domingo, 19 de julio de 2015

BE PROG! MY FRIEND-POBLE ESPANYOL-BCN-11-JUL-2015- Parte 1



Tras la excelente acogida de su primera edición el festival Be Prog! My Friend regresaba a la Ciudad Condal para consolidarse como una cita ineludible para todos los amantes del rock/metal progresivo en cualquiera de sus múltiples vertientes. Nuevamente, el marco escogido sería la Plaza Mayor del Poble Espanyol de Montjuïc, un pintoresco lugar  que durante una jornada cambiaría su habitual trasiego de turistas por miles de aficionados a la música deseosos de asistir a más de 12 horas de música ininterrumpida. A diferencia de lo que sucediera el pasado año, en esta ocasión los organizadores apostaron por la inclusión de un segundo escenario, situado en el lado opuesto del Stage principal, y sobre el que desfilarían algunas de las formaciones más prometedoras del momento: Messenger, Haken o Leprous, junto con algunas apuestas novedosas y vanguardistas como The Algorithm  y Robotporn. También enmarcado dentro de este segundo escenario estaría programado el sorpresivo show que nos ofreció el lider de Anathema, Vincent Cavanagh, quien se presentó ante el público únicamente acompañado de su guitarra.




En cambio, el escenario principal estaría reservado para bandas ya consagradas como los polacos Riverside, que serian los elegidos para abrir el cartel y representar ese rock clásico cargado de clase y elegancia. Tampoco faltarían algunos viejos conocidos de la audiencia catalana como Katatonia o Meshuggah. Los encargado de poner la pincelada de clasicismo al festival serían los incombustibles británicos  Camel. Mientras que quizás lo más atractivo del cartel fuera la presencia por primera vez en nuestro país del mítico líder de los “blackers” Emperor liderando su propio proyecto Ihsahm, y la participación del prolífico y carismático Devin Townsend.


RIVERSIDE

Con el astro rey mostrando todo su esplendor sobre la Plaza Mayor del Poble Espanyol y mientras la gente accedía de forma escalonada al recinto para buscar alguna zona de sombra en la que resguardarse, unos viejos conocidos de la audiencia catalana, Riverside, serían los elegidos para abrir esta segunda edición del Be Prog! My Friend. La formación polaca, que tiene previsto publicar su nueva obra 'Love, Fear And The Time Machine' el próximo mes de Septiembre, no quiso dejar pasar la ocasión de testar alguna de sus nuevas composiciones, así que los primeros compases de su actuación estuvieron marcados por los delicados pasajes de "Lost (Why Should I Be Frightened By A Hat?)", que nos ayudaría a ponernos en situación de cara a la larga maratón musical que teníamos programada para las próximas horas.

Tras romper el hielo y saludar a la concurrencia el cuarteto empezó a bucear en el material contenido en sus anteriores obras de estudio, elevando el nivel de intensidad con la llegada de "Feel Like Falling", dejando que fuera la rotunda base rítmica la encargada de introducir su contagioso ritmo inicial para recabar el apoyo con palmas de los más animados. Aunque tuvieron que lidiar con algunos problemas de sonido, Riverside se mostraron compactos y resolutivos en escena, descargando un reportorio variado y muy equilibrado en el que los temas de "Shrine Of New Generation Slaves" gozaron de un destacado protagonismo. Pese a ello, no quisieron dejarse en el tintero viejas gemas como "Hyperactive", con la que nos mostraban su faceta más marchosa y vitalista.

Con absoluta maestría y sin dejar que el show llegara a decaer en ningún momento Riverside supieron conjugar a la perfección pasajes rockeros con desarrollos más relajados e intimistas, en los que cobraron una especial relevancia los teclados de Michal Lapaj, poniendo la nota de distinción y elegancia a piezas como "Conceiving You", que servía para impregnar el recinto de ese suculenta fragancia setentera.

Muy simpático y extrovertido se mostró Mariusz Duda, agradeciendo nuestra presencia desafiando a las altas temperaturas antes de juguetear con la melodía que nos conduciría sobre el intrigante "02 Panic Room", único recuerdo que tuvieron a su tercer trabajo "Rapid Eye Movement". Aunque no puede decirse que los polacos se mostrarán muy dinámicos en escena, curiosamente el más animado fue su teclista Michal Lapaj, Riverside supieron conectar con la audiencia a base de mucha intensidad y un gusto exquisito por las melodías contenidas en temas como "The Depht Of Self -Delusion". La última bala en el cargador de los de Varsovia estaría reservada para una pieza más de "Shrine Of New Generation Slaves", concretamente para "Escalator Shrine".

