miércoles, 19 de abril de 2017

GHOST+ZOMBI-RAZZMATAZZ-BCN-13-ABR-2017


Parece que nada va a detener al Papa Emeritus III y su comitiva de Nameless Ghouls, sean quienes sean, en su objetivo de seguir esparciendo su tenebroso credo de maldad. Pese a los últimos acontecimientos en su curia, con demandas interpuestas por algunos de sus antiguos miembros, la gira Popestar arribaba a la Ciudad Condal con el recuerdo todavía fresco de su fantástica descarga de finales de 2015. Quizás el salto desde la céntrica sala Apolo al Sant Jordi Club fuera una apuesta demasiado arriesgada, así que finalmente los suecos oficiarían  su particular ceremonial  en el marco de la sala grande del Razzmatazz ante una audiencia fiel, devota y entregada.

Como aperitivo antes de su llegada contaríamos con el concurso de Zombi, quienes nos presentarían una propuesta diametralmente opuesta a la de las estrellas de la noche, ya que el dúo americano, compuesto por el batería Anthony Paterra y el teclista y bajista Steve Moore, desplegó ante un recinto que se fue poblando a medida que avanzaba su presentación una sucesión de composiciones instrumentales, salpicadas de esencias electrónicas y desarrollos  experimentales.

De su más reciente entrega discográfica “Shape Shift”, nos propusieron las inquietantes ambientaciones contenidas en "Pillars Of The Dawn”, para que posteriormente Steve Moore cambiara los sintetizadores por el bajo durante "Mission Creep".

Tampoco faltaría algún recuerdo hacia sus anteriores entregas con temas como la ambiental "Night Rhythms" o la final "Orion”. En cualquier caso, su sobria puesta en escena y su heterogéneo space-rock parecieron no acabar de comulgar con los gustos de gran parte de los asistentes.

Tras  la descarga del combo de Pittsburgh, la sala quedó a media luz mientras de fondo  sonaba  el “Miserere Mei, Deus”, y los pipas realizaban los últimos ajustes técnicos. Un imponente escenario a dos alturas, comunicadas por varios tramos de escalinatas, un suelo ajedrezado y varias lonas traseras con imaginería religiosa servirían como decorado para el tenebroso ritual de los suecos. 

Como ya sucediera en su anterior visita, “Masked Ball” nos ponía en alerta ante la inminente aparición en escena de los nuevos Nameless Ghouls. Tras unos segundos de incertidumbre, con los enmascarados dando ya buena cuenta de sus instrumentos, emergía en la parte central del escenario y envuelta en humo la imponente  figura de Papa Emeritus III para provocar el delirio de sus feligreses al encarar las primeras estrofas de “Square Hammer”.

En cuanto al nuevo séquito de Nameless Ghouls, lo cierto es que se mostraron compactos, activos y muy descarados, paseándose incansablemente por el escenario mientras no dejaban de buscar la interacción con las primeras filas. 

Aunque el sonido no acabó de acompañar durante los primeros compases del show la entrega de la audiencia fue absoluta, entonando de forma reverencial los versos del single "From The Pinnacle To The Pit”, antes de tributar a los enmascarados la primera gran ovación de la velada. La euforia y el nivel de intensidad seguirían increscendo mientras las columnas de humo y las endiabladas melodías de “Secular Haze”, nos dejaban la impagable estampa del Papa Emeritus III extendiendo los brazos para dirigirse a sus feligreses.

El remate para un arranque explosivo llegaría cuando Papa Emeritus III apareció en escena para agitar el incensario mientras nos invitaba a acompañarle en las invocaciones que marcaron “Con Clavi Con Dio”. Como en todo buen ritual no faltarían los pasajes en latín durante “Per Aspera Ad Inferi”. 

Más parlanchín que anteriores ocasiones, durante el primer sermón de la noche nuestro anfitrión nos presentaría a “The Sisters Of Sin”, dos monjas que le asistirían durante la diabólica eucaristía que acompañó a “Body And Blood”.

Con la oscuridad adueñándose del escenario arrancaba la instrumental “Devil Church”, que nos dejaba a los Nameless Ghouls deambulando por el escenario como si fueran figuras espectrales. No tardaría en regresar nuestro particular maestro de ceremonias, aunque esta vez desprovisto de su grandilocuente indumentaria Papal para tomar una apariencia mas terrenal durante la tortuosa “Cirice”. Pero que nadie piense que el cambio de indumentaria iba a apaciguar los ánimos del carismático frontman, ya que a lo largo de “Year Zero”, se pasearía desafiante  por el escenario para dirigir los cánticos del respetable y rubricar uno de los puntos álgidos de la velada.

El momento de recuperar el aliento llegaría con las volátiles melodías de piano de “Spöksonat”, que nos anunciaba la llegada de le deliciosa “He Is”, y con ella las suculentas pinceladas de elegante sofisticación que servían para rebajar mínimamente los ánimos.  

Pero este bucólico oasis de calma sería tan solo un espejismo, ya que las guitarras volverían a reclamar su protagonismo a lo largo de “Absolution”, que era la elegida para centrar nuestro objetivo sobre el material de “Meliora”. No abandonarían el material de su tercer largo, ya que la siguiente en sonar fue “Mummy Dust”, con el teclista abandonando su posición para empuñar un keytar y colocarse en primera línea de fuego junto a sus compañeros antes de que una copiosa lluvia de confeti sorprendiera a una audiencia extasiada.

A estas alturas del show ya no había vuelta atrás. Nuestras almas estaban condenadas. Así que puestos a arder en el infierno que mejor que dejarnos seducir por la pecaminosa esencia roquera de  “Ghuleh/Zombie Queen”, para acto seguido volver a aunar nuestras gargantas y cerrar este oscuro aquelarre con los monumentales estribillos de “Ritual”. Pero no, la ceremonia todavía no había concluido. De modo que una nueva arenga del Papa Emeritus III serviría como prologo para el último acto de la noche, la indispensable “Monstrance Clock”.

Como suele suceder siempre en  las grandes citas a la salida hubo división de opiniones. Mientras algunos salieron encantados y convertidos a la doctrina que imparten Papa Emeritus III y su escuadrón  de Nameless Ghouls; otros comentaban las similitudes, -de repertorio y puesta en escena-, con respecto a su anterior visita. En cualquier caso, Ghost demostraron que tienen potencial y calidad suficientes para ser una de las bandas que lidere la escena internacional  durante los próximos años. Ahora habrá que esperar a escuchar sus nuevas composiciones y “rezar” para que no hayan perdido la capacidad de sorprendernos con sus nuevos números escénicos.



TEXTO:ALFONSO DIAZ
FOTOS:CARLOS OLIVER

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