lunes, 13 de julio de 2015

SLASH+CICLONAUTAS+MEAN MACHINE-SANT JORDI CLUB-BCN-8-JUL-2015



Saul Hudson, más conocido como Slash, es uno de esos músicos únicos e irrepetibles. Habiendo alcanzado la gloria a finales de la década de los ochenta con los míticos Guns N ´Roses su peculiar estampa, -con sus eternos rizos, su inseparable sombrero de copa y sus gafas de sol-, le han acabado convirtiendo en todo un icono dentro del mundo del rock n´ roll. Dejando a un lado el legado que el guitarrista de origen británico facturara junto a los Gunners, Slash también estuvo involucrado en el supergrupo Velvet Revolver junto algunos de sus ex- compañeros y el vocalista Scott Weiland, amén de producir algunos trabajos en solitario. Pero sin duda el proyecto que más satisfacciones le esta dando es esta unión con el vocalista de Alter Bridge, Myles Kennedy, y los chicos de The Conspirators con quienes ha publicado “Apocalyptic Love” (2012) y  "World On Fire" (2014), haciendo que lo que parecía una prolongación de su carrera en solitario se acabara convirtiendo en una auténtica banda.

Aunque la presencia del veterano guitarrista sigue siendo el mayor reclamo para el gran público, lo cierto es que Slash parece haber encontrado en sus nuevos compañeros de viaje a los acompañantes perfectos para dar rienda suelta a su talento y a su personal forma de atacar su Gibson les Paul, aunque concediendo el  protagonismo que se merece a la figura de, un cada vez más reconocido, Myles Kennedy. El marco elegido para este desembarco  en tierras catalanas sería el Sant Jordi Club y como actos de apertura para calentar el ambiente contaríamos con la presencia de Ciclonautas, la nueva formación del batería de Marea Alen Ayerdi, y una de las bandas revelación dentro de la escena local catalana los chicos de Mean Machine quienes nos ofrecerían una buena muestra del potencial contenido en su apabullante  debut "Livin´Outlaw”.

Pese a su juventud  Mean Machine se han curtido a base de bien tocando en directo. Ya desde antes de la publicación de su ópera prima  este trío barcelonés tuvo claro que su hábitat natural era el directo, de modo que durante los últimos años  han compartido escenario con numerosas bandas, tanto nacionales como internacionales, amén de formar parte del cartel de la pasada edición del  Rock Fest. Aunque algunos se mostraron sorprendidos por el descaro y el desparpajo que exhibieron en escena, para los que hemos venido siguiendo su trayectoria no supuso ninguna novedad el ataque frontal que nos propusieron en sus treinta minutos de show, dando cancha a lo más corrosivo y salvaje de su repertorio. Como un ciclón desatado era "Browler" la elegida para arrancar su particular ceremonia de testosterona y velocidad. Aunque el sonido no fue brillante, con la guitarra excesivamente baja, el trío, comandando por un hiperactivo Raúl Mesa  que no paró de moverse y animar al personal, no se amilanó y dio un paso al frente proponiéndonos los contagiosos y adictivos estribillos contenidos en piezas como "The Black Motorcrew”.

No creo que tras esta doble ración inicial nadie albergara dudas sobre la influencia que ha ejercido la formación de Mr. Lemmy Kilmister en estos chicos, pero por si alguien no estaba todavía plenamente convencido ahí tuvimos temas como  el riffero "Ridin' The Iron". Además, Mean Machine tocaban esta noche en casa, rodeados de amigos y conocidos, así que Raúl no vacilaría a la hora de aleccionarnos para cantar el estribillo de esa rotunda declaración de intenciones que significó  "I Was Made For Rock n Roll", con el que conseguían exaltar el ánimo de los más participativos.

No habría tiempo durante su descarga para baladas ni medios tiempos, la verdad es que no dispusieron de un buen sonido, ni de un buen juego de luces, pero tampoco lo necesitaron, ya que Mean Machine tiraron de tablas y mucha  actitud dando mordiente y pegada a temas como "Slaughter Game" o "Rock & Roll Wizard", que fue el elegido para juguetear con los cánticos de las primeras filas. Para encarar el ultimo tramo de su actuación  los catalanes optarían por dos de las piezas más directas y devastadoras de su debut, la tormentosa "Ain' t No Justice (But The Death)", de lo mejor de su show, con el trío totalmente desatado aporreando sus instrumentos intensamente, y el corte que protagonizaba su primer video "We Want Violence”. En definitiva, juventud, tablas y, sobre todo, toneladas de actitud. Mean Machine tuvieron la posibilidad de tocar en un gran marco y ante un buen número de aficionados, y la verdad es que supieron aprovechar al máximo su  oportunidad.

