar el estribillo del premonitorio “Party Like Tomorrow Is The End Of The World”. Tras una nueva charla, en la que el vocalista aprovechó para mostrar el torso a las chicas de las primeras filas, era un buen momento para dejarnos imbuir por los aromas más melódicos y empalagosos del uptempo “Wasted Too Much Time”, que nos dejaba la estampa de Starr, Satchel y Foxxx, ocupando el centro del escenario para ofrecernos su particular coreografía.

Aunque Starr cumple a la perfección con su trabajo como frontman, me sorprendió que a la hora de las charlas y las presentaciones compartiera  protagonismo con Satchel, entrando en más de una disparatada discusión que ayudó a que sus  extensos parlamentos resultaran  más amenos. Una nueva mirada sobre su trabajo del pasado año sirvió como excusa para hacernos mover las caderas siguiendo el contagioso  ritmo “Poontang Boomerang”. El ecuador de show vino marcado por el divertido solo de guitarra que nos brindó Satchell, que no dudó en ayudarse del pedal de la batería para acompañar los riffs de temas como “Master Of Puppets”, “Crazy Train”, “The Trooper”, “Breaking The Law”, “Sweet Child O´Mine”, lo que acabó provocando el delirio de una audiencia que se lo estaba pasando en grande.

Tras semejante impasse  de fervor hard & heavy era el momento propicio para que las acústicas tomaran el escenario por primera vez  para dar colorido a “That´s When You Came In”. Todos sabíamos que tarde o temprano el escenario se llenaría de chicas. Pero antes de que esto sucediera Starr invitó a una chica a subir  para dedicarle “Weenie Ride”, con Stix Zadinia acompañando al teclado. Había llegado el momento de las chicas, y muchas se atrevieron a subir a escena para bailar y cantar mientras la banda retomaba  su faceta más gamberra y macarra durante  “17 Girls In A Row”. Con las invitadas todavía en escena tocaba volver sobre el  exitoso “All You Can Eat”, con un coreadísimo “Gloryhole”.

Con nuestros cuatro protagonistas ocupando el escenario, Starr tuvo un emotivo recuerdo para Justin Bieber y toda la “música de mierda” antes de poner el punto y seguido a la velada con esa declaración de intenciones que es “Death To All But Metal”. Para su retorno sobre las tablas los californianos se reservaron una doble ración de su debut “Feel The Steel”, dando buena cuenta de la power ballad “Community Property”, que fue la excusa perfecta para un nuevo alarde de un Satchel que brilló intensamente a lo largo de todo el show. Mientras que el fin de fiesta definitivo corrió por cuenta del himno  “Party All Day (Fuck All Night)”, que ponía, nuevamente, a todo el público a saltar para poner un brillante broche a la velada.

Aunque muchos dirán que su puesta en escena es excesiva, lo cierto es que Steel Panther son una banda de directo, con unos temas que funcionan muy bien, y que tienen la particularidad de llegar tanto a las nuevas generaciones, como a los seguidores del hard rock ochentero. Aunque, eso sí, podrían acortar un poco sus discursos y aprovechar ese tiempo para tocar un par de temas más.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER



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