sábado, 30 de marzo de 2019

SEPTICFLESH+KRISIUN+DIABOLICAL+XAON-RAZZMATAZZ 2-BCN-19-MAR-2019


Hacía poco más de un año que los helenos  Septicflesh pisaron este mismo recinto para presentar “Codex Omega”. Y es que desde que la banda que lidera el incombustible Spiros “Seth” Antoniou volviera a poner su maquinaria en marcha a principios de 2007 su andadura ha estado marcada por la regularidad a la hora de editar sus entregas de estudio, y por la arrolladora potencia de unos directos que se han tornado cada vez más grandilocuentes y “sintéticos”. Y esa es precisamente la principal crítica de algunos de sus seguidores que opinan que la banda se apoya en exceso en arreglos y orquestaciones pregrabadas en sus directos. Aunque personalmente creo que esos elementos son los que convierten la propuesta del combo ateniense  en algún único, personal, e inimitable.

Como comentaba anteriormente Septicflesh nos han visitado con bastante asiduidad en los últimos años, pero afortunadamente eso no pareció importar a  unos incondicionales que no dudaron a la hora de atender su llamada. Además para acabar de redondear un cartel de lo más heterogéneo y variado, que haría las delicias de cualquier seguidor de las sonoridades más oscuras y extremas, contaríamos con la presencia para abrir esta tarde noche de martes de los suizos Xaon, quienes aprovecharon la ocasión para presentar parte del material que formará parte de su segundo largo “Solipsis”, que según nos comentaron vera la luz a principios del próximo mes de Abril. Los elegidos para recoger el testigo y hacernos transitar hacia sonoridades más ocultistas y pesadumbrosas serían los suecos Diabolical.  Mientras que para acabar de calentar el ambiente antes del desembarco de las estrellas de la noche tendríamos ocasión de volver a deleitarnos con el directo de una banda que nunca falla en directo: los incombustibles brasileños Krisiun.

Aún había muy poco ambiente en el recinto, apenas unas 30 personas, cuando aparecieron en escena los encargados de empezar a hacer rugir los instrumentos para dar el pistoletazo de salida a esta apasionante velada: Xaon. A pesar de ser todavía poco conocidos por estos lares el quinteto originario de Sion aprovechó sus cuarenta minutos sobre las tablas para adelantarnos algunas de las composiciones que formarán parte de su nuevo trabajo “Solipsis”.

Con el escenario casi a media luz, algo que fue una constante a lo largo de todo su show, el quinteto suizo se esforzó en intentar captar la atención de los presentes desplegando su vertiente más sinfónica y envolvente a lo largo de la inicial “Mobius”. Pero que nadie piense que su propuesta se centró única y exclusivamente en los tiempos más pesados, densos y cadenciosos, aderezados con diferentes arreglos y desarrollos sinfónicos, ya que la velocidad y unos llamativos detalles técnicos acabarían marcando piezas como “Carillon”.

Aunque el público se mostró algo estático y expectante, algo comprensible si tenemos en cuenta que la banda estaba presentando unas composiciones que ni sus seguidores todavía habían tenido ocasión de escuchar, lo cierto es que el combo suizo, y especialmente su vocalista Rob Carson, se esforzó al máximo por llamar la atención y buscar la interacción con unas primeras filas que se fueron animando a medida que avanzaba el show y se iban sucediendo cortes  como el que dará título a su próximo lanzamiento, “Solipsis”, y “Eros”.

El único recuerdo que se permitieron al material contenido en su ópera prima de hace un par de años, y que llevaba por título “The Drift”, se lo reservaron para la recta final de su presentación, dando buena cuenta de  las oscuras y devastadoras ambientaciones de “Zarathustra”. En definitiva que aunque un servidor no tenía muchas referencias de Xaon, lo cierto es que los suizos acabaron dejando unas buenas sensaciones entre los que nos acercamos a presenciar su show.

No tardaron mucho en aparecer sobre las tablas para recoger el testigo Diabolical, una formación que a lo largo de su carrera, pese a no abandonar nunca el underground, ha conseguido granjearse una excelente reputación y hacerse  con un fiel y nutrido núcleo de incondicionales. Vistiendo túnicas largas y encapuchados como si fueran monjes, así aparecieron en escena para presentarse ante una sala que a esa hora estaba ya bastante más animada y concurrida. De modo que los suecos no tuvieron dificultad para  encontrar el respaldo de unas primeras filas que lo dieron todo desde los compases iniciales de “Requiem”.