Tras un rápido cambio de equipo llegaba el momento de que Ciclonautas tomarán el relevo y ocuparán posiciones para presentarnos algunas de las composiciones contenidas en  su ambicioso  álbum debut "Qué Tal?". Aunque poco tenía que ver la propuesta de Ciclonautas con la del cabeza de cartel de esta noche, lo cierto es que la banda del batería de Marea, Alen Ayerdi, se dedicó, ante la pasividad de un público muy poco receptivo, a dar rienda suelta a un rock intimista y de corte clásico, que quizás hubiera lucido más en la intimidad de un pequeño club que en el marco de un local amplio como el Sant Jordi Club.

Además de la presencia del batería de la formación Navarra, Ciclonautas se completan con el concurso del vocalista y guitarrista argentino  Mai Medina y el bajista Javiertxo Pintor, creando entre los tres unas composiciones de trasfondo poético junto a ese inconfundible  aroma a licor y humo, tal y como quedó patente desde los primeros compases del show con temas como "Tristes Corazones". Quizás lo más destacado de su presentación fuera la voz de Mai Medina, que si bien no puede decirse que fuera especialmente brillante, si que mostró un timbre y un registro de lo más personal y reconocible.

Pese a no contar con el apoyo de las primeras filas, de hecho fueron bastantes los que prefirieron salir a la terraza del recinto a tomar al aire, el trío supo defender sus composiciones pese a  no  contar  con la presencia de  ninguno de los invitados que participaron en la grabación de su  debut. Así que de forma  lineal y un tanto fría se  fueron sucediéndose temas como "Loca", con algún chispazo de corte "stoner", o la más cachonda y pegadiza "Que Corra El Aire", que fue una de las que mejores sensaciones nos dejaron.

El momento emotivo de su descarga  llegaría durante la presentación de "Los Hermanos", que el vocalista argentino dedicó a su hermano presente en el local. Mientras que para encarar el tramo final de su presentación optaron por el tema que presta el título a su debut " Qué Tal?", que acabaría dejando paso a "Soy El Dromedario", con la que se marchaban definitivamente  dejando tras de si una sensación agridulce y mucha indiferencia entre los presentes.

Con algo de adelanto sobre el horario inicialmente previsto y con un escenario engalanado  con un enorme telón de fondo Slash y sus muchachos irrumpían en escena provocando el delirio más absoluto entre sus incondicionales con "You´re  A Lie", con el que hacían  estallar a un público ávido de emociones fuertes. 

Con el guitarrista situado en la  parte izquierda del escenario, y  ataviado con una camiseta de tirantes con el nombre de la ciudad serigrafiado, el nivel de comunión entre banda y público fue verdaderamente asombroso, y más cuando de forma sorpresiva llegaría el primer recuerdo al material clásico de Guns N´ Roses con un portentoso "Nightrain", que hacia que el recinto se viniera literalmente abajo mientras Myles Kennedy daba muestras de que actualmente  es uno de las mejores vocalistas de la escena americana.

En cuanto al resto del equipo que acompaña a la pareja, es decir The Conspirators, se mostraron sólidos, rotundos y muy compactos, moviéndose incansablemente por el escenario mientras reclamaban su merecida cuota de protagonismo, especialmente el bajista  canadiense Todd Kerns quien, además de rasgar sus cuatro cuerdas como un auténtico poseso, no se cortó a la hora de apoyar en los coros e incluso se atrevió a cantarse un par de temas durante el tramo central del show.

 Respaldados sobre un sonido brillante el quinteto optó por imprimir un ritmo trepidante a los primeros compases de su actuación, enlazando casi de forma consecutiva temas de su última referencia de estudio como el marchoso "Avalon", que fue acompañada con palmas y que nos dejaría la estampa de Myles,- ya sin chaqueta-, ejerciendo como el perfecto maestro de ceremonias, recorriendo incansablemente el escenario demandando el apoyo de las primeras filas. Tras una tripleta verdaderamente imparable y después de los acostumbrados saludos,  turno para una nueva  incursión en “Apocalyptic Love” de manos de “Standing In The Sun”, rescatando ese característico filo “sleazy” con el que  el guitarrista nos dejaba una buena muestra  de la magia y el “feeling”  que le han  convertido en uno de los últimos iconos de las seis cuerdas.