Aunque su propuesta difícilmente llegara a un público mayoritario, lo cierto es que con cada nuevo trabajo la formación polaca parece escalar un nuevo peldaño, sonando cada vez más  maduros, redondos y  accesibles, algo que sin duda les está funcionado para ganarse un merecido reconocimiento.

MESSENGER

Los encargados de abrir los conciertos que tendrían lugar en el segundo escenario serían los británicos Messenger. Aún poco conocidos en nuestro país los londinenses tuvieron unos escasos 25 minutos para defender el material contenido en su reciente debut 'Illusory Blues'. La formación capitaneada por el vocalista y guitarrista Khaled Lowe y que cuenta entre sus miembros con el batería y productor Jaime Gómez Arellano nos presentó una propuesta variada y heterogénea en la que convivieron los aromas acústicos y pasajes cargados de densa psicodelia, dando forma a un cocktail sonoro  a medio camino entre los Zeppelin más folk y Porcupine Tree.

Pese a lo relajado de su planteamiento y a la sobriedad de  su puesta en escena no puede decirse que  disfrutaran de un buen sonido, lo que propició  que piezas como la inicial “Midnight”, quedaran un tanto deslucidas. Aunque no llegaron a despertar el interés de la mayoría del público presente, lo cierto es que no defraudaron a los que ya les conocían, mostrando su faceta más melancólica a lo largo de “Somniloquist”, que contó con un envolvente ejercicio solista para acabar abocándonos sobre un tramo final  repleto de magia e intensidad.

Revestida de  una sonoridad  etérea, propia de las grandes bandas de la década de los setenta, llegaría la minimalista “The Perpetual Glow Of A Setting Sun”, quizás su tema más completo e hipnótico, con un fantástico sonido de batería y un monumental  in-crescendo instrumental. La elegida para poner el broche definitivo a su escueta actuación sería la ambiental “Dear Departure”, mostrándonos la faceta más experimental de los londinenses. En resumen, una banda muy interesante pero que, a buen seguro, resultaría mucho más disfrutable dentro del ambiente más íntimo de un pequeño club.


IHSAHN


Para los amantes de los sonidos más cañeros y corrosivos la primera gran cita en el escenario principal sería con Ihsahn. Todavía con el sol picando fuerte sobre nuestras cabeza el polifacético compositor noruego se presentaba por primera vez en nuestro país para ofrecernos una muestra de su actual proyecto que lleva ya casi una década de  andadura. Precisamente, creo que fue la hora elegida para su presentación el principal hándicap con el que tuvo que lidiar, ya que su puesta en escena resultó un tanto pobre. Otra detalle a destacar fue que entre la formación que le acompañaba no había ningún bajista, algo que acabó repercutiendo en un sonido un tanto irregular que, personalmente, no me acabó de convencer.

Con todos los miembros de la banda vestidos de riguroso negro el recital daba el pistoletazo de salida con la pieza que abre su última obra “Das Seelenbrechen”, ”Hiber”, sorprendiendo a los que todavía no conocían su propuesta a base de ese registro desgarrado y tortuoso junto a unas guitarras oscuras e hirientes. El cambio de tercio llegaría con otra pieza de su ultimo trabajo “Pulse”, en la que los elementos electrónicos gozaron de un mayor protagonismo mientras la voz de Ihsahn sonaba mucho más comedida y reflexiva.

A medida que fue avanzando la tarde la Plaza Mayor del Poble Espanyol se fue poblando de gente, y eso se notó en la mayor cantidad de público que presenció la actuación del artista noruego. Además de la dualidad que nos ofreció, fundiendo contundencia y pasajes más oscuros y melancólicos, la faceta más propiamente experimental también tendría su cuota dentro del show, alcanzado su momento álgido durante los pasajes más grandilocuentes y atmosféricos de “Tacit”. Tras firmar un arranque un tanto sorpresivo, en el que se centró única y exclusivamente en su más reciente trabajo, Ihsahn retrocedería hasta  el año 2010 para presentarnos una de las composiciones más salvajes y adictivas de su trayectoria “Frozen Lakes On Mars”, con la que ponía en movimiento las cabezas de sus incondicionales. Sin abandonar el material contenido en “After” y mostrándose todavía más intratable llegaba el momento de apretar los dientes con la incendiaria velocidad de “A Grave Inversed”.