He de admitir que teniendo en cuenta su bagaje y su trayectoria me sorprendió que su puesta en escena fuera tan sobria y minimalista, sin ni tan siquiera contar con un juego de luces que les ayudara a captar la atención de los que todavía no les conocían, pero lo cierto es que los holmienses arribaban esta noche  para ejercer el papel de “openers”. En cualquier caso, composiciones de nuevo cuño como “Betrayal” o el monumental “Failure” sirvieron para poner de manifiesto que la banda no ha perdido ni un ápice de su devastador olfato a la hora de desplegar su aniquilador death metal salpicado de esencias clásicas.

Tras haber presentado un par de nuevas composiciones que fueron muy bien acogidas por sus seguidores era un buen momento para echar la vista atrás, concretamente hasta su obra de 2013 “Neogenesis”, para mostrar su faceta más letal y devastadora dando buena cuenta del que fue su tema apertura “Into Oblivion”. Como era previsible Diabolical tampoco quisieron dejar pasar la ocasión de proponernos las ambientaciones más   pantanosas y de ascendencia doom metalera a  lo largo del novedoso “The Fire Within”, que con sus fantasmagóricos desarrollos ralentizaba mínimamente el aplastante ritmo que hasta ese momento había llevado el show.

Los suecos no tardaron en recuperar de nuevo su faceta  más seminal y agresiva para volver a pisar el acelerador al máximo y conseguir que “Metamorphosis” se convirtiera en la punta de lanza que nos marcó el camino hacia una rotunda recta final que estuvo protagonizada  por otras dos nuevas composiciones: “Black Sun”, que representó el equilibrio perfecto entre contundencia y melodía; para posteriormente dejar paso a la hímnica “We Are Diabolical”, tras la que se marcharon acompañados de una rotunda ovación. Sin duda Diabolical convencieron a su paso por la Ciudad Condal, aunque los que les hemos venido siguiendo la pista durante los últimos años nos quedamos con ganas de escuchar algo de material de sus primeras entregas.

Una vez más, la formación que capitanean los hermanos Kolesne aterrizaba en la capital catalana  para demostrar el porque se han convertido en una de las bandas  más longevas, prolíficas y respetadas de la escena underground internacional. Aunque Krisiun no pudieron realizar su show completo, -con lo que  tuvieron que dejarse muchas viejas favoritas en el tintero-, lo cierto es que los brasileños nos ofrecieron una lección magistral de  demoledor death metal “old school” impregnado de unas  letras que destilan satanismo, blasfemia y ocultismo.

Portando como único  elemento escénico  un gran telón  trasero Krisiun salieron a escena haciendo gala de  la determinación, la contundencia,  y la convicción a la que nos tienen acostumbrados, mostrando sus poderosas armas desde que irrumpieron  en escena para volarnos la cabeza con todo un clásico como es  “Ravager”, dejando  patente que su aniquiladora maquina de escupir afilados riffs a una velocidad descomunal sigue estando en plena forma. Además los desgarradores rugidos de su frontman Alex Camargo propiciaron que los aledaños del escenario se convirtieran en un auténtico campo de batalla.

Sin duda una de las claves para comprender el arrollador directo de los brasileños es la estabilidad de una formación que se ha mantenido estable a lo largo de toda su trayectoria, lo que les ha permitido evolucionar e ir creciendo disco a disco, incluyendo diferentes matices y elementos en sus trabajos, aunque conservando intacta la personalidad que siempre les ha caracterizado. Así que la escogida para mostrarnos unos llamativos detalles técnicos junto a la arrolladora pegada del aniquilador Max Kolesne fue “Combustion Inferno”. Densas, pesadas, amenazantes y devastadoras, así sonaron las afiladas líneas de bajo que se encargaron de anunciarnos que había llegado el momento de sumergirnos de lleno en “Blood Of Lions”, que era la elegida para proponernos una primera escala en el material de “The Great Execution”.

Dejando a un lado los reiterados agradecimiento de Alex entre tema y tema, lo cierto es que el trío brasileño no se extendió a la hora de las presentaciones, sacando así el máximo partido a su escueto tiempo sobre las tablas. De modo que el bombardeo fue constante, sucediéndose sin apenas concedernos ni un segundo de tregua  trallazos incontestables como el novedoso “Scourge  Of The Enthroned”. Con el respetable coreando intensamente el nombre del trío brasileño tocaba echar la vista atrás, concretamente hasta mediados de la década de los noventa, para que Moyses diera buena cuenta de los despiadados  riffs  de “Hunter Of Souls”.

Pero, indiscutiblemente, el momento más caliente e intenso de la descarga de Krisiun llegó justo a continuación cuando atacaron su acelerada versión del clásico de Motörhead “Ace Of Spades”, que propició  que la sala se viniera literalmente abajo. Para atacar el último tramo de su presentación que mejor que esa pared sonora que lleva por título “Bloodcraft”. Mientras que la elegida para rubricar la fantástica descarga de unos Krisiun que nunca defraudan en directo fue la novedosa “Demonic III”.