El primer respiro de este ceremonial hard roquero llegaría con el arranque de “Back From Cali”, con Slash y Myles compartiendo el centro del escenario antes de hacernos cantar a todos su fantástico estribillo. Quizás  Slash ya no sea una bestia desatada sobre el escenario, ahora sus movimientos son muchos más medidos, pero no ha perdido ni un ápice de su carisma y su personalidad escénica, consiguiendo que las miradas no se separen de sus dedos a la hora de atacar piezas como “Wicked Stone”. Una nueva mirada sobre el material de Guns N´Roses nos conduciría sobre el serpenteante riff de  “Mr. Brownstone”, que como era de esperar volvió a convertir la pista en una autentica  olla presión. El nivel de intensidad no decaería, ya que la siguiente en hacer acto de presencia sería “You Could Be Mine”, que sonó particularmente agresiva gracias al concurso de un Myles Kennedy esplendido que, encaramado sobre una pequeña tarima situada en el centro del escenario, mostró un dominio absoluto del tema contenido en el disco azul del mítico  “Use Your Illusion”.

Con el vocalista perdiéndose entre bambalinas seria el bajista Todd Kerns el encargado de comandar vocalmente “Doctor Alibi”, poniéndonos a todos a botar con ese inconfundible espíritu punk-roquero.

Pero es que Todd no se limitó únicamente a cantar ese tema, así que sin previo aviso, y pillándonos casi por sorpresa, se embarcó en una de las piezas más celebradas de toda la noche “Welcome To The Jungle”, haciendo gala de unas buenas dotes para ejercer como vocalista. Sería tras este vendaval roquero cuando el propio Slash se acercó al micrófono para agradecernos nuestra presencia antes de proponernos otro de los momentos más emotivos del show con “Starlight”, que marcaría el retorno de Myles sobre el escenario firmando  una monumental interpretación.

Sin duda uno de los mayores aciertos de la velada fue la elección del repertorio, ya que el guitarrista optó por incluir temas de todas y cada una de sus etapas, aunque evidentemente el material contenido en sus ultimas entregas  tuvo un protagonismo destacado. De modo que el retorno sobre “World On Fire” estaría marcado por  los ritmos compactos y machacones de “Beneath The Savage Sun”, que  acabaría convirtiéndose en la excusa perfecta para que Myles aunase nuestras voces.

Pese al  paso de los años Slash no ha perdido el toque y la esencia de los grandes “guitar-heros”, así que sería a lo largo de “The Dissident”, cuando el “hacha” saltaría a escena acompañado de una guitarra con dos mástiles, provocando el delirio de sus mas fieles incondicionales.

Curiosamente, si durante la primera parte del concierto la banda se había apoyado en los clásicos de Guns N´Roses para firmar los momentos más intensos y vibrantes, fue con la llegada de “Rocket Queen” cuando el concierto empezó a flojear ligeramente. Y no lo digo por que el quinteto no rayase a un excelente nivel, sino por que Slash se extendió en exceso en un extenso  ejercicio solista que acabó propiciando que el tema se hiciera excesivamente largo,       haciendo que el show perdiera algo de intensidad. Sería el vocalista quién  más brillaría a lo largo del up-tempo “Bent To Fly”, encaramándose nuevamente sobre la pequeña tarima central para conseguir  meterse a todo el personal en el bolsillo al proponernos ese  descomunal alarde de rock melódico.

El momento de volver a exaltar al público llegaría con el apabullante arranque de  “World On Fire”, recuperando su faceta más marchosa para poner a todo el auditorio a botar intensamente. Con el escenario teñido de rojo  turno para echar la vista atrás sobre “Apocalyptic Love”, rescatando la intensidad y la elegancia de  “Anastasia”. Y como fin de fiesta definitivo, y tras presentarnos a todos los miembros de la banda, llegaba  “Sweet Child O´Mine”, toda una referencia para los amantes del hard rock que provocaría el delirio. El último cartucho antes de la llegada de los bises estaría reservado para el adictivo “Slither”, que se convertiría en  el único recuerdo del guitarrista a su etapa en Velvet Revolver.  Acompañados por los vítores del respetable el quinteto regresaría rápidamente sobre las tablas para finiquitar su actuación con “Paradise City”, convirtiendo el recinto en una fiesta absoluta con lluvia de confeti incluida.

Dos horas de absoluto disfrute fue lo que nos ofrecieron Slash y sus muchachos, apostando decididamente por un show de rock n´roll intenso, crudo y visceral. En resumen, mientras otros artistas se dedican a vivir de rentas del pasado, Slash apuesta por dar a sus fans lo que le demandan, aunque sin renunciar a su material más reciente. Sin duda las claves del éxito del mítico guitarrista han sido contar con los servicios como vocalista de Myles Kennedy   y con el concurso de una banda de plenas garantías que vive y disfruta de cada instante del show.





TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS;CARLOS OLIVER

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