Viendo con perspectiva el repertorio que nos ofreció Ihsahn resulta evidente la evolución que ha sufrido el sonido del noruego, y buena muestra de ello la tuvimos cuando se embarcó en el novedoso  “My Heart Is Of The North”, dejando claro que ha sacrificado parte de su potencial extremo para concentrarse en unas composiciones más melódicas y accesibles. El tramo final de su actuación estaría marcado por una doble ración del material contenido en su cuarto trabajo de estudio “Eremita”, del que nos ofrecería “The Paranoid” y “The Grave”, cerrando una actuación un tanto descafeinada, en la que pudimos disfrutar de algunos momentos cargados de épica e intensidad, pero también de algunos pasajes que llegaron a rozar el aburrimiento.



HAKEN

En menos de una década el nombre de los británicos Haken ha pasado de ser una promesa a toda una realidad consagrada dentro del panorama del metal progresivo. Y es que desde que la banda publicara su segundo trabajo "Visions" su popularidad y caché no han hecho más que crecer, eso sí, de forma lenta pero segura, afianzando una sólida base de seguidores. Aunque en esta ocasión los británicos no traían una nueva obra bajo el brazo, su última referencia de estudio fue el EP 'Restoration', publicada el pasado año, Ross Jennings y sus muchachos salieron con una consigna muy clara, convencer a sus seguidores y mirar de pescar algún nuevo adepto predicando su doctrina ante un público variopinto y predispuesto a descubrir nuevos valores emergentes.

A pesar de las lógicas limitaciones que representaba tocar en el segundo escenario, Ross se destapó como un fantástico frontman, mostrándose muy activo en escena y creando un clima de comunión perfecto con las primeras filas. De hecho, el vocalista no vaciló a la hora de abandonar su posición junto a sus compañeros para encaramarse a la barandilla que separaba el escenario del público. Pero dejando a un lado las innegables dotes como showman de su vocalista, lo cierto es que Haken se mostraron como una formación compacta y muy rodada, en la que todos y cada uno de sus miembros rayaron a un excelente nivel. Ya desde los primeros compases de su actuación los británicos quisieron dejar unas buenas muestras de sus capacidades técnicas, atacando la pieza instrumental "Premonition", que a modo de preámbulo nos preparaba para su animada presentación.

La entrada triunfal de Ross llegaría con el arranque del segundo corte "In Memoriam", convirtiéndose inmediatamente en el centro de todas las miradas gracias a su fantástico registro y a su impetuosa forma de moverse por el escenario, recordando con sus  movimientos a los grandes vocalistas del hard rock. Con la gente cada vez más animada una nueva mirada sobre su segundo trabajo conceptual "Visions" nos adentraría en las intrigantes ambientaciones de "Insomnia". Mientras que la encargada de mostrarnos todo el potencial del sexteto proponiéndonos esos característicos giros jazzísticos sería la deliciosa "Darkest Light", que acabaría recabando una de las mayores ovaciones del show.

Como apuntábamos, uno de los mayores alicientes de las descargas de Haken es la fuerza y la vitalidad rockera que imprime Ross consiguiendo que el público participe activamente en muchas de las canciones, ya sea coreando alguno de sus estribillos o a la hora de mover los brazos de izquierda a derecha, tal y como sucedió a lo largo de "Cockroach King". La encargada de poner la guinda a su genial presentación sería, precisamente la única pieza que interpretaron de su último EP, "Crystallised", poniendo de manifiesto el enorme potencial que atesora  una banda que está llamada a convertirse en uno de los nombres de referencia dentro del metal progresivo.


KATATONIA


Debo admitir que hace bastante tiempo que perdí la pista a Katatonia. Aunque me declaro seguidor  de sus primeros trabajos, en los que abrazaron incondicionalmente el death/doom, su posterior evolución nunca me ha acabado de convencer. Pese a ello, la banda ha seguido facturando trabajos y girando por todo el continente europeo conservando entre sus seguidores ese estatus de banda de culto y sólo apta para los más eruditos. Analizando en conjunto su descarga, lo primero que se me viene a la cabeza es la extrema sobriedad de su puesta en escena, así como la frialdad que transmitieron sobre las tablas.