Aunque como comentaba al inicio de esta crónica Septicflesh dieron sus primeros pasos dentro de la escena extrema  a principios de la década de los noventa, lo cierto es que la ligera variación de su nombre tras su retorno en 2007 acabó significando algo más que un simple cambio, ya que la formación griega parece haber obviado todo el material que facturó a lo largo de su primera etapa, concentrándose en sus directos en repasar los mejores momentos de su discografía a partir de su retorno con aquel memorable “Communion”. En cualquier caso esto no era ninguna novedad, ya que la banda ya había utilizado un planteamiento similar en sus últimas  visitas a la capital catalana. Tampoco cambió en esta ocasión el montaje escénico, con dos pancartas laterales flanqueando el escenario y un enorme telón de fondo. Ni tampoco el vestuario que lució su amenazante frontman Spiros “Seth” Antoniou, quien volvió a aparecer enfundado en su ajustado traje de cuero para liderar a sus compañeros durante la brutal acometida que supuso la inaugural  “Portrait Of A Headless Man”.

Como suele suceder siempre en sus presentaciones  las orquestaciones y los arreglos pregrabados tuvieron un papel destacado a lo largo de todo el show. Pero lo cierto es que esta noche las guitarras de Christos Antoniou y Sotiris Vayenas sonaron potentes, crudas y más orgánicas que en anteriores visitas, dando un punch y una intensidad extra a temas imprescindibles como “Pyramid God”, lo que junto a las constantes arengas de Seth para hacer que el personal se animara propició que el ambiente se fuera caldeando a medida que pasaban los minutos.

Sin un nuevo trabajo que presentar Septicflesh concedieron un papel preponderante al contenido  de su última entrega de estudio “Codex Omega”, con lo que tras permitirnos recuperar el aliento con los desarrollos acústicos pregrabados el cuarteto se dispuso a volarnos nuevamente la cabeza con el torrente épico que desplegó la batería de Kerim “Krimh” Lechner durante las titánicas aceleraciones que convirtieron a “Martyr” en uno de los momentos más destacados de esta primera mitad del show. Acto seguido la oscuridad y el humo se apoderaron del escenario antes de que la humeante velocidad de las guitarras nos diera argumentos para abandonarnos al headbanging  durante “Prototype”, que provocaba que se formara uno de los pits más concurridos de toda la velada.

Tras haber recabado una rotunda ovación los miembros del combo griego abandonaron momentáneamente el escenario para permitir que los arreglos de cuerda enlatados  se encargaran de ambientar al personal de cara al siguiente corte “Enemy Of Truth”, que quizás fue el único que sonó un tanto deslavazado, ya que las guitarras acabaron quedando sepultadas bajo el volumen atronador de las orquestaciones. La elegida para marcar el ecuador del show fue una pieza  que se ha convertido en imprescindibles para todos sus incondicionales, la composición  que prestaba título a su séptima entrega discográfica “Communion”, y consciente de ello Seth no vaciló a la hora de desentenderse de su bajo para extender los brazos al aire para incitar al personal a que se sumara a los canticos para conceder al corte una ambientación  ritualista e iniciática.

Tampoco quisieron los atenienses dejar aparcado el contenido de su octavo trabajo “The Great Mass”, de modo que la elegida para reivindicar ese material fue la pieza  más desgarradora, ecléctica y camaleónica de todo el plástico “The Vampire From Nazareth”, que fundía a la perfección los arreglos grabados y la demoledora  pegada de un “Krimh”, que se mostró infalible a lo largo de todo el show. Una nueva mirada sobre “Communion” serviría como pretexto para repescar la siempre terrorífica e inquietante “Lovecraft´s Death”.

Con el respetable absolutamente desatado, y metido de lleno  en el particular universo sonoro que nos propusieron unos  Septicflesh que se fueron creciendo a medida que avanzaba la velada, tocaba encarar la recta final de su presentación. Y para ello que mejor que desplegar toda la intensidad melódica contenida en “Prometheus”. Mientras que para poner el broche definitivo a esta primera parte del show el cuarteto nos haría transitar por las desérticas ambientaciones que nos condujeron hasta  “Persepolis”, que se acabó convirtiendo  en el preámbulo perfecto para la majestuosa  “Anubis”.

Tras un fugaz  paso por los camerinos los griegos no tardaron mucho en regresar sobre las tablas para agradecernos nuestra presencia y nuestro apoyo antes de atacar el corte definitivo de la velada, la sobrecogedora “Dark Art”. En definitiva que Septicflesh salieron victoriosos en su enésima visita a la capital catalana, apoyándose en esta ocasión en su parte más orgánica para dejar que los elementos grabados y las orquestaciones  quedaran relegados a  un estudiado segundo plano.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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