Con un repertorio colmado de composiciones de sus últimos trabajos intentaron sumergirnos en esas ambientaciones densas, intimistas y depresivas, espetándonos temas como la inicial “Buildings”, que pese al muro que nos ofrecieron sus guitarras sonaron un tanto lineales. Mas favorecidas saldrían piezas como  “ Increase”, en las que las bases electrónicas y los rotundos cambios de ritmo consiguieron animar mínimamente al personal.

La primera mirada a “Night Is The New Day”, llegaría de la mano de “Forsaker”, que conseguía hacer subir el nivel de intensidad de la tarde con esos ametrallantes pasajes para posteriormente sumergirnos en unos derroteros más minimalistas y relajados. Personalmente, creo que uno de los momentos más vibrantes de su actuación llegaría acompañado de “Dead Letters”, haciéndonos viajar  a través de su montaña rusa de emociones.

Pero esa orientación más sosegada acabaría haciendo que el show perdiera fuelle de forma progresiva, haciendo que temas como “The Longest Year”, sonaran excesivamente planos y faltos de emoción. Afortunadamente con alguna vieja gema como “Ghost Of The Sun”, consiguieron que la gente se moviera dando un poco de colorido a la descarga.

Al igual que sucediera con la descarga de Ihsahn tampoco creo que el horario escogido para su actuación les fuera propicio, ya que piezas como “Soil´s Song” o “My Twin”, hubieran quedado mucho más impactantes acompañadas de un impactante juego de luces. Pero ya se sabe que lo de tocar en grandes festivales tiene sus pros y sus contras. Para encarara la recta final de su show la formación sueca apostaría por las solidas bases de “Lethean”, para cerrar definitivamente con “July”. En resumen, una descarga un tanto lineal y falta de pegada, salvo algún fogonazo,  fue lo que nos ofrecieron Katatonia.


VINCENT CAVANAGH

Conocida y confirmada desde hacía varias semanas la cancelación de IQ, los promotores del evento se pusieron manos a la obra rápidamente para conseguir algún artista que se encargara de cubrir el hueco dejado por  la formación británica. El elegido sería Vincent Cavanagh quien, tras las buenas dejadas con su actuación del pasado año junto a Anathema, regresaba al escenario pequeño del  festival para  presentarse en un formato totalmente novedoso, únicamente acompañado de una guitarra acústica y su cálida voz.

Mucha curiosidad había por ver que nos ofrecería el bueno de Vincent, y aunque hay que decir que pudo apreciarse algún fallo en la ejecución de los temas, lo que denotaba que  el show no estaba muy preparado, siempre es de agradecer que un artista consagrado se preste a ofrecer de forma casi improvisada una actuación. Evidentemente el grueso de su repertorio estuvo centrado en el material de su banda Anathema, y no faltaron durante su presentación piezas como la inaugural “Fragile Dreams” o “Thin Air”, con las que Vincent hizo vibrar con su personalidad y su elegancia   a sus más devotos seguidores.

Además el vocalista contó con algunas partes “enlatadas” que le ayudaron a dar una mayor amplitud a algunos de los temas, permitiéndose unas sentidas  interpretaciones en temas como  “Falling”, con su peculiar registro llenando de magia y feeling todo el recinto para dejar que fuera el público el encargado de corear su fantástico estribillo. Pese a lo extraordinario del show, Vincent supo tirar de carisma y no tuvo dificultad para conectar con todos sus seguidores, consiguiendo que muchos de los presentes se involucraran acompañando con palmas las partes más animadas de “Deep”.

Aunque Anathema tienen un extenso catálogo discográfico, el vocalista se concentró para montar su repertorio en las últimas entregas de la banda. De modo que no quiso dejarse en el olvido piezas como “The Begining And The End” o la atmosférica  “Distant Satellites”, que se convirtió en  una de las más celebradas. La nota curiosa llegaría durante el último tema cuando  Vincent nos sorprendió con una versión del “Mentira” del polifacético Manu Chao. Tras recibir el cariño del público  Vincent prometió regresar el próximo año  al festival, ya fuera con su banda o simplemente como un espectador más.


TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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